Pollerías (julio)

Por Martín Ballonga

    ¡Pollo a Pollo aumenta el número de seguidores de esta sección! Aquí conviven  píldoras, runrunes y comentarios que nos llevan por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros inteligentes lectores.


  Ignacio Fortún
(Nacho para los amigos) vuelve a parecerse a sí mismo, lo cual demuestra que la inspiración artística siempre te coge trabajando. Próxima parada: La Lonja.

 
A veces, el arte contemporáneo es un campo sin puertas donde una escultura ya se define como aquello con lo que tropezamos mientras retrocedemos para ver mejor una pintura. Algo así murmuró un visitante de ‘La casa amarilla’, la sala de exposiciones que regente la ínclita Chus Chuletilla.

 


  En esa sala expuso hace poco unas esculturas un reputado artista aragonés, y ante una de sus obras Fernando Rivaflex comentó a su compañero de fatigas (intelectuales y de las otras): “Me gusta. Parece muy apropiada para colgar toallas”.

  Al parecer, el triunvirato formado por Fernando Rivaflex, Saúl Esclarín y Víctor Lope Carbajales va a revolucionar el área de programación de la filmoteca de Zaragoza que dirige Leandro Martínez. Los dos primeros títulos que iniciarán la temporada 2017-2018 serán dos versiones, una mexicana (de Martínez Solares, 1960) y otra española (de Eugenio Martín, 1969), de ‘Las Leandras’, según el famoso original de Muñoz Román y González del Castillo, interpretados respectivamente por Rosario Dúrcal y Rocío Dúrcal. Enredos vodevilescos.

  Después de una apretada jornada mañanera firmando ejemplares sin parar en la feria del libro, Juan Bolea se fue con tres amigos y recorrieron las calles del Tubo zaragozano en pos de una taberna para tomar el aperitivo. En las puertas del local, un pobre mendigaba. Bolea le invitó a compartir el aperitivo. Era un pobre profesional, dueño de aquella esquina. Fue un aperitivo especial. Llegada la cuenta, y convencido por Bolea, pagó el pobre. Y lo más grave, se marchó feliz. El pobre, decimos.

  Afirma el gran Miguel Sánchez-Ostiz en su libro ‘Peatón de Madrid’ que hay escritores “a quienes su propio barullo les impide ver la mediocridad de sus columnas y de sus novelas o de lo que sea”. No es de extrañar que nuestro amigo Fernando Jiménez Ocaña -y familiar del autor de ‘Las pirañas’, por cierto- arremeta contra uno de ellos en su novela ‘La colina de los sueños’. Ya lo dijo san Martín, hay prosas que huelen a hollín.

  Explosivas declaraciones de Pedro Santiveri: “Vamos a ofrecer una novedad para este verano. Las sillas de las terrazas podrán llevar ruedas para poder desplazarse por las aceras como si fueran bicicletas. Así, bebida en mano, cada persona que lo desee podrá ir cambiando de terraza. Será un intercambio hostelero a través de bonos. Eso sí, el que se emborrache no podrá circular. En caso contrario, si es visto por la guardia municipal, será sancionado”.

  Si el panorama de la literatura infantil y juvenil se ha vuelto muy conservador, ahí están Carlos Grassa Toro (escritor) y Ana Yael (ilustradora) para poner las cosas en su sitio. El universo enciclopédico que crean en ‘Moon & Do’ es una excelente combinación de cómic y libro de viajes, una obra de muchas texturas con dos niñas y una tortuga de protagonistas, para entender la realidad o crearla a través de la poesía y el lenguaje. Enhorabuena a los dos y al editor Fernando Varela.

  Otra enhorabuena a la zaragozana Patricia Almarcegui por su novela ‘La memoria del cuerpo’, un intenso homenaje a la música en general y al ballet en particular. Y también una reflexión sobre la decadencia del cuerpo en una mujer y bailarina.

  También felicitamos a otra zaragozana, Alexandra Gil, por su magnífico libro de investigación ‘En el vientre de la yihad’, de la editorial Debate. El volumen desmonta no pocos tópicos sobre los yihadistas: los hay con trabajo y sin él, creyentes y no creyentes e, incluso, católicos convertidos. Alexandra es periodista y vive desde hace años en Francia.

  Tras más de veintiún años en la parrilla, la dirección de la televisión estatal ha cambiado la cara al programa ‘Cine de barrio’ que presenta Concha Velasco con un nuevo decorado, una nueva línea gráfica y una cabecera con una versión de ‘La bien pagá’ que interpretará el abrazafarolas Luis Alegre. Ahora entendemos lo de la ‘p’.

  Irene Vallejo, en uno de sus artículos, habla de los lameplatos, o sea, los aduladores. No tiene desperdicio. “El adulador”, afirma, “es quien pretende ventajas recurriendo no a la línea propia sino a la vanidad ajena”. Son, claro, traficantes interesados y solo buscan beneficios, como “una humillación que se resuelve en timo”. Y añade: “La adulación es una forma de vida y el adulador, siendo servil, acaba por hacerse el dueño”. El que nos da coba, algo nos roba…

  A Saúl Esclarín, en la reciente feria del libro celebrada en Zaragoza, le regalaron un volumen de ‘La regenta’, que no había leído. Días después, en un comentario privado en el ayuntamiento, este le dijo a su compañero Víctor Lope Carbajales: “¿Qué interés tiene que un cura se enamore de una mujer o que esta tenga un marido que no cumple? Yo lo solucionaría fácil: al marido, viagra, y si así la cosa tampoco se arreglaba, la esposa estaba en su derecho de marcharse con el cura o con quien le diera la gana. Eso sí, sin hacer daño a nadie. Y considero que está mal que el novio de la esposa mate al pobre marido. ¡Menudo culebrón! ¡Menuda estupidez morrocotuda!”.

  Alberto Cubero entró a una farmacia de guardia y preguntó: “Perdone, ¿tiene pastillas para el cansancio?”. La dependienta fue rápida: “Lo siento, están agotadas”.

  ¿Debe continuar Fernando García Vicente como Justicia de Aragón? La misión de este cargo es ser la mosca cojonera para defender los derechos y libertades de los aragoneses. Sin embargo, los empleados del jurista están hasta el gorro de su narcisismo, de su egolatría y sus malos modales. De hecho, para su cumpleaños, le regalaron un deuvedé de la película ‘El déspota’, aquella en que Charles Laughton ejercía de auténtico tirano. La bronca fue de las que hacen época.

  La chistorra es un embutido navarro a base de cerdo, vacuno y panceta que se consume fundamentalmente frito. Sin embargo, Pablo Echenique cree que se trata de “una mujer que cuenta muchos chistes”.

  Con chistorra o sin ella, Echenique abandona y deja un vacío en Aragón. Cede el rol de líder autonómico de Podemos para ejercer como ‘mano derecha’ de Pablo Iglesias. Entre pablos anda el juego.

  Se lo dijo Pedro Sánchez a Javier Lambán: “¡Miénteme, miénteme, y dime que me quieres!”. Pero el sanchismo impondrá una dirección “antitraiciones”. Y Susana Sumelzo tendrá un papel relevante. El sanchismo ha puesto el retrato de Felipe González boca abajo. Y toda su estructura clientelar ha quedado al desnudo.

  Javier Lambán, en su enésima vuelta de tuerca, digna de un caballero ejeano, matizó que cuando decía lo de “Susana o muerte” se refería, naturalmente, a Susana Sumelzu y no a Susana Díaz. Ahora dice: “Pedro o muerte”.

  Pero los halagos de Lambán hacia Susana Sumelzu van en aumento. Como un torbellino. Esto versificó el presidente autónomo en una reciente comparecencia, a la manera de Anacreonte: “Tres cosas me tienen preso / de amores el corazón. / La bella Susana, el jamón / y berenjenas con queso”

  Sea como fuere, Pedro Sánchez es un Miguel Servet al que le pegó fuego la misma tribu que lo aupó. Luego, fuera de cálculo, reapareció disfrazado de sí mismo. Su regreso ha traído una pregunta peligrosa: ¿Y si venimos del fuego?

  Noticia sin confirmar. Un canónigo de la basílica del Pilar se suicidó a principios de este verano lanzándose desde el púlpito contra la primera fila de bancos donde estaban varios feligreses escuchando su homilía. Al parecer, uno de los feligreses era Javier Lambán y al religioso le dio un ataque de ansiedad cuando un monaguillo entonó: “¡Alambín, alambán, alambínbombá, Lambán, Lambán, y nadie más!”.

  Gonzalo Borrás, emérito de la buena panza y el mínimo esfuerzo, ha sido cazado ‘in fraganti’ defecando junto a la fachada mudéjar de La Seo, justificando su incivismo con el peregrino argumento de que, “como soy cegata, confundí la célebre catedral con un aseo”.

  Ángel Guinda, seductor infatigable -no se cansa de intentar ligar-, ha decidido que, si al finalizar el verano, no se come un rosco asaltará el primer sex-shop que se le ponga a tiro. Suerte y força al canut.

  Vicky Caragria, conocida zotéfila (perversión que consiste en aparentar que dominas el cine cuando solo te atreves a sacar la entrada en taquilla) prepara para el próximo otoño el primer festival de Cinexin en familia, en el que se homenajeará al pato Donald y al ratón Micky Mouse. Suerte y enhorabuena.

  Para coger soltura, la Caragria dirigió un curso sobre los oficios del mundo del cine en La Almunia de doña Gorrina. La realizadora aragonesa habló de la posproducción y se rodeó de Gaizka Urresti, Pedro Rodríguez, Juan José Javierre, Ana Alvargonzález, Pedro Moreno o Raúl García Medrano, quienes disertaron acerca de sus diferentes disciplinas. Uno de los alumnos, previo pago de 130 euracos, salió tan satisfecho del cursillo que propuso a la responsable de ‘Aragón podado’ pasar el verano con ella para terminar de conocer el cine “por dentro”. Bendita calamidad.

  Carlos Saura presentó el documental ‘Jota’ en la cuarta edición del festival de cine Las Américas celebrado en Nueva York y recibió un premio honorífico a toda una trayectoria dedicada al cine y al documental. Siempre amante del baile, al recibir el galardón, el oscense dio un salto impropio de su edad y, cruzando las piernas al más puro estilo jotero, aprovechó para dedicárselo a los de la academia del cine aragonés, quienes, al parecer, quedaron estupefactos. El presidente Jesús Marco, sin embargo, no piensa dimitir y en cuanto pueda le responderá con jotas de picadillo. Ya lo dijo Salomón, no hay mejores premios que los Simón.

  Un grupo inversor mexicano se hará cargo del equipo de fútbol de esta ciudad inmortal. La primera medida que van a tomar será cambiar el himno de Juan Notario (con música de Antón García Abril) por una ranchera. Para tal fin, se han puesto en contacto con nuestro director, Dionisio Sánchez, gran aficionado a este género musical, para participar en el acabado de la letra. “¡Ay, ay, ay, ay… canta y no llores…!”.

  Enojado, el padre Melero, uno de los cinco mañíficos de la literatura local y exconsejero del Real Zaragoza en la época de Agapito Iglesias, promete no hablar más de fútbol, salvo con el cenizo del bar. Uno espera de Melero -y los de su banda- tanta novedad como de la doctrina sexual de la iglesia.

  “¡Nunca un muerto dio de comer a tanto vivo!”, exclamó un indignado Luis Buñuel a su amigo Jean-Claude Carrière, en una de las visitas de este al cementerio, para llevarle los periódicos. “Voy a tener que levantarme de la tumba, enfundarme mis guantes de boxeo y empezar a repartir hostias consagradas a diestro y siniestro”, le susurró a continuación, harto de tanta utilización de su nombre en vano. ¡Abajo las caenas!

  Es curioso el perverso interés del ser humano por su ‘doble’, por ese tú que no eres tú sino tu antípoda y que suele ser recogido en la literatura y el cine como metáfora de todo lo que no eres ni tienes. Que se lo digan, si no, a Luis del Val, que cada día que pasa se parece más a Octavio Paz. O a Raúl Herrero en su sorprendente parecido con el actor Agustín González.

  Bombazo editorial. Después de sus últimos éxitos literarios, la obra de José Luis Corral será traducida al castellano. Si quieren rigor historicista, no se olviden del agudo novelista.

  Además de un lenguaraz ácido, Fernando Arrabal es un inconformista crítico y cítrico. Clarividente casi siempre, con la suficiente autoridad para denunciar la impostura desde cualquier página, en cualquier circunstancia. En su libro ‘Un esclavo llamado Cervantes’ se atreve a lanzar este preterible: “En España, si hubiera existido el premio Cervantes en el siglo XVII, se lo hubieran dado a Alonso Fernández de Avellaneda, el autor del falso ‘Quijote’. Cervantes no lo hubiera merecido”.

  Todo lo contrario que el suplemento cultural del diario decano de Aragón, esas “artes y letras” coordinadas por Antón Castro, que parece cumplir con una misión gloriosa: aplaudir y corear. No es que no exista espíritu crítico, sino que estamos hablando de que no se sabe deslindar lo que es propaganda de lo que es información. Quizás no se sepa ni formular la diferencia. Toca discernir con criterios culturales qué es y qué no es digno de estar en esas páginas. Empecemos por la humildad y la reflexión: menos demagogia y más acción cultural. Más información y menos publicidad. Más especializadas y menos generalistas. ¿Un imposible? Una decisión.

  Ya lo decía George Orwell: “Informar es contar aquello que alguien no quiere que se sepa, y lo demás es publicidad”. La rebeldía es un derecho, pero también debería ser una obligación del periodista o del agente cultural. Pocos defienden en esta tierra nuestra una profesión que debería seguir levantando alfombras y formulando las preguntas más incómodas para controlar a lo que ejercen el poder. Lo fácil es vivir del poder, con la excusa de la cultura o lo que sea, y mirar para otro lado. Porque hay que ser más distante y crítico, que la proximidad sentimental siempre traiciona. A ver si espabilamos y empezamos la nueva temporada con valentía y sin compadreos. O espabilamos o nos vamos a la mierda.

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