Por José Luis Lomillos Millán
Un reciente viaje relámpago a París me ha permitido constatar in situ dos de las cosas que hacen bien nuestros vecinos del norte: la primera son las baguettes y la segunda los croissants. También hay cuestiones con las que no comulgo como por ejemplo el precio desorbitado de sus vinos, cervezas y cafés. Pero dejando aparte la gastronomía, me centraré en otro tipo de artes.
“París bien vale una misa” debió pensar inconscientemente en 1961 el cáustico artista italiano Piero Manzoni cuando presentaba en Liguria su colección de 90 latas denominada Merda d’artista. Su intención, era criticar el mercado del arte actual en el que lo que realmente cotiza es la firma del autor. El tiempo le ha dado la razón y en 2016 una de las latas se vendió por 275.000 €. Hoy en día se puede contemplar una de esas latas en el Centro Pompidou de la capital francesa rodeada de otras diversas obras. No sé si algo parecido le pasaría por la cabeza a Leonardo cuando retocaba con sus óleos la tabla de la Gioconda, pero la realidad es que resulta imposible constatar la perfección de su “sfumato” debido al cristal blindado y a la barrera infranqueable de trotamundos que atiborran el Louvre. Visitando este gran museo he podido contemplar extasiado los grandes mármoles de los escultores clásicos y he sido testigo de un acto creativo de vanguardia que he decidido denominar: “AEIOU” (Arte Espontaneo Instintivo Oriental Universal). Me explico: en mi visita, un turista decidió organizar con gran parsimonia su pequeño bolso de viaje utilizando una de estas esculturas como apoyo, dejando olvidado su más preciado tesoro (un rollo de papel higiénico) en la base. ¡Qué gran performance!, pensé mientras inmortalizaba el momento con mi móvil. Seguro que algo así no se le hubiera ocurrido a Manzoni, ni a Dali, ni a Duchamp… Quizá el sueco Erik Dietman se hubiera atrevido a hacer algo parecido, aunque luego hubiera forrado la escultura con esparadrapo.
Las pinacotecas de la capital gala son múltiples y bien provistas. Además de las anteriormente nombradas se puede disfrutar de Orsay, Le Petit-Palais, el Museo de Arte Moderno, el de Picasso, Rodin… Pero como siempre digo: ¡tanto arte oficial de golpe no puede ser bueno para el cuerpo! Así que el viajero se puede desintoxicar un poco tomándose un pichet (jarra de vino de garrafa a precio de oro) y caminar por las calles sin salir a la banlieu (por si acaso… que ya estoy muy mayor…) observando la gran exposición de Arte Urbano que nos ofrece esta ciudad de forma gratuita. Entre otros muchos creadores encontramos grafitis de Kashinki, la artista de los personajes con cuatro ojos y bigote, mosaicos del ultra-conocido Space Invader que ataca las ciudades con sus marcianitos pixelados o Jef Aérosol y su obra fotografiada por los turistas hasta la saciedad en la plaza Stravinsky junto a St-Merry, así como otras obras de diferentes artistas en la entrada del teatro Huchette, la Crémerie…
Es difícil no cruzarse con algún cartel del insólito “empapelador” John Hamon que exhibe la misma cara en las calles de París desde hace más de tres lustros. John Hamon, sin embargo, sigue siendo un gran desconocido; según él mismo declara:”c’est la promotion qui fait l’artiste ou le degré zéro de l’art”. Hace ya algunos años que los grafiteros se colaron de refilón en las galerías de París y de otras grandes capitales mundiales. Lemouvement es un equipo de arte callejero compuesto por artistas de orígenes diferentes (ilustradores, pintores, grafiteros y fotógrafos) que se centra en la lucha por la diversidad intentando difundir buen rollo. Lo que comenzó como un proyecto artístico ilegal, ahora es oficialmente reconocido por las autoridades públicas y culturales.
Al hilo de lo anteriormente comentado en el 59 rue de Rivoli nos encontramos con un antiguo edificio ocupado reconvertido en colectivo, taller y sala de exposiciones de múltiples artistas con una interesante programación cultural. Por estas céntricas zonas de París también son habituales los “plantillazos” en el asfalto que lanzan mensajes reivindicativos, informativos o sociales, los escaparates imposibles y las tiendas inauditas.
Caminando sin rumbo fijo puedes encontrarte con zapatos gigantes, cuartos de baño para otakus, inquietantes carteles e incluso algún doble de nuestro amado director circulando en triciclo…
Si quieres aparecer en Le Freak puedes mandar tu propuesta a la siguiente dirección: joseluislomillos.wix@gmail.com
