Los estrenos en los cines: Correspondencia desde Angola


Por Don Quiterio

   “Esta es una película de voces y cartas, y ese era el proyecto desde el principio. Sabía que resultaba arriesgado, pero, al mismo tiempo, mi sueño era que a los diez minutos hubiera algo hipnótico que hiciera al espectador acoger la voz que está escuchando”.

    Con estas palabras presenta el cineasta portugués Ivo Ferreira ‘Cartas de la guerra’, adaptación de la apasionada e intensa correspondencia que el escritor lisboeta António Lobo Antunes envió a su primera esposa, María José Xavier da Fonseca e Costa, durante su participación como médico militar en la guerra del este Angola, a principios de la década de 1970.

  Realizada en 2015, esta poética película anticolonialista, interpretada por Miguel Nunes en el papel del escritor y Margarida Vila-Nova (esposa del director) en el de su amada, llega ahora a las pantallas zaragozanas. En un expresivo blanco y negro a cargo del operador Joâo Ribeiro, oímos las palabras que conforman las cartas a través de la voz de una mujer, quien las recibe, mientras vemos las imágenes de quien las ha escrito, alguien desorientado y profundamente marcado por el horror de la contienda. Un hombre, esto es, en medio del caos de la guerra. Son misivas de amor de un lirismo estremecedor, más literario que cinematográfico, en las que se insertan amargas reflexiones que, sin embargo, no terminan de ensamblarse en su justa medida, acaso porque el cineasta luso -en la senda de sus compatriotas Pedro Costa y Miguel Gomes- no termina de comunicar convenientemente todo el dolor, el sentido de culpa y la desesperación que sufren los participantes del conflicto bélico.

  El contraste entre la guerra en ultramar y la pulsión más íntima y secreta del protagonista por su amada, la que espera angustiada noticias desde el corazón del continente africano, no cuaja en la mezcla de voz en off con el caos y la barbarie, el calor y la desesperación, la soledad y la supervivencia, la sangre y la tragedia. La obra quiere abrirse paso, siempre desde una estética documental, entre el lirismo y el retrato del dolor para ofrecer al espectador un alegato antibelicista, pero no termina, maldita sea, de concretar las expectativas. El relato, así, no se funde, no colisiona (y, por tanto, no suma) la incesante palabra epistolar con el subrayado o la contraposición del drama bélico. Una contienda, al fin y al cabo, que explica el fin de los delirios de grandeza de un país, Portugal, que ve cómo su última colonia se le escapa de las manos.

  Más que contar, Ivo Ferreira –‘Em volta’ (2002), ‘Aguas mil’ (2009)- produce clima y emociones, aunque no profundiza en las relaciones entre cine y literatura. El cineasta, en efecto, no llega a absorber las posibilidades de una voz en off tenaz, omnipresente, que se desliza sobre las imágenes de un modo excesivamente complaciente, premioso, monocorde, como si fabricara una simbiosis de las ‘Nueve cartas a Berta’ (1965) de Basilio Martín Patino con las ‘Cartas desde Iwo Jima’ (2006) de Clint Eastwood.

  Un título, en cualquier caso, totalmente recomendable en una cansina cartelera zaragozana repleta de bodrios veraniegos. Aunque solo sea por recuperar la prosa del gran Lobo Antunes en el infierno de una guerra llena de contradicciones a la que llega recientemente casado y con su mujer en estado de buena esperanza. “Recuerdo el primer día que vi tu perfil de Boticelli”…

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