Nueva York: Union Square


Por Marta Remartínez

    Sin lugar a dudas mi plaza favorita de Nueva York es Union Square. Tanto en verano como invierno tiene más vidilla que cualquier otro lugar de la ciudad y además, es allí, donde puedes encontrar a la gente más rara y curiosa de Manhattan.


Marta Remartínez
Corresponsal del Pollo en Nueva York
http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/

    Debido a mi nuevo proyecto artístico, ahora paso una media de 8 horas diarias en este lugar, lo que entre otras muchas cosas me está permitiendo analizarlo a fondo y conocer a gente de  lo más variopinta. Otro día os contaré mis mil experiencias vividas junto a los diversos personajes que se dan cita en esta plaza, pero hoy me voy a centrar en mis nuevos compañeros de trabajo: los artistas de la gran manzana.

    Hace unos meses decidí lanzarme a la piscina y solicitar una licencia del estado de Nueva York que me permitiese vender mi arte en los parques y plazas de la ciudad. Recuerdo que para sacarme aquí el carnet de conducir, casi tengo que entregar una muestra de ADN para confirmar mi identidad por eso quedé gratamente sorprendida a ver lo sencillo que es solicitar este tipo de permisos para artistas.

    Por lo visto los artistas podemos acogernos a la primera enmienda (suena peliculero ¿verdad?) y de este modo obtener una licencia conocida como tax identification de forma gratuita. A mí me sigue sorprendiendo lo fácil que es, y además que sea gratis… esto suena raro, raro ¿verdad?

    De momento no sólo no me han detenido sino que hace un mes comencé mi chiringuito en mi querida Union Square y la cosa va de maravilla. He conocido a varios artistas que llevan años haciendo de este espacio su segunda casa y os puedo asegurar que sólo por las experiencias que me llevo, ya ha merecido la pena seguir adelante con este sueño artístico.

    Pero no es oro todo lo que reluce, y menos en Nueva York. Hasta el verano pasado los artistas tenían total libertad para colocar sus puestos en parques y plazas, ahora esa libertad queda muy limitada.

     El pasado verano una nuevas reglas hicieron su aparición y con ellas una gran polémica y un mayor descontento.

   De este modo Central Park, the High Line, Battery Park y Union Square, cuatro de los espacios donde más artistas se concentraban para vender sus obras comenzaban una revolución que de poco o nada sirvió, ya que las nuevas reglas entraron en vigor bajo la consigna americana conocida como first-come first-serve, que viene a significar que el primero que llega, primero que se lo queda.

   Veamos cómo ha afectado esto a mi Union Square. Anteriormente un artista llegaba y colocaba su puesto, donde quisiera, por regla general podías ver  como los chiringuitos se alineaban rodeando la plaza. Ahora no es así.

     El alcalde Bloomberg limitó el número de lugares permitidos y los señalizó con un medallón verde. De este modo el espacio queda reducido a 18 artistas los lunes, miércoles y viernes; a los que se suman 40 puestos adicionales el resto de la semana. ¿Os parecen suficientes? Os aseguro que no lo son.

    La mayoría de estos puntos se encuentran fuera de la plaza, lo que hace que los artistas queden, quedemos, en un segundo plano ya que la mayoría de la gente y turistas atraviesan la plaza por el medio, no por sus estrechos laterales.

     Mis compañeros me comentan que no están ganando ni la mitad de dinero que ganaban antes pero que eso no es lo peor. Si señores, porque lo que realmente es duro es conseguir un medallón donde colocar tus fotografías, cuadros… Recuerdo mi tercer día de chiringuito, cargada con mi carro y mi arte a cuestas me quedé compuesta y sin novio al no tener sitio donde colocarme. Y estoy hablando de cuando todavía hacía frio polar. Ahora que llega el buen tiempo, esto es la guerra.

    Y es aquí cuando empiezan las broncas, los estreses y el ese sitio es mío.

    Un compañero argentino me contaba que a las 5 de la mañana llega a Union Square y despliega una vieja mesa para guardar su sitio. Después se marcha a su casa en Brooklyn y a las 7 de la mañana vuelve de nuevo a ocupar (o reconquistar en el peor de los casos) su medallón verde. Un puntito diminuto que esconde un gran valor. Y es que de conseguir ese punto verde depende el llegar a fin de mes.

    En el caso de Central Park la cosa se complica. La gente duerme en los bancos o metros cercanos para asegurarse un puesto al día siguiente. Una locura.

    Hay gente que me ha comentado que en junio, el mejor mes para el artisteo neoyorkino, hay quien conquista su punto a las 3 de la mañana. Algunos pagan a pobres vagabundos para que les consigan un medallón… veremos cuál es mi truco, porque lo que tengo claro es que Union Square y mi chiringuito me hacen más feliz que todo Nueva York junto y voy a pelar por ello.

Continuará…

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