Micromuseo enLATAmus recibe al verano con la exposición de Javier Aquilué «Di ¡Estancia! aparte»

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Por Titina Putina

     Con la llegada del verano el Micromuseo enLATAmus de Remolinos inaugura su segunda exposición del año. Después de muchos meses la pintura sobre lienzo vuelve a la lata rosa con la obra del artista oscense Javier Aquilué en la muestra “Di ¡Estancia! Aparte”.

    Aquilué es pintor, ilustrador, comisario de exposiciones y músico en el grupo Kiev cuando nieva. En el Micromuseo enLATAmus presenta una selección su obra pictórica, cuadros de estilo realista pero cuyo concepto y temática los acercan más a la alegoría y la pintura simbólica. Una tensa quietud, entre la solemnidad y el humorismo, que parece querer llamarnos a una contemplación activa, en sus palabras.

     La inauguración fue el pasado  viernes 27 a las 20:30 h en el Parque del Dance de Remolinos con la ya tradicional actuación musical y el picoteo de las inauguraciones de enLATAmus. La exposición estará abierta hasta el próximo 24 de agosto

Información sobre visitas, en www.facebook.com/enlatamusenlatamus@gmail.com, o los teléfonos 662 304 716 / 677 254 505

Más información en: www.enlatamus.wordpress.com / http://javieraquilue.wordpress.com/

 

Javier Aquilué: Di ¡Estancia! Aparte

Javier Aquilué (Huesca, 1978) es Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Castilla la Mancha. Compagina su trabajo artístico con la pertenencia al grupo musical Kiev cuando nieva y a la asociación cultural En vez de nada. También ha comisariado exposiciones como PAS(t)TO(o)R(e)AL para el festival Periferias 2007, e ilustrado libros y portadas de discos para músicos como Copiloto o Roldán.

Su trabajo se desarrolla en distintas disciplinas, con especial atención a la pintura realista como proceso conceptual; cada cuadro, una captura del tiempo empleado en elaborar una representación. En ellos apreciamos ecos de Sánchez Cotán o del Realismo pompier del XIX, aunque completamente atravesados por un febril extrañamiento: objetos y personajes cotidianos se ven aislados de cualquier presupuesto narrativo, descontextualizados, reordenados según una mecánica secreta de modo que aparecen ante el espectador como misteriosas alegorías. Una tensa quietud, entre la solemnidad y el humorismo, que parece querer llamarnos a una contemplación activa, densa y pausada, a rehabilitar en el contexto veloz e intangible de la sociedad de la información contemporánea.

 

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