Por Gonzalo del Campo
Esta es la recta final,
descomunal esperpento,
de la actual legislatura
que ha ido siempre en aumento.
Ha llegado a ser un circo
de tamaño gigantesco
donde todos actuamos
con ganas o sin quererlo.
Sería largo glosar
tantos acontecimientos
que en estos últimos años
nos han ido sucediendo.
Otra vez las votaciones
nos reclaman el derecho
que todos los ciudadanos
de vez en cuando ejercemos.
Cuatro años han pasado
que me han parecido eternos,
más un mes, exactamente,
desde que están los peperos.
Nos han dejado a su paso
hazañas para el recuerdo
que por más años que pasen
sin duda, no olvidaremos.
Sanidad y Educación
fueron su crimen primero
pues les dieron cuchilladas
igual que los navajeros
que manejan la herramienta
rajando a diestro y siniestro
sin pararse a comprobar
si el herido ya está muerto.
Actuaron con la saña
propia de unos carniceros
que despiezan el ganado
dejando apenas los huesos.
Eran solo avanzadilla
de lo que ha de venir luego
si no paramos los pies
a estos y demás rateros
que el TISA y el Teteype
quieren en vena meternos.
A un mes de las elecciones
solo importa el postureo
salir en televisión
es lo vital y primero.
Quedar bien en las encuestas
es ganar parte del “cielo”
donde solo caben cuatro
que se reparten el juego
con apoyo de los medios
que ayudan al compadreo
para que el bipartidismo
no deje paso a algo nuevo.
Rajoy juega al escondite
cada vez que hay un debate,
dice que emplea su tiempo
en cosas más importantes
como comentar el fútbol
un domingo por la tarde
mientras propina a su hijo
collejas edificantes
para que aprenda muy pronto
que mentir es todo un arte
y uno se ha de reprimir
para ir siempre por delante,
adulando si es preciso
a quien ha de apadrinarle.
¿Qué prefiere don Mariano?
Que le entrevisten aparte
y que nadie le pregunte
algo de lo que no sabe
o que no se lo haya escrito
un amanuense fiable.
A él le gusta lo de siempre,
conversación agradable,
en el sofá de Bertín
que resulta confortable
aunque no pueda fumar
delante del respetable;
estar con Pedro Piqueras
en formato presentable
sentado, de vis a vis,
y no con tres aspirantes,
de pie y unas cuantas horas,
teniendo que contestarles
sin que los malditos tics
sus mentiras le delaten.
Echa de menos el plasma
donde nadie le rebate,
pero al estar en campaña
no puede dar tanto el cante
y seguir con sus manías
sería todo un dislate.
Una charla con Pedrito
será su mayor desgaste
porque eso del “y tú más”
es lo que mejor se sabe
y es su arma preferida
para ese contrincante
que nos dará un recital
de las mismas vacuidades
que vienen sonando a hueco
desde aquel primer instante
en el que fue el elegido
para ponerse al volante
de un partido socialista
con ñapas por todas partes.
También irá con la Campos
a dar su mejor imagen
de hombre cercano y normal
buen marido y mejor padre
y no le preguntará
por lo que pasa en la calle,
la pobreza y los desahucios
la corrupción y el desmadre
de la Gurtel y los sobres,
por Bárcenas su compadre,
por su puesto en Santa Pola,
por el gasto que se hace
en armamento exportable
a los países amigos
con dictaduras fiables.
Tampoco preguntarán
por los miles de emigrantes
que abandonan el país
y dejan de ser votantes
porque darían su voto
seguro, a los contrincantes
y no se lo ponen fácil
para mejor castigarles.
No dirán ni mú del IBI,
de que la Iglesia no pague
por esos miles de inmuebles
que le llovieron del aire.
Desde un rincón de Doñana
Rajoy escucha el debate
al que ha enviado a Soraya
para que hable de su parte
y así poder disfrutar
sin nada que le atragante
la paella de Marbella
que es lo más importante.
Además de cobardica
demuestra ser miserable,
cuando muestra su desprecio
por los demás aspirantes
y sigue como si nada
tratando de subnormales
a todos los ciudadanos
adeptos y no votantes.
A esto habría que añadir
sus palabras al alcalde
con frases incoherentes
que no las entiende nadie
y cualquiera pensaría
que las dijera un orate.
También intentar mentir
lo creo un gran disparate
para intentar retener
un puñado de votantes,
aunque decir la verdad
no es lo más importante
para quien lo de engañar
siempre ha sido una constante,
aunque se trate esta vez
de noticias que se saben
y es imposible esconder
incluso a los ignorantes,
pues ha sido un atentado
a manos de talibanes.
Murieron dos españoles
según noticias veraces
y Rajoy adelantó
informaciones mendaces
diciendo que era un herido
por daños colaterales.
Con lo contento que estaba
con sus planes estelares
de reducir los impuestos
a quien no se jubilase.
Vaya cantidad de votos
iba Rajoy a sacarse
con los de su propio gremio
y con otros similares
que tan solo se jubilan
cuando llega el jaque mate.
¿Y qué hay de todo el equipo
que comenzó la andadura
aquel veinte de noviembre
de nueva legislatura?
Algunos ya se han marchado
a puestos de más altura,
como el ministro Cañete
experto en agricultura,
hoy en día Comisario
sin necesidad de urnas.
De manera digital
le aconteció la fortuna
de recalar en Bruselas
donde la vida no es dura
y seguirá alimentando
su bien ganada gordura
y haciendo buenos negocios
desde su actual tesitura.
Wert, refugiado en París
muy lejos de la amargura
de habitar “Dans les banlieus”
pues fue toda una figura,
al lado de su mujer,
de fidelidad perruna
al proyecto de Mariano
de acabar con la Cultura
a base de acuchillarla
con saña más que tozuda.
También la Mato se fue
dejando tras si la duda
si era una tonta del bote
o su cara era más dura
que pedernal de granito
de recias arquitecturas
lo mismo que otros colegas
de la misma catadura.
¿Qué ha sido de Gallardón
y su rutilante estrella
de ministro poderoso
de justicia, con cartera?
No se sabe de seguro
con suficiente certeza
si seguirá en el Consejo
que salió de la chistera
de doña Esperanza Aguirre
la ocurrente presidenta,
pues prometió la Cifuentes
acabar con la prebenda
de ocho mil quinientos euros
con que Gallardón se queda
junto a otros cuantos vivales
que ejercen de consejeros.
De lo que dijo la Cifu
no hay nada por el momento
y creo que no lo habrá
por mil años que esperemos
pues no hay apenas promesa
que no se la lleve el viento
si se promete en campaña
donde casi todo es cuento.
En las últimas semanas
de Montoro nadie sabe,
está fuera de campaña
por ser poco presentable,
mejor es que salga Hernando
diciendo barbaridades
o, si no, Pablo Casado
que miente sin inmutarse,
eso sí con cartelitos
como si estuviera en clase,
todos bien plastificados
que resultan más fiables,
aunque con ellos defienda
a una banda de rufianes.
La Cospe está congelada
para que no se desgaste
pues es la mejor tijera
que ayuda a Rajoy, el sastre,
a recortar los servicios
y explicar lo inexplicable,
dando por bueno a su jefe
aunque sea abominable
su manera de afrontar
todo lo que es importante
salvo el asunto del fútbol
que domina como nadie
y eso de fumarse un puro
que es cosa muy relajante
y le hace afrontar las cosas
con reposado talante.