Italia: Neopolítica

 
Por:
José Joaquín Beeme
Corresponsal del Pollo Urbano en Italia
http://latorredegliarabeschi.googlepages.com

      «Antipolítica» la llaman, quienes desde el altavoz militante imparten cédulas de exclusión o pertenencia. Me recuerdan a esos gerifaltes de antaño cuando denigraban a la España mejor, la del exilio, con el peor insulto a su alcance de salvapatrias: AntiEspaña.

    El frentismo contrario a los partidos, o mejor, contra la partitocracia que ha hecho crac, o craxi, crece en Italia al paso que los sucesivos gobiernos, técnicos o coloreados, hinchan la deuda y sus bolsillos. Beppe Grillo y su Movimiento 5 Estrellas capitaliza el descontento, que no es de ahora pero que gana concejales y hasta consejeros regionales, sobre todo en el norte, desde que empezara a presentar sus listas cívicas. Los «grillitos», que consideran al partido tradicional un anacronismo superado y autorreferencial, piden que sólo sean elegibles como parlamentarios, siempre en lista abierta y con el límite retroactivo de dos legislaturas (5+5 años), quienes no estén condenados por sentencia firme (¡hasta veintiún delincuentes se camuflan de señorías!). El programa que defienden, contenido en la Carta de Florencia, cruza la ecología con la democracia directa y un firme propósito de remoralizar la vida pública: el agua como bien común no privatizable; depuradoras obligatorias; extensión de zonas verdes urbanas; licencias municipales sólo para demolir / restaurar / recuperar suelo industrial; transporte público no contaminante y carril bici generalizado; plan de mobilidad para discapacitados; conexión web gratuita para ciudadanos residentes; centros públicos de teletrabajo; desechos cero; fuentes de energía renovables y con financiación municipal; eficiencia energética; prioridad a los productos locales. La política entendida como servicio civil y a tiempo determinado, una especie de contrato a proyecto: nada de subvenciones, ni pluriempleos «compatibles», ni cuentas opacas (bastan 2.500 euros al mes: todo lo que exceda se integra en un fondo común). Premiado activista del blog, David de Donatello por méritos cinematográficos, azote satírico de la casta política reinante con sus invectivas «vivimos una apocalipsis mórbida», «la informativa es la tercera guerra mundial» o «hemos entrado en pleno rigor Montis», este Pepito Grillo que ha inventado una nueva forma de pensar la polis, nacida de las heridas del berlusconismo y sus consentidores post-PCI, tanto como de una global indignación a la Hessel que aquí también toma la plaza y carnavalea con el desastre, cuenta con seguidores no precisamente iluminados. Como mi amigo Umberto, ingeniero de Padua bregado en batallas humanitarias por los cinco continentes: sus dineros han apoyado el grillismo, al igual que los de otros cientos de miles de italianos, porque considera que las causas justas hay que sostenerlas entre todos, y que el cambio se opera desde la base, no desde una superestructura. Además apoyar a los neopolíticos, que no antipolíticos, es bueno para la salud, y si no que se lo digan a quienes investigan las nanopatologías derivadas de las incineradoras, que se benefician de un carísimo microscopio comprado por suscripción de los simpatizantes.

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