Estela Álvarez Ruiz: “Vómito, una parte de mi”

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Por Manuel Medrano

   Hasta el 23 de octubre, se pudo  visitar esta muestra que se presentó en la Galería Finestraestudio (c/ Zumalacárregui nº 12, de Zaragoza).

    Nada que ver con “Magna Animalis”, la anterior exposición de Estela en la galería, que vimos hace tres años (pulse aquí para comprobarlo).

    Esta artista multidisciplinar que estudió dibujo y pintura con Mariángeles Cañada y se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, nos ofrece ahora una serie de trabajos radicalmente diferentes por todos los conceptos, utilizando en las esculturas, predominantemente, madera e hilo.

    Desde “Futuro”, ese enorme rectángulo negro pintado de forma compulsiva, hasta el tronco femenino en madera “El origen del mundo”, al que se le ha sellado el conducto que alumbra los seres humanos a la vida, pasando por el sinuoso y enmarañado “Sociedad” o el expresivo “Hecho en España”, en el que los pinceles presos proclaman la situación creciente de arrasamiento cultural en España, estamos ante un grito de dolor. Palpamos, penetra en nuestros sentidos el sentimiento trágico que llena su espíritu, lo colma, situándonos sus obras, títulos y textos ante su auténtica “noche oscura del alma”.

    Introduce la muestra un escrito de la autora, genuina declaración de su pensamiento y sentimiento:

Un planeta consumido / por el dinero y el poder / Un planeta en el que la justicia / no es símil a igualdad / Un planeta en el que el sexo condiciona / Un planeta totalmente podrido, corrupto / Un planeta gritando sangre / Un planeta perdido / Un planeta derrotado, sin futuro / Un planeta en el que la evolución / no va de la mano de la razón / Y todo esto me provoca vómito.

   Y, como explicación del concepto y creencia que ha guiado sus creaciones, este otro texto de Estela:

    De lo más profundo de la madre tierra nace un pequeño hilo multirracial enredando su vida con la respiración de la naturaleza.

   Al compás que dictan el sol y la luna, hilo y madre crecen, se desarrollan; “evolución” la llaman algunos.

    Los hilos se propagan, creando una enorme maraña sobre el soporte térreo. Una fusión que debía prevalecer. Pero los hilos acabarán por romper la armonía subyugando a la que había sido su sustento: cada vez más oscuros, pierden el contacto con la tierra. En ella solo ven una fuente inagotable de riquezas, sin pararse a pensar en el deterioro que le están causando.

   Los hilos dejan de lazar sus vidas con la del vientre que los vio crecer.

  Todo se vuelve tan negro, corrupto, absurdo e injusto que duele.

   Degeneración, pérdida de lógica y de control.

   Por los siglos de los siglos.

    Quiero, no obstante, terminar haciendo una precisión que les hará comprender mejor el sentido de la exposición, para que no se confundan: Estela es una persona de trato agradable y que transmite alegría. Pero una cosa es cómo somos, y otra nuestras circunstancias.

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