Últimos eventos del 2014

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Por Don Quiterio

     En un mundo cada vez más globalizado, lo particular adquiere un valor esencial, y el cine es una de las formas de expresión que sirve para reivindicar la identidad comunitaria. La fiesta del cine aragonés llega con toda su plenitud en los últimos meses del 2014, con un amplio catálogo de muestras y certámenes, en un verdadero caleidoscopio de miradas.

     Los festivales giran sus miradas a esas personas con nombres y apellidos que han puesto su ilusión, esfuerzo, entusiasmo, intelecto, tesón y sensibilidad al servicio de este oficio, creando centenares de historias con el único fin de deleitar al espectador. Un suponer.

     Plan acogió la primera muestra deportiva y de montaña, organizada por Espiello, a la manera de los ya consolidados Trento film festival en Italia, Torelló mountain film en Lérida o Kendal mountain en Inglaterra. Dedicada a todos los amantes de esta afición, se proyectaron los cortos ganadores de la edición 2013 de la Ultratrail de Sobrarbe, cuyos directores son el zaragozano Mariano Navascués y Juanjo García Corcoles, de Burriana. Se programaron, entre otros títulos sobre escalada, alpinismo, piragüismo, parapente o bicicleta, ‘Encordades’ (Gerard Montero), ‘Search Africa’ (Horacio Llorenç),  ‘Karim Non Stop’ (Jesús Bosque y Ramón Día), ‘Música para un montañero’ (Daniel Orte) o ‘Vuelta al turno’ (Jorge García Dihins). Así, se pudieron ver espectaculares imágenes de bajadas de cascadas y toboganes, de vuelos sobre montañas africanas, panorámicas desde picos de ocho mil metros o los testimonios de diferentes generaciones de escaladores, de guías locales que acompañaban a los primeros montañeros, de personas que se acercan por primera vez a este tipo de deportes y experiencias vitales, a veces muy duras. “Después de varias ediciones en las que Espiello recogía documentales que no se adaptaban mucho a las características del festival celebrado en Boltaña, la técnico cultural de la comarca nos propuso realizar esta muestra y decidimos acogerla”, explicó Alberto Bosque, uno de los organizadores.

     El festival de Daroca homenajeó al compositor Antón García Abril y a la cantante Carmen París, acompañados de la cineasta Laura Sipán y la actriz daroncense María José Moreno. Las cintas premiadas, en sus diferentes facetas, fueron ‘Efímera’ (Diego Modino), ‘Not anymore: a story of revolution’ (Matthew Van Dyke), ‘Supercomputación’ (Fernando Cucchietti), ‘Cuantos más, mejor’ (de la escuela Un perro andaluz), ‘H-2 bajo cero’ (Frisccano Mirsán), ‘Mientras somos’ (Jacobo Atienza), ‘Naturaleza muerta’ (Javier Estella y José Manuel Fandos) y ‘Cólera’ (Aritz Moreno).

     La localidad zaragozana de Orés celebró la cuarta edición del concurso de cortometrajes de terror, con un jurado compuesto por Miguel Velasco, David Asensio, Maxi Campo, David Yáñez e Ignacio Lasierra, quienes premiaron las dos categorías en liza: profesionales y amateurs. Y en el primer festival de arte y salud mental del Pirineo se proyectaron, entre otras, los documentales ‘Pollicino’, de Cristiano Ananay, y ‘Bucarest, la memoria perdida’, de Albert Solé, sobre el tema del alzhéimer.

     Más de quinientos trabajos procedentes de toda España se presentaron en la séptima edición del certamen de cortometrajes de Bujaraloz, un récord de participación que es una confirmación de la energía e importancia que ha tomado este festival de cine monegrino. En el apartado aragonés se presentaron cuatro títulos: ‘El país de nunca jamás’, de Jesús Salvo; ‘Mientras somos’, de Jacobo Atienza, que se llevó el premio del público y el del mejor corto; ‘Políticamente correcto’, de Ana Ballabriga; y ‘Te escucho’, de Jorge Blas. La selección nacional la conformaron, entre otros, ‘Bloquejats apilats’, de Marc Riba y Ana Solanas; ‘El color de Leo’, de Zarah Knebel; ‘Katakroken’, de Jaime Maestro; ‘Hi im new’, de Mario Serrano; o ‘Barrientos, fuera de juego’, de Kike Florido. La actriz Laura Gómez Lacueva (‘De tu ventana a la mía’, ‘Justi&Cia’) fue la madrina del certamen y se premió al largometraje ‘El bandido cucaracha’, de Héctor Pisa y Juan Alonso. También se premiaron ‘Bikini’, de Óscar Bernácer, al mejor corto nacional de ficción; ‘Safari’, de Gerardo Herrero, al mejor tráiler; ‘El pequeño doctor’, de Fran Kapilla, a los valores solidarios; y ‘Cuerdas’, de Pedro Solís, a la mejor animación.

     La muestra de mujeres proyectó veintisiete cintas en ocho días. Largometrajes, documentales, cortos y videominutos se pudieron ver en el zaragozano centro de Historias, que albergó asimismo una exposición sobre las pioneras del cine, realizada por Marta Sureda e Ingrid Guardiola. Organizada por el seminario interdisciplinar de estudios de la mujer de la universidad de Zaragoza y la asociación cultural Odeonia, se pudieron ver ‘The filmballad os Mamadada’ (Lily Benson y Cassandra Guan), ‘Mujer conejo’ (Verónica Chen), ‘Las mujeres del pasajero’ (Patricia Correa y Valentina MacPherson), ‘Calypso Rose’ (Pascale Obolo), ‘Manzanas, pollos y quimeras’ (Inés París), la segunda parte de ‘Después de…’ (Cecilia y Juan José Bartolomé), ‘Bref’ (Christina Pitouli), ‘Rock the Cashbah’ (Laila Marrakchi) o ‘Un grito’ (Cecilia Barriga). El principal objetivo de esta muestra es recrear el mundo a través de la mirada cinematográfica de estas autoras y acercar al público obras que no llegan a las salas comerciales y circuitos habituales de exhibición. Las cineastas de la tierra presentes fueron Paula Blesa con ‘¿Cuántos cocodrilos caben en un mes?’, María Agúndez con ‘Los hombres son también vírgenes’ y Vicky Calavia con un extracto  de ‘Aragón rodado’. Esta última compartió un coloquio con la actriz, realizadora y modelo belga Daphnée Baiwir, que ofreció su corto ‘Danse funebre’.

     El festival de Fuentes de Ebro llegó a su decimonovena edición, cuya ceremonia de inauguración tuvo como protagonistas a dos cortos premiados en los pasados ‘goyas’, esto es, ‘Abstenerse agencias’, de Gaizka Urresti, y ‘Cuerdas’, animación de Pedro Solís. También se proyectó el corto rodado en Fuentes ‘Somos cine’, protagonizado por actores de la localidad, y se rindió homenaje al actor aragonés José Luis Gil. El cortometraje de Javier Macipe ‘Os meninos do río’ fue el gran triunfador de la gala de clausura, al llevarse numerosos galardones (mejor corto, realizador, fotografía, montaje, dirección de producción y premio del público). El mejor documental recayó en ‘El hombre y la música’, de Laura Sipán, en torno a Antón García Abril, compositor turolense al que le dedicamos un artículo en esta sección. ‘Blink’, de Diego Latorre, se llevó cuatro galardones (ópera prima, música original, peluquería y efectos visuales). ‘Laisa’, de Carmen Gutiérrez, se llevó los dos galardones a mejor actriz protagonista y actriz de reparto, que recayeron en Nausica Bonnin y Maica Barrosa, respectivamente. El premio al mejor actor protagonista fue para Ramón Esquinas por ‘Alba’, y el de reparto para Alberto Lozano por ‘Bono’.

     Eugeni Bonet, Carlos T-Mori, Rubén Blanco, Eduardo Estopiñán, Miguel Ángel Varona, Emilio Casanova, Eli Lloveras o Álvaro Díaz-Palacios fueron algunos de los nombres del videoarte y las narrativas más experimentales que participaron en la tercera edición de Proyectamedia, que tuvo lugar en Etopia, y se proyectaron vídeos realizados por ellos para reflexionar en público sobre sus trabajos, los nuevos tipos de espectadores, las sensibilidades y afectos que están surgiendo a raíz de esta cultura digital y otras zarandajas. Esta muestra sobre nuevas tecnologías, aplicaciones, realidad aumentada y espacios virtuales se inauguró con unas sesiones en las que intervinieron Carlos Trigueros y Jaime de los Ríos, en donde explicaron sus proyectos respectivos de acciones audiovisuales para explorar distintas formas de interactividad.

     También en el centro Etopia se inició –permanecerá hasta febrero- una muestra de videoarte internacional en una reflexión sobre la globalización, en un total de doce artistas procedentes del norte de África y de Oriente Medio, con trabajos de Adel Abi, Ziad Antar, Younes Baba-Ali o Nadia Kaabi-Linke.

La mejor pieza, a mi modo de ver, es la del dúo de artistas turcos Mental&Klinik, que exponen un vídeo compuesto por confetis de colores que caen y caen.

     La tercera edición de ‘La mirada tabú’, una cita que este año une lo erótico y transgresor a la crítica social (paro, desahucios, inmigración), dedicó sus homenajes respectivos al cineasta italiano Pier Paolo Pasolini, con la proyección de ‘Saló o los 120 días de Sodoma’, al poeta español Leopoldo María Panero, con textos leídos y comentados por Ángel Guinda, Túa Blesa o Helena Santolaya y la proyección de un documental referido a su persona, y al realizador  turolense Antonio Maenza, ese que le sacó los colores al gran Joaquín Aranda. El corto ‘Piel canela’, del madrileño Alejandro Vega, obtuvo el primer premio del concurso. La mención del jurado recayó sobre el murciano David Castro con su proyecto ‘A2042’. El zaragozano Javier Macipe y el barcelonés Francisco Menchón obtuvieron sendos premios especiales del jurado por ‘Os meninos do rio’ y ‘El calipo’, respectivamente. El público premió ‘El primer beso’, de Albert Manich, y ‘Democracia’, de Borja Cobeaga, ganó el segundo premio. En cuanto a la fotografía, se premió a María Storni.

     En Teruel, el décimo ciclo ‘Amantes de cine’ dedicó su temática a aquellas personas excluidas, marginadas o desplazadas en nuestra sociedad, vistas a través de la mirada del séptimo arte. Se proyectaron el documental ‘La maleta mexicana’ en recuerdo del exilio republicano, la comedia dramática española sobre la solidaridad ‘La venta del paraíso’, el filme de Constantin Costa-Gavras ‘Edén al oeste’, la comedia francesa sobre la convivencia y superación ‘Intocable’, el relato del conflicto entre Palestina e Israel a través de una emigrante en ‘Amerrika’ o la película de Chaplin ‘El chico’ con música en vivo a cargo del pianista alcañizano Santiago Sáenz. Un ciclo turolense en el que se rindió un pequeño homenaje a quien ha sido el principal impulsor, el amigo periodista y escritor Francisco Javier Millán –no confundir con el realizador de cine ‘gore’ aragonés-, gran experto en la obra de Luis Buñuel. Y de Buñuel, precisamente, se proyectó ‘Los olvidados’, la vida de los mendigos mexicanos desde la óptica del calandino, con la inclusión del final alternativo nunca exhibido.

 

    La vigesimoprimera muestra de realizadores oscenses programó veinticinco producciones en las que se vieron implicados treinta y un cineastas, entre los que destacaron Eduardo de la Cruz, Cristóbal d’Onofrio, Gala Gracia, Javier Arinero, Eugenio Monesma, Chus Fenero, Ángel Orós, Álvaro Orús, Ramón Lasaosa, Juan Antonio Hernández Cerdán, Orencio Boix, Jesús Bosque o Lorenzo Montull. Once de estas producciones fueron de ficción, ocho documentales, cinco videoclips y una pieza de videoarte. Al mismo tiempo, la muestra oscense vino acompañada por un seminario de producción audiovisual sobre el uso de equipamientos y accesorios básicos de iluminación y movimientos de cámara.

 

    Proyectaragón ha organizado la séptima muestra audiovisual aragonesa que recoge cada año lo mejor, según el criterio de Vicky Calavia, de la producción en cine y vídeo realizada por directores de esta comunidad. Además, Proyectaragón fue la muestra invitada en el Spanisches Film Fest de Berlín, donde inauguró la sección denominada ‘Ventana abierta’, en la que se pudieron ver trabajos de autores como Emilio Casanova, Pablo Aragüés, Víctor Forniés, Javier Macipe o Pilar Palomero.

     La decimonovena edición del festival de Zaragoza estrenó su trofeo Augusto, obra del artista Juan Carlos García, para el que se tomó como modelo el encontrado en Tarazona, y que tiene dos presentaciones distintas: en bronce para los homenajeados (Luisa Gavasa, Daniel Monzón, Javier Fesser y Ricardo Gómez) y en resina para los galardones en cada sección. Si en Berlín tienen el oso, en Venecia la palma o en San Sebastián la concha, aquí tenemos ya el busto del fundador de Caesaragusta como trofeo oficial para nuestra cita cinematográfica. Como nuevas secciones a concurso se han creado las de Aragón negro y microcortos para internet. También se recuperó la figura de país invitado y este año fue Rumanía con las proyecciones de ‘Tatal Fantoma’, de Lucian Georgescu; ‘Binecuvantata fii, inchisoare’, de Nicolae Margineanu; y ‘Madre e hijo’, de Calin Peter Netzer.

    Los galardonados en los cortometrajes de ficción fueron Miguel Carmona por ‘Subterráneo’, Javier Macipe por ‘Os meninos do rio’, Gerardo Herrero por ‘Safari’, Álvaro Martín por ‘Estocolmo’, Albert Manich por ‘Mi primer beso’ y Gracia Querejeta por ‘Cordelias’. Los cortos de animación premiados fueron ‘Cuerdas’, de Pedro Solís, y ‘Gea’, de Jaime Maestro. Como mejores documentales, Patxi Uriz y Laura Sipán se llevaron los galardones por ‘Hijos de la Tierra’ y ‘El hombre y la música’, respectivamente. El mejor largometraje a la ópera prima se lo llevó Javier Macipe (doblemente premiado en el festival) por ‘Los inconvenientes de no ser dios’ y la mención especial se otorgó a Rodrigo Sorogoyen por ‘Stockholm’. Los mejores videoclips recayeron en los realizadores Manuel Silva, Rebeca García y Raquel Navarro. ‘Cabalgata y el secreto del mantel’, de Grojo, y ‘No es lo peor’, de Diego Giménez, obtuvieron los premios a los mejores microcortos para internet. El mejor corto internacional de género negro fue a parar a manos de Diego Latorre por ‘Blink’. Y, finalmente, en los encuentros escolares, los premiados fueron el CRA La Sabina por ‘Víctimas de la crisis’, el IES Rodanas por ‘Agua en el desierto’ y el CPIFP Bajo Aragón por ‘Güilli, el friki’.

     Organizado por el mismo festival de Zaragoza, la cuarta muestra de cine fantástico y de terror se celebró en el centro cívico Teodoro Sánchez Punter del zaragozano barrio de San José, y allí se estrenaron los largometrajes ‘Nasciturus’, dirigido por los aragoneses Miguel Barreto, Alberto Luengo y Sofía Guillén, o ‘Wax’, de Víctor Matellano, dos historias de horror, misterio y sucesos paranormales, al tiempo que se impartió una sesión de cuentacuentos de miedo para adultos a cargo de Cristina Verbena y se inauguró una exposición en torno al cine fantástico y la literatura de terror.

 

    Dejo para el final el término ‘fraude’ como concepto, un tema que ha dado mucho de sí en el mundo cinematográfico y por eso el festival Periferias de Huesca programó un completo ciclo de cinco películas que recogen el juego entra la verdad y la mentira en algunas cintas de culto. Se pudieron ver dos falsos documentales canónicos, ‘La verdadera historia del cine’ y ‘This is spinal tap’, dirigidos respectivamente por Peter Jackson y Rob Reiner. A estas cintas se sumaron otras tres: ‘Stories we tell’, de Sarah Polley; ‘El secuestro de Michel Howellbecq’, de Guillaume Nicloux; y ‘Fake’, de Orson Welles, el inventor del término como género. Esta última, claro, dio el sentido definitivo a estas periferias oscenses, un documental sobre las actividades de un famoso pintor, Elmyr de Hory, conocido por sus falsificaciones de grandes maestros, así como de otras personas conectadas con él, como su biógrafo, Clifford Irving, autor también de la fraudulenta biografía de Howard Hughes. Una importante historia de engaños, una reflexión sobre lo que es el arte, sobre las verdades y falsedades que hay en torno a este mundo. Asimismo, relata la carrera del propio Welles, que comenzó con la emisión radiofónica de una falsa invasión marciana, ‘La guerra de los mundos’.

     Y es que la historia de la cultura, desde los tiempos de los filósofos sofistas, ha estado llena de fraudes y bromas, de sablazos y pedanterías, de gamberradas e imposturas. En el mundo del arte –primero o séptimo- la falsificación y la mentira, la puritiva mentira, son la línea del horizonte: representación, ficción, suplantación, recreación, finta, adorno, trola, estafa… La política y la politiquería en el seno de las instituciones culturales, los suplementos, los cenáculos, muchas veces nulifican el poder de la cultura, es decir, su influencia para generar corrientes de opinión. Hay que combatir el esnobismo y el elitismo en todos sus campos de acción. A ver si espabilamos.

     Porque en un país como España en el que triunfa la apariencia no es de extrañar que los estafadores hayan llegado a las alturas. Por eso el pequeño Nicolás, con su colección de fotos y su agenda de contactos influyentes, ha puesto en ridículo a muchos y ha elevado al tradicional pícaro a la categoría de personaje público muy atractivo para la prensa. Solo con que el uno por ciento de lo que cuenta sea verdad es como para cortarse las venas de pensar lo bajo que hemos caído. Rodeados de tanto zoquete, cuesta creer que este país superará esta crisis que nos ha sumido en la desesperanza y en el pesimismo.

     No es amarga la verdad, lo que no tiene es remedio, canta Joan Manuel Serrat. Algún día se sabrán todas las verdades que nos tratan de esconder. Todo es cierto menos lo que nos cuentan. La verdad es que tanta mentira autodestruye y, si no, que le pregunten a Anacleto, el agente secreto. De esto, en Aragón, sabemos mucho.

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