COVID19: ¿Qué se ha hecho mal en España?


Por Jesús Sainz

      Después de 46 días de confinamiento, España es número 1 del mundo en muertos por habitante; número 1 del mundo en infectados por habitante (https://www.worldometers.info/coronavirus); y número 1 del mundo en tasa de personal sanitario infectado.

Jesús Saínz Maza
Científico y Coordinador de la Sección

   Andorra, Luxemburgo, el Vaticano, Islandia y San Marino están excluidos por su pequeña población y Bélgica porque su cómputo no es comparable (incluye los fallecidos sin pruebas que el Gobierno de Sánchez no incluye).

    Un estudio del Deep Knowledge Group (DKG) datado el 12 de abril 2020, grupo especializado en el análisis de contingencias relacionadas con la salud, ha caracterizado la respuesta de cada país frente al virus que surgió en la China comunista. Dicho estudio sitúa a España como el país de Europa con menos seguridad frente a la pandemia. De los 33 países europeos analizados, el más seguro es Alemania (más seguro) y el menos seguro España, (https://www.dkv.global/covid). El estudio utilizó 24 criterios (https://www.dkv.global/methodology) clasificados en cuatro categorías: eficacia de la cuarentena, eficacia de la gestión del Gobierno, monitorización y detección del virus y, por último, la disponibilidad de medios sanitarios para hacer frente a la pandemia.

   Otro estudio, publicado el 14 de abril, sobre la respuesta de diferentes gobiernos ante la pandemia situó al Gobierno de Sánchez en el último lugar de un total de 32 (https://www.cmawebline.org/ontarget/grid-index-tracking-the-global-leadership-response-in-the-covid-19-crisis/). El Institute of Certified Management Accountants de Australia tuvo en cuenta el número de pruebas por millón de habitantes, el número de muertes por total de casos, el número de muertes por millón de habitantes, el número de casos por millón de habitantes y el Índice de Transparencia. El nivel de transparencia de cada país (Índice de Percepción de la Corrupción 2019, publicado por Transparencia Internacional), da una estimación de la fiabilidad de la información sobre la Covid19 proporcionada por cada gobierno. La disponibilidad de datos fiables es, a juicio del estudio, un elemento «fundamental para diseñar medidas eficaces” (https://www.vozpopuli.com/espana/espana-respuesta-coronavirus-ranking-estudio_0_1347766591.html).

Prevención y gestión del Gobierno

    El primer caso documentado de infección es del 17 de noviembre de 2019, un hombre de 55 años en la ciudad de Wuhan (China), según el South China Morning Post. Un mes después, el 20 de diciembre, las autoridades de la China comunista sabían que al menos 60 pacientes en Wuhan sufrían una “neumonía desconocida similar al SARS” y que muchos de ellos habían estado en el mercado de pescado y animales salvajes de Wuhan. El director del departamento de emergencias del Hospital Central de Wuhan, Ai Fen, y un grupo de médicos, informaron públicamente el 30 de diciembre del 2019 sobre un “coronavirus similar al SARS”. Ocho de ellos, incluido el doctor Li Wenliagn, que murió contagiado por el virus, fueron detenidos cuatro días más tarde por difundir “bulos”.

    Según Reporteros Sin Fronteras, “si las autoridades chinas no hubieran ocultado a los medios la existencia de un brote epidémico vinculado a un mercado muy popular, el público habría dejado de visitar este lugar mucho antes de su cierre oficial, el 1 de enero”, lo que hubiera disminuido considerablemente la expansión del virus.

   Una investigación publicada el pasado 13 de marzo por la Universidad de Southampton (Inglaterra) concluye que el Gobierno de la China comunista podría haber reducido en un 86% el número de contagios si hubiera impuesto dos semanas antes las medidas de confinamiento que adoptó el 22 de enero (https://www.medrxiv.org/content/10.1101/2020.03.03.20029843v3).

    Desde finales de diciembre era pública la epidemia en la China comunista. La OMS advirtió en febrero que había que prepararse para una pandemia. Sin embargo, el portavoz oficial del Gobierno de Sánchez para la crisis sanitaria pregonaba el 31 de enero que “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado”, y el 9 de febrero que “no hay razón para alarmarse con el coronavirus” (https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2020/02/09/fernando-simon-no-hay-razon-para-alarmarse-con-el-coronavirus-1357827.html). El 13 de febrero, murió en Valencia a causa del virus chino la primera persona fuera de Asia, aunque no se le hicieron pruebas hasta el 27 de febrero y no se hizo público hasta el 3 de marzo.  El 21 de febrero, se detectó el primer caso de infección del virus en Italia. Al día siguiente, 22 de febrero, el Gobierno de Conte impuso el aislamiento a una docena de pueblos. El 1 de marzo, en esta misma sección de El Pollo Urbano, publiqué que la Covid19 era una pandemia y que «la revista médica más prestigiosa del mundo, el New England Journal of Medicine, considera que Covid19 es una amenaza para la salud mundial” (https://www.elpollourbano.es/ciencia/2020/03/coronavirus-2019-la-nueva-pandemia/).

   El 8 de marzo, varios ministros del Gobierno de Sánchez alentaron a participar en una manifestación masiva que se realizó en toda España y que contribuyó notablemente a acelerar la expansión de la infección. Varias ministras que participaron en la manifestación resultaron infectadas.

   El 13 de marzo, el New York Times criticó la gestión del Gobierno de España contra la crisis del virus chino y acusó al Gobierno de Sánchez de reaccionar tarde: «España se convierte en el último epicentro del coronavirus tras una respuesta vacilante» (https://www.nytimes.com/2020/03/13/world/europe/spain-coronavirus-emergency.html). Ese mismo viernes, 13 de marzo, Sánchez anunció un Estado de Alarma que confinaba a la población española a partir del lunes 16 de marzo. Aprovechando el anuncio anticipado, el fin de semana hubo un éxodo masivo de españoles a segundas residencias, expandiendo la infección a otras regiones.

L   a tardanza a imponer medidas restrictivas ocasiona un número mayor de infectados, y posteriormente de muertos. El estudio sobre China, citado anteriormente, concluye que reaccionar dos semanas antes puede lograr una reducción del 86% en los infectados. España impuso el confinamiento el 16 de marzo, cuando desde el 27 de febrero ya se sabía que la primera víctima del virus chino fuera de Asia había sido en España el 13 de febrero. El confinamiento se aplicó cuatro semanas y cuatro días después de la primera muerte.

Disponibilidad de medios sanitarios

   La OMS avisó el 3 de febrero de la necesidad de “hacer acopio de material sanitario”; el 11 de febrero avisaba de la «ventana de oportunidad” para comprar un remanente de equipamiento -mascarillas, guantes, gafas protectoras, respiradores, batas quirúrgicas o camas, entre otros- que le permitiera afrontar un posible contagio”; el 13 de febrero avisaba de que había que «vigilar el riesgo de desabastecimiento de medicamentos y equipos importados desde China” (https://www.elmundo.es/espana/2020/04/02/5e84fb84fc6c8384018b467f.html). El Gobierno de Sánchez ignoró las recomendaciones de la OMS.

   El Estado de Alarma da al Gobierno de Sánchez la responsabilidad de la sanidad en toda España y suspende muchas de las libertades individuales contempladas en la Constitución. Al asumir la gestión sanitaria, el Gobierno de Sánchez intentó comprar material, pero las existencias en el mercado eran escasas y muy caras. La falta de material preventivo ha influido decisivamente en que el 20% de los infectados sea personal sanitario. El ‘New York Times’ denunció las condiciones «kamikazes» del personal sanitario español en un video en su portada del 30 de marzo (https://www.nytimes.com/video/world/europe/100000007051789/coronavirus-ppe-shortage-health-care-workers.html).

   El 17 de abril, el Sindicato de Enfermería SATSE denunció «un claro incumplimiento de numerosas normativas y directivas europeas, así como legislación española, en materia de prevención de riesgos laborales» por parte del Gobierno de Sánchez. Los datos preliminares de una encuesta del Consejo General de Enfermería estimaban que unas 70.000 enfermeras y que el 27,9% de los profesionales habían tenido o tenían síntomas de infección (https://www.vozpopuli.com/sanidad/SATSE-Espana-Europeo-Enfermedades-gobierno-coronavirus_0_1346566221.html).  El Consejo General de Enfermería ha culpado al Gobierno del contagio masivo de sanitarios debido a lo que han calificado como una «caótica y absolutamente descoordinada» gestión por su parte, por lo que ha reclamado que científicos independientes tomen las decisiones «sin condicionamiento político» y denuncia que los profesionales siguen sin tener la protección suficiente y han de reutilizar «durante tres y cinco días los que tienen», además de seguir fabricando batas «con bolsas de basura» (https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-18/ultima-hora-coronavirus-espana-casos_2545203/). El 22 de abril, el Consejo General de Enfermería (CGE) dio a conocer los resultados finales de la macroencuesta realizada a más de 11.000 enfermeras de toda España. Los resultados son demoledores: denuncian que el 70% han trabajado sin equipos de protección individual (EPIs) y la mayoría de ellas suspende la gestión del Gobierno de Sánchez. La falta de protección y de pruebas explicaría el altísimo número de sanitarios contagiados en España: 31.788 (https://www.vozpopuli.com/sanidad/enfermeras-suspenden-gestion-gobierno-proteccion-coronavirus_0_1348366106.html).

    Según un estudio del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC), publicado el 23 de abril, España es, con diferencia, el país del mundo con más contagiados entre el personal sanitario. “El 20% de los infectados son personal sanitario, frente al 10% de Italia y el 3% de EE UU” (https://elpais.com/sociedad/2020-04-24/espana-es-el-pais-con-mas-contagios-entre-el-personal-sanitario.html). La dejadez del Gobierno de Sánchez, dejando desprotegidos a los trabajadores, ha convertido a hospitales, centros de atención primaria y residencias de mayores en focos de infección.

   La compra de material sanitario durante el Estado de Alarma ha sido poco transparente y ha resultado en varias estafas (https://elpais.com/sociedad/2020-04-20/el-gobierno-trata-de-recuperar-el-dinero-de-los-test-defectuosos-tras-comprobar-que-el-reemplazo-tampoco-funciona.html). Se han comprado pruebas y mascarillas defectuosas. Las mascarillas defectuosas provocaron el aislamiento de más de 1100 sanitarios después de usarlas por varias semanas (https://elpais.com/sociedad/2020-04-20/el-uso-de-mascarillas-defectuosas-obliga-a-aislar-a-mas-de-mil-sanitarios.html). La Organización Médica Colegial ha anunciado que se personará como acusación particular “en aquellos casos de contagio derivados del uso de las mascarillas defectuosas”. El Ministro de Sanidad, el barcelonés Salvador Illa, compro 659000 pruebas de diagnóstico inservibles a la China comunista a través de Interpharma, una empresa con sede en Santa Coloma de Gramanet, Barcelona (https://www.elmundo.es/espana/2020/04/21/5e9f3e8221efa03c4e8b45df.html). El Gobierno se había negado a dar información del contrato de compra durante varias semanas. (https://www.abc.es/sociedad/abci-gobierno-confio-interpharma-compra-6500000-test-fallidos-202004220418_noticia.html).

 

Detección del virus

   Si una persona tiene anticuerpos contra el virus, hay pruebas que permiten detectarlos. Estas pruebas son fáciles de hacer, pero no detectan la presencia del virus. Aunque sirven para estimar qué porcentaje de la población ha sido infectada. Cuando el 60% de la población ha sido infectada, se considera inmunizada y se puede eliminar el confinamiento y no destruir la economía y la salud mental de la población.

     El 1 de abril, propuse en esta sección de El Pollo Urbano, una estrategia de muestreo de la población española con pruebas para la detección de anticuerpos, (https://www.elpollourbano.es/ciencia/2020/03/covid-19-como-nos-ataca-y-como-detenerlo/). El Gobierno de Sánchez anunció el 7 de abril que haría el análisis de 30.000 familias para conocer la expansión del virus chino en España. Según el ministro de Sanidad, el muestreo empezaría la semana del 13 de abril (https://elpais.com/sociedad/2020-04-07/el-gobierno-planea-hacer-test-a-30000-familias-para-conocer-la-expansion-del-coronavirus-en-espana.html). Sin embargo, su comienzo ha sido el 27 de abril. Según fuentes oficiales, los datos finales no estarán disponibles, al menos, hasta el 10 de junio.

    Dada la lentitud y el bajo número de pruebas del estudio epidemiológico del Gobierno de Sánchez, algunas CCAA han comenzado su propio muestro. En Galicia, el Gobierno de Feijoo ya ha publicado los resultados de 22.471 pruebas: la tasa de seroprevalencia está en torno a un 1%. Es decir, un porcentaje muy bajo de la población tiene anticuerpos contra el virus chino. Los especialistas en salud piensan que, si las pruebas fueran fiables, la población gallega no estaría suficientemente protegida ante nuevas oleadas de infecciones (https://www.abc.es/espana/galicia/abci-coronavirus-galicia-primeros-resultados-estudio-epidemiologico-xunta-apuntan-1-por-ciento-positivos-202004291508_noticia.html).

    Otro tipo de prueba utiliza la “polymerase chain reaction” (PCR) y puede detectar la presencia del virus. El personal sanitario se ha quejado de no tener acceso a estas pruebas para saber si están infectados. El 16 de abril, La Vanguardia informaba de que “el 20% del personal sanitario de España ha tenido síntomas de Covid” y de que “Sólo se han realizado tests (sic) de detección del coronavirus a un 30% de los que han tenido síntomas, por lo que la mayoría de los casos no se han diagnosticado.” En la atención primaria aún se hicieron menos pruebas, solo al 23,9% de los sintomáticos sanitarios (https://www.lavanguardia.com/vida/20200416/48549912465/el-20-del-personal-sanitario-de-espana-ha-tenido-sintomas-de-covid.html).

 

Transparencia y veracidad

   Hasta ahora no se han proporcionado las actas del comité de expertos en el que el Gobierno dice basar sus decisiones. Sería interesante saber en qué se basan los “expertos” para tomar decisiones, teniendo en cuenta que su portavoz, Fernando Simón, defendió las manifestaciones masivas del 8 M y dijo que “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado».

   Tampoco se proporcionan datos sobre el número de pruebas que ha hecho cada comunidad autónoma, números que el Gobierno pidió que le enviaran a diario, pero que no hace públicos.  Se ha tardado semanas en proporcionar copia de los contratos para la compra de material sanitario, pese a que la Junta Consultiva de Contratación Pública, dependiente del Ministerio de Hacienda, emitió un informe en el que asegura que debe hacerlo (https://www.hacienda.gob.es/Documentacion/Publico/D.G.%20PATRIMONIO/Junta%20Consultiva/Notas/NOTA%20EMERGENCIA%20COVID-19%20F.pdf)

   El 17 de abril El País publicaba: “La contratación es otro foco de opacidad… El Ministerio de Sanidad no está publicando nada sobre esas compras…Juan Mestre, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Valencia, cree que el estado de alarma no justifica que se limite el acceso a la información… “Alarma no puede equivaler a opacidad” (https://elpais.com/sociedad/2020-04-16/la-crisis-empana-la-transparencia-del-gobierno.html).

   No son transparentes, ni veraces, las cifras de fallecidos, de infectados y de pruebas realizadas. Varias CCAA han hecho públicas cifras de muertos muy superiores a las oficiales: “La cifra oficial de muertos salta por los aires al admitir las CCAA 8.000 más en residencias” (https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-16/cifras-oficiales-fallecidos-coronavirus-residencias_2552679/). El 17 de abril los españoles podían leer los siguientes titulares en la prensa: “España alcanzaría los 39.326 muertos por coronavirus con el método de recuento de Cataluña” (https://okdiario.com/espana/espana-alcanzaria-39-326-muertos-coronavirus-metodo-recuento-cataluna-5476020); “El caos de las cifras oficiales se refleja también en los positivos: hoy, 191.726 casos confirmados de coronavirus” (https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/04/18/5e9aa655fdddffce9d8b457b.html); “La pésima serie de datos de Sanidad obliga a científicos a abandonar modelos del Covid” (https://www.elconfidencial.com/espana/2020-04-18/cifras-oficiales-coronavirus-sanidad-no-homogeneas_2554979/). El 22 de abril, la CA de Madrid reconoció 4.275 muertes por coronavirus más de las contabilizadas por el Gobierno de Sánchez (https://www.vozpopuli.com/espana/madrid/Madrid-reconoce-mas-muertes-coronavirus-datos-oficiales_0_1348366244.html). Un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) estima el número total de españoles muertos por el virus chino en 34.393 hasta el 26 de abril (https://www.abc.es/sociedad/abci-estudio-sonroja-datos-sanidad-12-millones-espanoles-infectados-y-casi-35000-muertos-202004281424_noticia.html).

    La cifra de personas mayores que han fallecido en residencias (área de la que es responsable el Vicepresidente Iglesias) es al menos 14,456 según un recuento hecho por Europa Press el 24 de abril (https://www.europapress.es/epsocial/igualdad/noticia-cvirus-menos-14450-personas-mayores-usuarios-residencias-fallecido-espana-marco-pandemia-20200424190051.html). La medida que tomo el Gobierno de Sánchez fue el poner «las instalaciones y medios materiales y humanos» de las residencias privadas de mayores a disposición de las Comunidades Autónomas. No parece que la estatalización de propiedades privadas haya ayudado mucho a nuestros mayores.

 

Conclusiones

    Ha habido tardanza en tomar medidas ante la pandemia. Cuando se han tomado, no han sido adecuadas ni siquiera para proteger al personal sanitario, militar y a todos aquellos que han mantenido los servicios esenciales con riesgo de su vida. La gestión ha sido opaca, caótica e ineficiente. La información proporcionada a la población es incompleta y, a veces, contradictoria y errónea. El confinamiento ha sido el más estricto de todo el planeta según los datos de movilidad que publicó Google (https://www.google.com/covid19/mobility/). Las medidas tomadas han hundido la economía, y no hay un plan detallado para su recuperación. Todo ello ha contribuido a que España esté sufriendo la mayor hecatombe mundial de vidas y de su economía, y a una nueva epidemia que pronto se hará visible, el daño en la salud mental de los españoles.

    Hoy 30 de abril, después de 46 días de confinamiento, seguimos sin tener datos fiables sobre la tasa de población infectada en España, ni de su distribución por regiones. Sin embargo, el Gobierno de Sánchez ha decidido empezar a liberarnos a ciegas, en un experimento gradual para ir viendo qué nos pasa a los conejillos de indias en que nos ha convertido a los españoles. Incluso la nomenclatura oficial, “desescalada”, es un neologismo alpinista que incita a parafrasear a Marx (Groucho): descendemos de las más altas cotas de la miseria hacia lo desconocido. O hacia la cartilla de racionamiento.