Por Hugo Ester Laín
Continuamos con la guía de Tabernas Austriacas y como buenos cerveceros nos vamos a echar una al BIRD JAZZ CAFÉ.
En Viena, al ser una de las capitales de la música europea, el concepto de taberna va muy ligado al de música, por lo que nuevamente y tras visitar el MILES SMILES, nos sumergimos en este otro garito, el BIRD, en el que todas las notas forman una sola que nos es servida en jarra de cristal, y que seguro, nos refrescará el gaznate y el oído.
Por Hugo Ester Laín
Corresponsal del Pollo Urbano en Austria
THE BIRD JAZZ CAFÉ
Los lunes suele haber jam session para el que quiera subirse a improvisar con otros músicos, aunque a veces resulta imposible, pues la gente se conglomera alrededor del escenario y nadie se quiere bajar de él. Aparte de ese límite puede haber otro, y es el nivel de los músicos, que siempre es muy alto y que puede resultar excluyente si no se está a la altura. Además, todos los camareros tocan también algún instrumento, por lo que si en caso contrario falta gente para tocar, el ritmo lo pone la casa.
Que el tema principal sea el jazz no suprime la posibilidad de que se encuentren todo tipo de músicas del mundo, como flamenco, funk o blues. Solo hay que echar una rápida ojeada a su página web (http://www.jazzcafebird.at) para enterarse de la programación.
Da igual cuantos vayáis porque hay mesas enormes para grupos grandes y mesas pequeñas para enamorados, todas redondas, generado una situación perfecta para la conversación. La jarra de cerveza de medio litro cuesta 3,20 euros y la copa de vino 2,10. Y se podría decir que estos precios son los estándar para la mayoría de tabernas austriacas.
También tiene cocina, por lo que si en un momento dado entra el hambre, no hay más que pedir la carta de comidas, que dicho sea de paso no es muy extensa, pero da igual, porque ¿a qué hemos venido?. El propietario, un tipo grande y bonachón con pinta de melómano, te prepara una rica sopa o un sabroso hummus con aceite y zumo de limón.
A veces resulta difícil marcharse, sólo hay que tener voluntad, o quedarse sin dinero.
Seguiremos informando, siempre con la misma objetividad, de las tabernas austriacas.
Un saludo desde Viena,