Por Marta Remartínez
Nueva York está muy bien, pero hay veces en las que necesito salir de aquí, dejar la ciudad y cambiar de aires para recuperar mi salud mental.
Marta Remartínez
Corresponsal del Pollo en Nueva York
http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/
Por suerte hay varios lugares geniales a los que puedes escapar ya sea por necesidad o por placer. Si vienes de vacaciones varios días siempre puedes plantearte una escapadita fuera de esta jungla.
A sólo cuatro horas en autobús tenemos Boston y Washington D.C, dos sitios más que recomendables. Un poquito más cerca encontramos Atlantic City, un lugar curioso y auténtico a poco más de de dos horas de Manhattan. Pero hoy os voy a hablar de mi último descubrimiento, Filadelfia.
Hacía tiempo que quería ir a esta ciudad inmortalizada en el cine gracias a películas como Rocky o ese dramón que toma su nombre, Filadelfia.
Muchos me decían que era una ciudad fea y con poca cosa que hacer, que lo más interesante era emular a Rocky Balboa y comer philly steak, la especialidad de la zona. Pero creedme, Filadelfia es mucho más y bien merece una visita. Hay muchos sitios interesantes que ver y es un lujo llega allí en apenas dos horas.
Empezaré hablando de uno de los mayores símbolos de la historia americana, la Liberty Bell o campana de la libertad. Icono no sólo del estado de Pensilvania, sino de toda América. Situada junto al Independence Hall, lugar donde se firmó la declaración de la independencia en 1778, podemos encontrar la famosa campana que ya no cuelga del campanario de su hall vecino debido a una grieta que le impide hacer sus funciones. La campana posee ahora su propio museo, gratuito, donde miles de turistas se fotografían con ella, símbolo de libertad, unión y el fin de la esclavitud.
Pese a ser uno los pilares más importantes y conocidos de la historia americana hay otro símbolo que casi le hace sombra a esta importante campana, me refiero a la escultura Love del artista Robert Indiana. ¿Te suena?
Si estás pensado en ese ‘amor’ rojo vecino a Central Park donde millones de turistas (y autóctonos) se fotografían cada año vas bien encaminado. Se trata del mismo escultor, y pese a que los viajeros lo identifican plenamente con la ciudad de los rascacielos, el famoso Love es el símbolo indiscutible de Filadelfia.
La plaza donde se encuentra esta escultura se llama oficialmente JFK plaza, pero es lo que tiene el amor, que lo puede todo, hasta arrebatarle el nombre a un Kennedy. Todo el mundo la conoce como el Love Park.
Pero aún queda Filadelfia para rato y para ello, os presento una opción de lo más original y sobretodo divertida. Subir a un pato-bus.
Se trata de un vehículo anfibio comúnmente conocido como Duck (pato) pero su verdadero nombre es DUKW, que viene de la abreviatura de varios términos militares, y aunque ahora el pato-bus hace las delicias de los peques (y no tan peques) recorriendo la ciudad y navegando por el río, fue creado originariamente como vehículo militar.
Durante la Segunda Guerra Mundial la General Motors diseñó este medio de transporte de lo más original, e incluso para las labores de rescate del huracán Katrina se contó con él, curioso ¿verdad?
De este modo puedes recorrer el casco histórico de la ciudad y también sumergirte en las aguas del rio Delaware para echar un vistazo al impresionante Benjamin Franklin Bridge.
Podemos recuperar fuerzas en uno de los parques públicos más bonitos de la ciudad, el Washington Park, donde podemos encontrar la tumba al soldado desconocido y así una vez descansados dirigirnos hacia el Museo de Arte.
Cada museo cuenta con una obra que no debes de dejar ver, pero en este caso su mayor atracción se encuentra fuera. Una escultura del personaje más famoso de Sylvester Stallone, me refiero como no a su Rocky Balboa. Tanto si eres fan como si no, hay una cosa obligada que no debes dejar de hacer: subir corriendo las escaleras del museo, ¿o te crees menos que Rocky?
Y ahora que estás sin aliento, siéntate y déjate seducir por la vista de la ciudad, por sus parques y rascacielos que parecen ser sacados de un comic futurista.
¿Tienes hambre? Entonces es un buen momento para coger un autobús en la puerta del museo que por $2 te llevará al casco antiguo y tras una hora de espera podrás saborear el más auténtico de los philly steak en el famoso Jim’s steak.
Y tras un día agotador que mejor que terminar dando un relajante paseo por chinatown antes de volver al autobús.
Un día es suficiente para conocer esta ciudad, pero si decides hacer noche podrás disfrutar de otras alternativas de ocio que seguro que te encantan.
Si quieres saber más consulta estás páginas:
http://www.jimssteaks.com/
http://philadelphia.ridetheducks.com/home.aspx
