3 días en Filmadrid


Por Aitana Enciso Membrado

    Este año estuve asistiendo a un par de pases de este festival como público, y también viendo en el Museo La Neomudéjar una exposición sobre Jonas Mekas.

    Filmadrid es un festival de cine bastante nuevo, esta ha sido su tercera edición, y contaba con una intensa programación en distintas salas de toda la ciudad además de la exposición mencionada, masterclasses y varias actividades más.

   Tenéis el programa de este año aquí: http://filmadrid.com/filmadrid-2017/

    Para mí tenía interés, pues siempre me parece positivo ponerse un poco al día, dentro de las capacidades y los tiempos de cada uno, y el tipo de programación que ofrece este festival merece la pena.

   Se diferencia de otros en que ofrece una selección de títulos difíciles de ver en otras ciudades.

   Así, el viernes por la tarde me fui al Cine Estudio para ver la doble proyección  de The Dust Channel, una película israelí de Roee Rosen del año pasado,  y Vendredi 13 de Nicolas Klotz, también de 2016,  francesa , seguida de un  coloquio posterior con su director.

   Acudí a este pase puesto que Klotz aborda el suceso de la sala Bataclan en 2015.  Es un suceso lo suficientemente desagradable como para que esta película sea interesante. Lo trata a través de una visión muy decente, y es que, en lugar de trabajar con metraje extraído de las emisiones televisivas, lo que hizo Klotz fue grabar el programa de radio del día siguiente de la noche del Bataclan, dirigido por el hermano de Olivier Assayas.

    Así, lo que podemos ver es un relato emocionado y muy crudo de todas las emociones de personas que estaban en el ojo del huracán en esos momentos, a las que no les había sucedido nada directamente pero que trabajaban con la responsabilidad de saber todo lo que iba pasando minuto a minuto.

The woman who left, Lav Díaz, 2016.

   De tres horas y media, la proyección programada en el Cine Doré, la Filmoteca Española, de este director filipino, que había ganado Venecia el año pasado, también parecía una cita obligada.

   Para los que no conocen a Díaz, se trata de un director que pone un medido y casi excesivo cuidado en sus rodajes, en concreto esta, la primera película que podía ver en un cine, me pareció hipnótica. Tanto que no pude aguantarla hasta el final. No porque no tenga costumbre de ver películas largas, sino porque quizás era tan real, a pesar de estar rodada en blanco y negro, que daba un poco de vértigo. En este caso no se trata de identificarse con los protagonistas, sino que por mi parte me dio la sensación de que era tan grande lo que se mostraba en la pantalla que no podía abarcarlo. La realidad presentada por Díaz, dura y fea, hace que a veces nos cueste aguantar proyecciones tan largas. No diré más ni sobre su sinopsis ni sobre mi opinión real sobre las películas tan extensas. En este caso, la paliza física que llevaba de andar por Madrid me jugó una mala pasada. Recomiendo verla, yo misma cuando esté online he de terminarla.

Jonas Mekas en la Neomudéjar

   Antes de volver a casa, el domingo por la mañana me fui un ratito a ver el Museo La Neomudéjar, pues no lo conocía, y de paso intentar ver un poco la muestra que todavía continúa allí sobre Jonas Mekas, uno de los «padres» del documental.

   Como iba muy escasa de tiempo, estuve en la presentación y compré un bonito manual sobre Mekas, sus escritos entre 1958 y 2010.

   La Neomudéjar bien vale una visita con  tiempo.

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