Dos aragoneses liderando el mayor proyecto nacional de investigación en cirugía torácica de mínima invasión

 

El cáncer de pulmón sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer en el mundo y en España. Uno de los principales motivos es que cuando se detecta la enfermedad, ya se ha extendido a otros órganos y, por lo tanto, las posibilidades de curación descienden de forma dramática.

En la actualidad solo uno de cada cuatro pacientes con cáncer de pulmón es operable, siendo la cirugía del cáncer de pulmón una de las que mayor avance ha experimentado en la última década, gracias a la difusión de técnicas quirúrgicas cada vez menos invasivas. El Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Miguel Servet y Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, ha sido pionero en el desarrollo y evolución de estas técnicas gracias a la labor de dos de sus miembros, el Dr. Raúl Embun Flor y el Dr. Iñigo Royo Crespo, ambos aragoneses y formados como cirujanos torácicos en su tierra, aunque con sendos periodos de especialización en dos de los mejores centros de la especialidad a nivel mundial, Nueva York y Toronto, respectivamente.

A la labor docente de ambos cirujanos torácicos impartiendo cursos a colegas españoles y extranjeros durante los últimos cinco años, se suma el reciente liderazgo del mayor grupo de investigación nacional de cirugía de mínima invasión, integrado en la actualidad por un total de 36 hospitales españoles.

Los resultados de dichas investigaciones en pro de una feroz lucha contra tan mortífera enfermedad, van a ser motivo de múltiples conferencias en el próximo congreso nacional de la especialidad que se celebrará en Valladolid en el mes de mayo. Además, está prevista la publicación de dichos resultados en las principales revistas científicas de cirugía torácica a nivel internacional en los próximos meses.

Aunque el proyecto de investigación se prevé concluya en el año 2022, una vez finalice el seguimiento oncológico de los más de tres mil pacientes reclutados, esta primera fase de la investigación ha conseguido demostrar como la cirugía de mínima invasión reduce las complicaciones fatales postoperatorias de forma drástica, lo cual redunda en una mejor disposición de los pacientes a recibir tratamientos oncológicos complementarios con quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia después de la cirugía.