Por Manuel Medrano
Hasta el 30 de mayo,se pudo visitar la muestra así titulada, compuesta por esculturas de Pedro Anía y pinturas de Pilar Aguado y de María Jesús García Julián, que se presenta en la sala de la Asociación de Artistas Plásticos Goya-Aragón (Avenida de Goya nº 87-89, de Zaragoza).
Ya conocíamos a los tres autores desde hace tiempo, y sabemos tanto de la activa participación de Pilar Aguado en las colectivas de la AAPGA desde hace años como de la extensa trayectoria de Pedro Anía (pulse aquí) y de la inquietud artística evidente de Mariaje García Julián, que va más allá de su propia producción.
Vemos aquí, de Pilar Aguado, las tierras baldías talladas no con líneas, sino con cicatrices, la fluidez de los colores que se mezclan como si fuesen corrientes de líquidos densos, los conjuntos multitudinarios de rostros fantasmales, entre otros motivos habituales en ella. De Pedro Anía, dispersos por la sala se encuentran sus mundos de piedra, con curvas, volutas y diseños dinámicos que parecen cambiar al observarlos desde diversas perspectivas, combinando la textura y color de la piedra con la forma de modo magistral.
Y de Mariaje García Julián, no voy a decir nada original, me limito a extraer un texto que se escribió acerca de su trabajo artístico que me parece identificativo: “A través de sus obras podemos disfrutar del color y las formas, perdernos intencionalmente en el entorno natural y misterioso que esbozan.” Para continuar hablando de las “líneas armónicas de sus lienzos, de su mancha colorista.
Y lo hace de esa manera que es ella, con contundencia, segura, nerviosa y sin embargo acompañada de una extrema sensibilidad.”. Consiguiendo una belleza plástica muy agradable que, no hay que olvidar, debe mucho a su creencia de que la estética es de enorme importancia en el arte, junto con los demás elementos que se quieran considerar.
Yo que ustedes, no me perdería esta exposición.
