Por Luis Gareta
Si algo estaba claro es que la segadora no daba las prestaciones deseadas cuando realizaba su labor en la finca. Cualquier accidente del terreno repercutía en la estabilidad del conductor. Y eso había que solucionarlo
Durante las pruebas se observó que tal vez si se le añadieran a los extremos laterales de la estructura donde quedaba amarrado el “triciclo” dos ruedas fijas, tal vez se amortiguara el bamboleo de las ruedas motrices al alcanzar cualquier bache de la finca. Es decir: parecía necesario que la segadora tuviera cuatro ruedas en lugar de las dos motrices.
El Departamento de I+D del ISSIPU (Instituto Superior de Silvicultura Improductiva del Pollo Urbano) se puso en marcha y con dos viejas ruedas de un inservible cortacésped se prepararon las pletinas y los ejes de las ruedas para soldarlas a la estructura una vez calculada la altura media del posible bamboleo de la segadora pero con la holgura suficiente para permitir, a fuerza bruta, el giro de la misma.
Realizada la mejora aún se estaba lejos de conseguir una cómoda estabilidad para el conductor. Algo fallaba y había que averiguarlo. Pronto llegaríamos a dar con la solución….Pero aún faltaban unos días…
(Continuará)