Brasil a día de hoy

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Por Manuel Ventura

   Desde que, allá por los idus de marzo, os trasladé mi visión de la situación en Brasil, han sucedido tantas cosas que he pensado que, más que hacer un resumen, posiblemente innecesario para los que han acompañado los informativos e desde luego incomprensible para los que no lo han hecho, vale la pena dar una ojeada a la situación actual de los protagonistas de nuestra telenovela…

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Manuel Ventura
Corresponsal del Pollo urbano en Brasil   

….y a las previsiones que puedan hacerse respecto a qué le espera a este bendito país.

    Comencemos por la Presidente, Dilma. Como sabréis, fue separada del puesto por el Senado, en el que fué acusada de practicar contabilidad creativa en las cuentas del presupuesto, no de robar para ella ni un duro de dinero público. Posiblemente por esta sorprendente peculiaridad, senadores que también han practicado contabilidad creativa y que si están acusados de habérselas llevado casi todas a su bolsillo, salieron a la tribuna a acusarle. En una sesión maratoniana en la que Dilma mostró una dignidad impresionante, fue depuesta. 

   Daría igual si la acusación hubiera sido la de comerse dos aceitunas en vez de una en un coctel, estaba condenada. Entre otros, por varios senadores que habían sido sus ministros en sucesivos gabinetes y que en su vida habían hecho el menor gesto para rechazar desde dentro del gobierno las prácticas que estaban siendo juzgadas. Si Jorge Luis Borges hubiese esperado hasta ahora para brindarnos su Historia Universal de la Infamia, su defenestración ocuparía un buen capítulo. No sé si para hacer guiño al espectador mostrándole que los presuntos crímenes cometidos eran sólo una excusa para tomar el poder por la puerta de atrás, los mismo senadores votaron por no retirarle sus derechos políticos.

   Su antiguo vicepresidente, Michel Temer, es ahora el Presidente en ejercicio. Es una cosa transitoria, porque él si está condenado por practicar delitos que le inhabilitan para presentarse a otras elecciones, en las que por cierto las encuestas le adjudican un brillante 2% de las intenciones de voto. Da lo mismo, estamos a lo que estamos, que diría aquel, y su papel se va reducir a hacer el trabajo sucio que ningún candidato a obtener el voto popular se atrevería a hacer. Ya sabéis, reducir los programas sociales, cambiar la legislación laboral, reducir los programas de discriminación positiva, como las cuotas de ingreso en las universidades públicas para los negros, los pobres y los alumnos de la enseñanza pública.

  Con un gobierno compuesto exclusivamente por hombres, blancos, varios de ellos acusados de corrupción (creo que ya son tres los que han tenido que dimitir, pero he perdido la cuenta) gobierna jugando a las escondidillas. Eliminó el ministerio de Cultura. Como hubo protestas, lo recreó. Eliminó de los planes de enseñanza la filosofía, la sociología, la lengua española. Ha dado marcha atrás (no en el asunto del español, por cierto) Anunció una nueva jornada laboral de 12 horas diarias y una mudanza radical de las leyes laborales. Ha mandado parar hasta que pasen las elecciones municipales que se celebran ahora a principios de octubre.

   Os acordáis de aquel presidente del Congreso que comenzó todo el proceso porque el PT se negó a defenderle de la acusación de tener cuentas en Suiza, Eduardo Cunha? Pues aquel bravo luchador contra la corrupción, antaño gran esperanza blanca de la derecha brasileña, ha sido cesado por sus pares por una abrumadora mayoría. Es que su defensa era muy cómica y no estamos para risas. Decía que las cuentas en Suiza, no eran suyas, eran de diversos trust que él había constituido con su dinero y que no era dueño, era solo usufructuario. Aunque ha amagado con contar todo lo que sabe de los actuales propietarios del poder, era insostenible. Yo creo que no hará (denunciar) aunque para taparle la boca haya que practicar mucha contabilidad creativa. Y es fácil saber los números de sus cuentas en Suiza. Perdón, suyas no, de sus trusts.

   Ahora, sin inmunidad parlamentaria, ya podría ser juzgado por el juez federal que lleva los asuntos ligados a la corrupción en Petrobras, un tal Sergio Moro, pero éste no parece interesado en esta pieza de caza menor. Su gran misión en la vida es otra, es cazar a Lula, eliminar sus posibilidades de llegar vivo a las elecciones de 2018, donde según las encuestas está muy por delante de cualquier otro candidato potencial. 

   En una sesión esperpéntica, retransmitida en vivo por algunas TV, un fiscal denunció a Lula como el gran jefe de la corrupción en el país. Utilizando unas transparencias en Power Point cuya infame calidad avergonzaría a vuestros hijos aún en la enseñanza primaria, presentó un documento de 150 páginas lleno de acusaciones de las que, dijo, no tenía pruebas, pero si convicción. Y aunque ésa línea de pensamiento le sea querida a mi buen amigo José Luis Corcuera, no creo que este pollo tenga la dignidad de retirarse de escena si es que algún juez le reprueba por hacer estas cosas en un estado de derecho, como hizo José Luis.

   Y qué hay de los protagonistas colectivos, la derecha, la izquierda, los sindicatos, el mercado? Empezando por este último, de todo hay en la viña del señor. Como siempre que se crea un poco de inquietud, la elite financiera mandó su dinero de vacaciones a Miami al empezar la crisis. No le ha ido mal. Compraron dólares a 1,4 reales y ahora podrían venderlos a 3,20. Pero no los venden, tal vez porque no se acaban de fiar de los actuales gobernantes. El que no podía mandar el dinero fuera porque tenía que pagar las nóminas, no está feliz. La recesión no cesa y el consumo no sólo no se recupera, sino que, debido al recorte de renta de las clases populares, tiende a bajar.

  La derecha política, en mi opinión, está perdiendo el tiempo. No tiene candidato para las elecciones de 2018. Puede incluso librarse de la amenaza que les quita el sueño, Lula, pero va a tener que presentar a algún futbolista famoso, presentador de TV o payaso. Si, payaso, el diputado federal más votado en las últimas es un payaso cuyo slogan era: peor de lo que está no va a quedar.

  La izquierda y los sindicatos están bastante desmoralizados, a la defensiva. Es muy posible que tenga malos resultados electorales en estas municipales y tendrá que pasar por un periodo de recuperación. Si Lula no dispone de sus derechos políticos en 2018, quien será su candidato?

   En este escenario de tierra quemada, quedan pocos motivos para el optimismo. La frase más cruel que he oído sobre Brasil es aquella de «Brasil es el país del futuro, … y siempre lo va a ser». Justo cuando parecía que por fin este gran país era una gran realidad del presente, no del futuro, todo parece haberse ido agua abajo. Tardará en retomar el vuelo.

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