Orgullo y pasión / J.L. Llera Gil


Por José L.  Llera Gil
Presidente de la Asociación Zaragoza Amigos

    Hace algunos años, los españoles en general y salvo bien determinadas excepciones, sentíamos un sano orgullo de decir que lo éramos.

 

    Pudimos constatarlo en nuestros viajes al extranjero cuando hablábamos con ciudadanos de otros países que compartían esta misma opinión ,es decir, lo que nosotros sentíamos.

    Nos hablaban de nuestro buen nivel de vida, de nuestra democracia, de nuestros avances tecnológicos, de bienestar social y económico que imperaban en nuestro país, de nuestro séptimo lugar entre los países desarrollados, etc.

    Pero han pasado algunos pocos años para observar y sentir semejante cambio que presenta como ejempo ser el hazme reir de muchos, el espejo donde no mirarse.

     Aquel orgullo que sentíamos merced a nuestro vivir y convivir diarios y a la manipulación mediática se han ido disipando como azucarillo en un café.

   Hoy en día hemos perdido todo nuestro orgullo. Casi sentimos vergüenza de propugnar nuestro españolismo pero mitigada al no ser nuestra culpa sino de los impresentables políticos.

    Su incompetencia manifiesta, su indiferencia hacia los problemas de los ciudadanos, su dedicación a llenarse los bolsillos y las erróneas relaciones con el exterior han hecho que no sintamos ningún orgullo de ser españoles y, en nuestro caso también aragoneses.

   Aun cuando no parezca así los españoles no somos nadie en Europa, bueno sí, somos un cero a la izquierda. Todo ello logrado al estar en cabeza de las peores estadísticas de la U.E. y en bastantes casos mundiales.

    ¡ Ah, perdón amable lector. ¡ Se me ha caído una lágrima.

    Nos lleva todo ello a la pasión. A un sufrimiento permanente por cómo nos toca vivir, por haber perdido nuestro orgullo, por todo esto que, sin comerlo ni beberlo, nos acompaña permanentem Hemos llegado a una situación insostenible estando cerca de tener que adoptar decisiones importantes, no las que toman los políticos, si no las puras, honradas y caiga quien caiga, y así poder lograr que desaparezcan todos los políticos de hoy día, tan mentirosos y vividores de la política.

 

Artículos relacionados :