Por Manuel Medrano
Días pasados tuvo lugar la magnífica inauguración de esta exposición en la Galería Cristina Marín (c/ Manuela Sancho nº 11, de Zaragoza), que podrán visitar hasta el 17 de octubre, de martes a viernes de 18 a 20’30 horas y, los sábados, de 11 a 13’30 horas.
Adolfo Pérez Arribas nos presenta, en este evento que inicia la temporada de exposiciones, una doble muestra. En la sala de acceso a la galería contemplamos esas creaciones de gran tamaño en las que representa su visión del paisaje (especialmente del aragonés) con el estilo personal que le caracteriza, que se sitúa entre lo abstracto y lo figurativo, y para cuya elaboración trabaja empleando diversas técnicas y materiales, pigmentos naturales, resinas, fibras vegetales, óxidos, tierras, óleo y acrílico sobre lienzo, con un manejo combinado de colores, texturas y volúmenes que crea magníficos efectos de forma, luz y sombra.
En la sala interior, nos asombra con un fuerte contraste al ofrecernos obras con un colorido potente en las que el tema son las flores, especialmente microescenas en las que se reflejan detalles de árboles en flor. No es la primera vez que hemos visto una obra de Arribas con esta temática, pero sí que nos ha sorprendido el vivo cromatismo de las creaciones actuales.
Arribas, quien ha expuesto en ocasiones anteriores en la galería (pulsen aquí, aquí y aquí), pone ante nosotros una nueva propuesta estética sin abandonar su línea anterior.
Sólo añadiré que la inauguración estuvo muy concurrida, con artistas, empresarios, gentes de la cultura, etc., celebrando todos volver a reunirse en este acto tras el descanso estival y comentando las obras del autor, en el acogedor ambiente que siempre se genera en estas ocasiones gracias al cuidado que ponen en ello Cristina y Felipe.