Ribagorza: «Agua de beber»

Por Feli Benítez

    «Água de beber, Água de beber, camará…» nos cantaba Astrud Gilberto. En mis oídos suena esa canción y también otra añorada, deseada y, por fin, audible: gotas de lluvia que percuten y repiquetean sobre todo lo que encuentran a su paso en su camino de la nube a la tierra.

 


Feli Benítez Izuel
Corresponsal del Pollo Urbano en La Ribagorza
www.eltallerdefeli.blogspot.com

   Ha bajado agua de las nubes, bendita sea. Llega con retraso, haciéndose de rogar, como una amante coqueta, consiguiendo que la emoción que nos regala su encuentro sea proporcional a la angustia sufrida pensando que no iba a llegar nunca y que nos dejaba con nuestro ramo de flores mustias en la espera.

   Agua. Los robles han bebido, están reventando por las comisuras y un verde de esos que han merecido ser recogidos en canciones que hablaban de ojos, de vientos y de ramas lo está inundando todo con la esperanza de una vida nueva. Las golondrinas tienen materia prima para fabricar el barro con el que construir sus nidos y dan gracias a las nubes con una algarabía de cantos que ni siquiera cesa cuando se posan en los cables de los tendidos eléctricos y parecen las notas de un pentagrama. Ya están aquí todos los emigrantes: oropéndolas tímidas que construyen sus casas colgantes; abubillas desafiantes que despliegan su cresta añadiendo más belleza, si cabe, a su porte de cirujano de los robles (con sus largos y finos picos extraen, de las oquedades y agujeros practicados por xilófagos, larvas e insectos); abejarucos tornasolados que gustan de vivir como en las casas de vecinos, perforando paredes de barro con sus nidos cilíndricos a poca distancia unos de otros; alimoches resplandecientes bajo el sol que orlan el blanco níveo de sus plumas con un trazo negro como una firma que ayuda a reconocerlos. Carracas, de color aguamarina y esmeralda, tan raras de ver que cuando se tiene la suerte de encontrarse con ellas da la sensación de haber visto una gema extraordinaria; milanos negros que planean incansables y regalan a la vista un punto de oscuridad sobre el que descansar la mirada que se emborracha de azul cuando recorre el cielo estival de la Ribagorza…

   Y luego estamos los de siempre: la avispa albañil, las ardillas, los pájaros carpinteros, los tejones, los trepadores azules y toda la familia de los páridos (herrerillos, carboneros…), la mariposa de los robles, las salamanquesas, los murciélagos, los lirones, los gatos… y los humanos. Aunque nos crucemos fugazmente sabemos que compartimos el espacio, el mismo espacio, y las mismas necesidades: cobijo, alimento y agua.

   No sé qué pensarán ellos del cambio climático y de que los humanos estemos convirtiendo el agua en mercancía. Mercancía que poseer, con la que comerciar y especular y por la cual luchar para acapararla y lucrarse.

   Yo, por mi parte me pregunto por qué pago el agua tan cara si estoy rodeada de ella y cerca de donde surge, por qué están tan regulados y para qué fines los ríos que bajan el agua de las montañas que veo desde mi casa, y me pregunto si «La pesca del Salmón en Yemen» además de ser una comedia simplona y mal conseguida, podría ser una metáfora de tantos despropósitos como nos encontramos alrededor del uso que se le da al agua: arrozales en los Monegros, campos de golf en Murcia y Almería…

    Cuando pienso que soy agua pienso también en qué agua soy y qué agua quiero ser. Pienso cosas como esta:

Contracorriente

Llévame río a contracorriente

adonde el agua fue beso de nube,

lágrima fría de viento valiente

que llora a la montaña mientras sube.

Quiero volver al inicio del agua.

Quiero la caricia, aquella que tuve,

añoro aquel viento, brisa de enagua,

que dibujaba ondas en el estanque

en cuyo fondo estaba mi fragua.

Quiero que el agua al subir me arranque

carne y vida como a los salmones

antes que mi espíritu embarranque.

No me acomodo en los salones,

y aún no es tiempo de morir en el mar:

quedan muchos besos, muchas canciones

que ahora no recuerdo. Quiero regresar.

Llévame río a tus manantiales,

vamos al principio, quiero recordar.

Trazo la orilla, los cañaverales,

el limo me roza, el sol me saluda;

buscan su escondite los animales;

mi sombra me sigue y luego se muda

(al borde del agua que es mi fanal).

Fuera la arista, la espina ruda

¡río, preserva la luz de mi cristal!.

Busco la palabra enamorada

que vive lejos del sentido final.

Busco su origen en la alcoba callada;

–el silencio se oye sólo en quietud–

cuando nace una voz no es nada.

No hay verbo sin vicio. Esa es su virtud.

Gotas de agua cogidas de la mano,

destellos de prisma que hablan en alud,

tropel de agua que lava lo profano,

oriente de vida y su propiedad.

Cauce abajo todo esfuerzo es vano:

el río pierde su alma en la ciudad.

Quiero volver al origen de río,

persigo en el rocío mi verdad,

calada de preguntas, miedo y frío,

encuentro sentido en la desnudez

después de tanto y tanto atavío

de tanta palabra y ropaje soez.

El que nada tiene y nada espera,

–voz que habla mejor en la mudez–

aguardo en silencio otra primavera.

Soy agua: siempre igual y diferente,

agua del río que corre a tu vera:

busco el curso, el cauce, la corriente

y lo busco siempre río arriba.

Voy al surtidor. Subo a la fuente.

   Pienso en el agua. Para finalizar este artículo os animo a que leáis un par de escritos relacionados con el agua. En el primero encontraréis información acerca de quiénes, cómo y para qué pretenden privatizar el agua a nivel internacional. En el segundo una serie de consideraciones y advertencias que, aunque fuesen formuladas en el 2005, cobran triste vigencia por diferentes motivos: la repetición en 2012 de una fuerte sequía como la de aquel año, lo poco que se ha avanzado en la aplicación de soluciones racionales para el problema del agua y que el gobierno de la nación esté en manos del Partido Popular cuya política hidráulica incluye planes que se sustentan en declaraciones como las que el propio Rajoy hizo en su día «…Si volvemos a ganar, el trasvase del Ebro se va a construir…

http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/92842
http://www.nodo50.org/worldwatch/ww/pdf/agua.pdf

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