Nueva York: «Spanish Harlem»


Por Marta Remartínez.

    En los años setenta y ochenta cuando venías de viaje a Nueva York te llevaban a Harlem en autobús pero no te dejaban salir de él por los altos índices de criminalidad del barrio. Al igual que su vecino el Bronx, era mejor evitarlo.

 
Marta Remartínez
Corresponsal del Pollo en Nueva York
http://www.flickr.com/photos/momentosguardados/

    Cuando vine a vivir aquí había dos cosas que me moría por hacer, la primera visitar el Yankee Stadium en el Bronx y la segunda fotografiar Harlem. A mi madre no le hacían tanta gracia mis planes, ya que como la gran mayoría de las personas, sigue asociando el Bronx y Harlem a lo mejorcito de Nueva York, y en cierto modo no se equivoca.

    Si bien es verdad que hoy en día puedes pasear por estos barrios sin ser alcanzado por una bala perdida, no menos cierto es que hay ciertas zonas y horarios que debes evitar. Yo siempre digo que el sentido común es el mejor amigo del viajero, y escuchando a éste te aseguro que si te adentras en estas zonas la experiencia no te dejará indiferente.

    Estaremos ante lo que me gusta denominar, un Nueva York diferente. Así que atrévete a salir del lujoso upper east side y date un paseo por el Harlem español, ya visitaremos el Harlem del mal rollo en otra ocasión. Próxima parada 96 street, ¿te vienes?

    El Harlem ocupa una zona buena parte del norte de Manhattan, pero hoy nos centraremos en el conocido como Spanish Harlem o Harlem español.

     Esta zona que también recibe el nombre de Harlem latino se encuentra al este de la isla junto al East River y se extiende aproximadamente hasta la quinta avenida o Broadway dependiendo de la altura a la que nos encontremos. Entre la calle 96  y la 125 encontraremos lo más auténtico del barrio.

    El Spanish Harlem es sabor, música, frijoles y tacos. Es un rastro gigante con pantalones levanta cola que causan furor levantando el pompis hasta las alturas, fajas que no esconden si no que prometen subir la retaguardia de nuevo a lo más alto, el Spanish Harlem es baile, gritos, risas y caos.

    Con el buen tiempo la calle se llena de vendedores de mangos que cuidadosamente lo tallan como si te entregasen una ofrenda por sólo dos dólares, los helados no faltan y en verano encontramos las ricas paletas mexicanas, el equivalente a nuestro polo de toda la vida sólo que hecho con zumo de verdad. Las encontramos de todos sabores tropicales y también de sandia, guayaba, naranja, tamarindo, grosella o melón entre otros.

    La magia de Harlem es que te transporta a otros países y culturas sin tener que dejar Manhattan. Es una manera de escapar de un Nueva York acelerado e impersonal.

    Los amantes de la buena, y barata, gastronomía están de suerte. Los restaurantes mexicanos, colombianos o dominicanos están en cada esquina. Come como un rey a mitad de precio y mucho mejor que en ese puesto plagado de turistas junto a Central Park y sus olorosas cacas de caballo.

    Y lo mejor, olvídate del inglés y saluda en español.

    Medio pollo con arroz y frijoles sabe mejor, créeme, cuando lo pides en tu idioma, y aunque quizá seamos demasiado ‘blanquitos’ para pasar por autóctonos se desharán en cumplidos contigo. El idioma une, una de las cosas que sospechaba pero que mi periplo americano me confirma cada día.

   Y en una ciudad donde la gente evita mirarse a los ojos encontrarse con un ‘¿Qué quieres mi amol?’, aunque se coman la erre, ese amor sienta de maravilla.

    Para primerizos una buena zona es la calle 116 donde se encuentra uno de los principales nudos comerciales del barrio. Allí además de supermercados hay pequeños restaurantes que bien merecen hacer un alto en el camino para recuperar fuerzas con unos tacos, como El águila (en el 137 de la calle 116) o bien una empanada de carne y queso en cualquiera de los puestos callejeros que encontrará sólo por un dólar.

   Y si tenemos el día cultural o nos sorprende una tormenta inesperada siempre nos podemos refugiar en el maravilloso Museo del barrio, en la calle 104 junto a la quinta avenida. Para más información visita su página web, http://www.elmuseo.org/.  Este lugar es ideal para recorrerlo con niños, pero también hará las delicias de los mayores.

    Y si después de este paseo por el Harlem español de casitas de ladrillo rojo y escaleras de incendios, aún queremos más, sólo tenemos que cruzar al lado oeste y seguir nuestra visita a orillas del rio Hudson… ¿Te atreves?

 

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