Bronca en la inauguración de la Feria del Libro

Por Don Quiterio
Fotografías: Carlos Calvo

    José Manuel Blecua y Dolores Serrat se vieron obligados a refugiarse en Capitanía ante la protesta violenta de medio centenar de personas.
  

Blecua y Serrat, obligados a refugiarse por insultos y amenazas

Efe. Zaragoza| 01/06/2012

   José Manuel Blecua y Dolores Serrat se han visto obligados a refugiarse en Capitanía ante la protesta violenta de medio centenar de personas.

   El presidente de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, y la consejera de Educación aragonesa, Dolores Serrat, que atendían a los medios antes de inaugurar la Feria del Libro de Zaragoza, se han visto obligados a refugiarse en un edificio público ante la protesta violenta de medio centenar de personas.

    Blecua, que fue el pregonero de la XVIII edición de la Feria del Libro de Zaragoza, y Serrat, junto a otras autoridades públicas, atendían a los medios de comunicación antes del paseo que tenían previsto dar para saludar a los libreros que participan en esta feria, previamente a la lectura del pregón por el académico zaragozano.

   En ese momento, medio centenar de personas, con pitos y carteles verdes alusivos a los recortes en Educación, han irrumpido en la plaza de Aragón, han rodeado a la comitiva y han lanzado duros insultos a la consejera.

   Algunos de los manifestantes se han colado antes de que las fuerzas de seguridad pudieran cerrar la verja y han forcejeado duramente con los vigilantes, que intentaban echarlos, mientras otras personas zarandeaban la valla y hacían presión para entrar.

    Ya en el interior del edificio, Serrat, desde «el máximo respeto a la libertad de expresión», ha manifestado a los medios de comunicación un «profundo sentimiento de pena y tristeza».

   Las protestas, ha dicho, han alterado un acto cultural que había sido organizado por muchas personas y a ella, personalmente, le ha impedido visitar a los libreros en las casetas. «Esto es coartar la libertad de movimiento», ha insistido.

   Serrat, visiblemente afectada, ha insistido en que puede «justificar» todas las protestas, pero no las que incluyen insultos o incluso amenazas, y ha recordado que ella siempre está «abierta al diálogo».  Y ha repetido el mensaje de que la educación en Aragón «no está en riesgo, por mucha violencia o insultos que me lancen algunos».

    Blecua, por su parte, se ha limitado a decir que «es bueno» que todo el mundo exprese su opinión, pero en este caso «no ha habido opiniones, sólo pitidos y unas pancartillas».