Evidencias que apuntan a la creación del SARS-COV2 en el Instituto de Virología de Wuhan (China).


Por Jesús Sainz

    A finales de enero de 2021, Steve Hilton, periodista de la cadena de televisión estadounidense FOX, informó de evidencias que apoyan que el virus de la COVID-19 fue creado en el Instituto de Virología de Wuhan con financiación de EE. UU.

Jesús Saínz Maza
Científico y Coordinador de la Sección

https://video.foxnews.com/v/video-embed.html?video_id=6227902415001&loc=israelagainstterror.blogspot.com&ref=http%253A%252F%252Fisraelagainstterror.blogspot.com%252F2021%252F02%252Fsteve-hilton-unveils-new-evidence.html&_xcf=

     En 2014, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), uno de los Institutos dependientes del Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE. UU. , concedió una subvención de más de 3,7 millones de dólares, desde 2014 a 2025, a la EcoHealth Alliance, una organización con sede en Nueva York que tiene como objetivo investigar virus animales que infectan a humanos.

https://govtribe.com/award/federal-grant-award/project-grant-r01ai110964

 

     El proyecto subvencionado tiene el código R01AI110964 y el título “Para entender el riesgo de emergencia de los coronavirus de murciélago” (Understanding The Risk Of Bat Coronavirus Emergence). Según el resumen, el objetivo final es la generación de “experimentos de infección vírica a cultivos celulares de diferentes especies y a ratones humanizados” (Figura 1). Los ratones humanizados contienen genes, células, tejidos y/u órganos humanos

https://reporter.nih.gov/search/qT03c8MqQUmZBh4c_ml07Q/project-details/9491676

Figura 1

 

    EcoHealth Alliance subcontrató al Instituto de Virología de Wuhan para estudiar mutaciones de coronavirus de murciélagos que pudieran infectar a humanos. El Instituto de Wuhan recibió $598,500 durante cinco años por el trabajo.

    La subvención al proyecto fue aprobada en mayo de 2014, pero cinco meses después, el 17 de octubre, la administración Obama anunció que prohibía la financiación de este tipo de proyectos (cuyo nombre técnico es de “ganancia de función”) por el riesgo que representan. Pese a la prohibición, el NIH siguió financiando hasta el 2017 al Instituto de Wuhan.

   Este tipo de investigación, creación de virus con mutaciones que puedan infectar a humanos, ha sido muy controvertida porque implica aumentar la infectividad y letalidad de los virus. Los defensores de esta metodología, conocida como “ganancia de función”, dicen que ayuda a los investigadores a detectar posibles amenazas para la salud humana y les permite descubrir formas de combatir un nuevo virus.

    Francis Collins y Anthony Fauci, directores del NIH y el NIAID, han defendido abiertamente este tipo de investigaciones. El 30 de diciembre de 2011 publicaron un artículo en el Washington Post titulado «Un riesgo de gripe vírica que vale la pena correr” (A flu virus risk worth taking). En dicho artículo argumentaban que se podía “obtener conocimiento e información importante mediante la creación en el laboratorio de virus potencialmente peligrosos.”

https://www.washingtonpost.com/opinions/a-flu-virus-risk-worth-taking/2011/12/30/gIQAM9sNRP_story.html

    En 2017, investigadores del laboratorio de Wuhan publicaron datos sobre 11 coronavirus de murciélago que habían descubierto en una cueva en la provincia de Yunnan, a 800 km de Wuhan. En el artículo reconocen que varios de los virus encontrados tienen el potencial de infectar a humanos y agradecían la financiación del NIH (proyecto R01AI110964).

https://journals.plos.org/plospathogens/article?id=10.1371/journal.ppat.1006698

     Uno de los coronavirus que encontraron los investigadores chinos es el que llamaron Ra4991, y que posteriormente fue oficializado como RaTG13. Este virus fue descrito por los investigadores chinos como “una nueva cepa del virus humano SARS-COV”. El SARS-COV fue el responsable de la primera pandemia del siglo XXI: el Síndrome respiratorio agudo grave (SARS). La pandemia causada por SARS-COV, durante el periodo 2002-2003, produjo 8.422 casos y 916 muertes en 29 países de los cinco continentes. El virus se originó en la provincia de Guangdong (China).

      Pero lo más relevante es que el genoma del virus RaTG13 (Instituto de Wuhan) es casi idéntico al del SARS-COV2, el virus que causa la COVID-19, y que la diferencia más importante entre ambos se halla en la zona funcional para la infección, el “dominio de unión al receptor de la proteína pico” (spike receptor binding domain) que contiene el lugar clave para la infección. Precisamente ésta es una de las finalidades descritas en el proyecto mediante el cual el NIH subvencionó al Instituto de Wuhan, “analizar nuevos genes de coronavirus, incluyendo dominios funcionales de unión a receptores” (novel CoV genes (including functional receptor binding domains) (Figura 1).

Las secuencias de ambos virus están depositadas en la base de datos pública Genbank:

SARS-COV2 (COVID19): https://www.ncbi.nlm.nih.gov/nuccore/1798174254

RaTG13 (laboratorio de Wuhan): https://www.ncbi.nlm.nih.gov/nuccore/1916859392

El análisis de ambas secuencias genómicas revela que son 96,2% idénticas, algo publicado por los investigadores chinos y por unos investigadores indios que comparan las secuencias de 11 coronavirus con el SARS-COV2, y muestran que el de mayor identidad, con gran diferencia, es el virus del Instituto de Virología de Wuhan (Figura 2).

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7395230/

Figura 2

    La diferencia más importante, entre el virus del Instituto de Wuhan y el de la COVID-19, es la inserción de 12 nucleótidos en el virus de la COVID-19. Estos nucleótidos se traducen en cuatro aminoácidos (RRAR) insertados en la proteína pico y le dan funcionalidad infecciosa. La secuencia de aminoácidos RRAR es bien conocida entre los virólogos porque aumenta la capacidad vírica de infectar a seres humanos.

   Un reconocido investigador español, experto en virología, me confirmó que la identidad del 96,2% entre el virus de la COVID-19 y el del laboratorio de Wuhan es “muy muy elevada” y que una diferencia del 3,8% pudo aparecer debido a manipulación en un laboratorio.

    Refiriéndose a la inserción funcional en el SARS-COV2, añade: “una de las claves para aumentar la infectividad del coronavirus pudo ser la introducción de una señal de corte (RRAR) para la proteasa conocida como furina, que aumenta la capacidad de infección. La señal RRAR, que está presente en el virus de la gripe y en el coronavirus MERS, es posible que fuese introducida a propósito en el laboratorio, ya que requiere la inserción de 4 tripletes en el genoma. Es un experimento lógico para obtener gain of function (ganancia de función), ya que la modificación de las proteínas de la envuelta del virus por la furina los prepara para la entrada en la célula.”

    El 15 de enero de 2021, el gobierno de los EE. UU. hizo públicas las siguientes acusaciones: “varios investigadores dentro del Instituto de Virología de Wuhan enfermaron en otoño de 2019, antes del primer caso identificado del brote, con síntomas consistentes tanto con COVID-19 como con enfermedades estacionales comunes.” Acusa a los investigadores chinos de ser expertos en modificar virus para hacerlos infecciosos y de trabajar con RaTG13, el coronavirus de la cueva donde varios trabajadores que extraían guano murieron con síntomas similares al de la COVID-19. Además, acusa al Instituto de Virología de Wuhan de trabajar para el ejército chino desde, al menos, 2017.

https://lb.usembassy.gov/fact-sheet-activity-wuhan-institute-of-virology/

Según los datos publicados por el NIH y el Instituto de Wuhan, sabemos que:  

  1. El NIH financió durante el periodo 2014-2017 al Instituto de Virología de Wuhan para estudiar mutaciones en coronavirus capaces de infectar células humanas
  2. Los investigadores de Wuhan aislaron y trabajaron un coronavirus cuya secuencia es casi idéntica a la del SARS-COV2
  3. La diferencia más importante entre el virus del laboratorio de Wuhan y el de la COVID-19 es la manipulación obvia en un experimento de ganancia de infectividad humana

    Difícil de saber qué es lo que se hizo en los laboratorios del Instituto de Virología de Wuhan. Fueron contratados para estudiar mutaciones en coronavirus de murciélago que infectaran a humanos, pero no tenemos información completa de su trabajo. El 30 de diciembre del 2019, la dirección del Instituto de Virología de Wuhan destruyó, “por razones de seguridad”, la documentación de más de 300 estudios de investigación. Justo un día antes de comunicar la epidemia a la OMS.

https://www.dailytelegraph.com.au/news/opinion/mystery-of-the-missing-data-substantial-changes-made-to-wuhan-labs-bat-virus-files/news-story/35769cf98a5c8f7749b8ac8818548248

https://www.thesun.co.uk/news/13701168/covid-cover-up-china-wuhan-studies-batwoman-virologist/

     La información presentada aquí da un nuevo significado a las palabras del portavoz de Exteriores de la República Popular China, Zhao Lijian: “pudo haber sido el ejército de EE. UU. quien nos trajo la epidemia a Wuhan… América nos debe una explicación”.