Desde el diván: ‘El vientre del arquitecto’ de Peter Greenaway


Por José María Bardavío

  La gestación de Louisa y el cáncer de estómago de su esposo, el arquitecto americano Stourley Kracklite, están misteriosamente relacionados en esta gran película.

Título original:The Belly of an Architect aka

Año:1987
Duración:108 min.
País:Reino Unido Reino Unido
Dirección: Peter Greenaway
Guion: Peter Greenaway
Música: Wim Mertens, Glenn Branca
Fotografía: Sacha Vierny

Reparto: Brian Dennehy, Chloe Webb, Lambert Wilson, Sergio Fantoni, Stefania Casini, Vanni Corbellini, Alfredo Varelli, Geoffrey Copleston, Marino Masé, Marne Maitland, Francesco Carnelutti, Claudio Spadaro

Productora: Coproducción Reino Unido-Italia; Hemdale, SACIS, British Screen, Mondial, Film Four International, Tangram Film, Callender Company 973


    Los síntomas son idénticos: malestar general,  dolores punzantes indiscriminados y ocasionales,  vómitos frecuentes y una sobrecarga de libido en una amplia y difusa parte de los alrededores del bajo vientre.

   Todo comienza cuando Kracklite, en un banquete dado en su honor en Roma, escucha al azar la muerte del emperador Augusto debido a la ingesta de unos higos previamente envenenados por su esposa. La leyenda de los higos intoxicados se instala  en lo más profundo de la psique del arquitecto estableciendo allí un vínculo paranoide entre  la emperatriz asesina y Louisa:  <<Mi  esposa  me está envenenando>>. Se levanta de la mesa se dirige a los servicios y vomita en el lavabo convencido de que su mujer le ha tendido una trampa mortal. Lo cierto es que si Augusto fue envenenado, Kracklite lo será con los frutos de las intrigas de sus colegas italianos que preparan un montaje colosal para robarle prestigio y la realización del proyecto homenaje a Boullée , el arquitecto utopista, que le ha traído a Italia con su joven mujer embarazada. Y también, por ese cortocircuito creado por un desplazamiento introyectivo que hace suya la historia del emperador y la inclinación paranoica, desmesurada, que siente por los grandes arquitectos universales, que le hacen creer –no sin cierta razón- qué él es uno de ellos.

     El vómito lo provoca la colisión de tres agentes: la legendaria muerte del emperador, ciertos dolores en el bajo vientre, y la aparición de delirios persecutorios dedicados a su esposa. El narcisismo paranoico de Kracklite desplaza del yo la fuente  de dolor para  emplazarla en el cuerpo de su mujer que, por efecto del embarazo, «esconde algo», igual que la esposa de Augusto que, por lo visto, lo quería muerto. El misterioso giro mental del arquitecto refunda en su propio vientre, que efectivamente está enfermo pero sin que él todavía lo sepa, el vientre nuevo de su mujer debido al embarazo.

   La obsesión crece tanto que se dedica a indagar en reproducciones del cuerpo de Augusto, el misterio que esconde su propio vientre –según él- también envenenado. Pero en la realidad no por su mujer sino por el cáncer que él está gestando. Con la original modalidad especular que representan las reproducciones, le vemos aplicarse las fotocopias del vientre del emperador mostrando, en realidad, el proceso paranoico de identificación que lo va trastornando progresivamente. La identificación consciente con el gran emperador lo que en encubre es la identificación inconsciente del arquitecto con  el vientre gestante, la bóveda primigenia, que va creciendo, creando,  su mujer.

    Kracklite va adquiriendo una extraña y misteriosa percepción arquitectónica de su propio cuerpo: <<Tengo en el estómago un bulto duro, esférico, algunas veces  es como un cubo  pero la mayoría de los días es como una pirámide con los picos muy agudos>>.

     Y aun  sabiendo de  las dificultades que supone ahogarse en la  bañera, lo intenta una y otra vez. Durante la grotesca operación aparece Louisa:

-¿Qué estás haciendo?

-Me estoy ahogando… pero es inútil. El cuerpo no lo permite porque pierdes la conciencia y vuelves a respirar.

    Kracklite se emborracha sin salir de la bañera. La ingesta de alcohol pervierte el efecto de los  medicamentos mientras la ginebra aumenta el dolor de estómago. Lo cierto es que padece un cáncer de estómago cuyos síntomas se manifestaron por primera vez el día que oyó la leyenda de la muerte de Augusto. Mientras su mujer expande el útero para albergar la creación de su hijo en gestación, a su marido le está consumiendo un cáncer que le está carcomiendo el estómago. El suyo y el de su mujer entran en relación albergando la vida en ella y la muerte en él. El vientre de los dos, y la cúpula creada por Kracklite en homenaje a Louis Boullée, que ahora mismo se está erigiendo en Roma. Levantan en Roma la cúpula por él creada mientras se derrumba su bóveda estomacal. Las entrañas de la muerte, las entrañas de la vida y las entrañas de la arquitectura tienen forma de bóveda.

   Fue una historia, un relato, una leyenda: Augusto envenenado por su esposa. Unas pocas palabras bastan para que el mejor arquitecto del mundo empiece a volverse loco. ¿Se trata del tumor ascendiendo sus efectos fatales hasta la cúpula craneal? Higo, Augusto, esposa, veneno, parecen anudar nociones irreversibles de desquicio en la arquitectura corporal del arquitecto. Es como si las paredes de su cuerpo se derrumbaran hacia dentro y el devastador  terremoto corporal  desencadenara también la destrucción de  la psique del arquitecto.

    Kracklite esperará al día del nacimiento de su hijo para arrojarse desde lo más alto de la cúpula que ha terminado de construir en homenaje al mayor utopista de los arquitectos: Louis Boullée. Mientras el hijo se asoma a la vida, el padre se lanza a la muerte. Kracklite intentó suicidarse en la bañera pero no lo consiguió. Justo después mimetizó su cuerpo con el de Augusto superponiendo fotocopias del estómago áureo sobre su propio estómago. Y finalmente, se arroja al vacío para tocar tierra en el instante en el que su hijo también toca tierra entrando en el mundo por entre las piernas de Louisa. La bóveda se invierte para recoger el cuerpo venido desde lo alto de la cúpula por él creada. La bóveda en el suelo es la bañera que, por fin, recoge la vida del gran creador. La bóveda se superpone y cierra con  la otra mitad de abajo (ilusoria) para albergar, convertida en esfera, el gran mausoleo de Kracklite inspirado en la esfera, forma geométrica perfecta según Boullée. Pero, hay que insistir en ello, en el centro de esa esfera habita una bañera porque fue la bañera, paranoica bóveda invertida, en donde Karcklite inventó su muerte, y habiendo fallado construyó una cúpula para arrojarse al vacío definitivamente.

La página del autor: http://bathtubsinfilms.blogspot.com/

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