La hipertensión (r)

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Por Jesús Sáinz

  La hipertensión, también conocida como presión arterial alta o hipertensión arterial, es una condición médica crónica en la que se eleva la presión sanguínea en las arterias. La presión arterial se expresa mediante dos mediciones, las presiones sistólica y diastólica, que son las presiones máximas y mínimas, respectivamente, en el sistema arterial.

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Por Jesús Sáinz Maza
Científico

        La presión arterial sistólica corresponde al valor máximo de la tensión arterial en sístole (cuando el corazón se contrae). Se refiere al efecto de presión que ejerce la sangre eyectada del corazón sobre la pared de los vasos. La presión arterial diastólica corresponde al valor mínimo de la tensión arterial cuando el corazón está en diástole o entre latidos cardíacos. Depende fundamentalmente de la resistencia vascular periférica. Se refiere al efecto de distensibilidad de la pared de las arterias, es decir el efecto de presión que ejerce la sangre sobre la pared del vaso. La presión arterial normal en reposo está dentro del rango de 100-140 milímetros de mercurio (mmHg) para la sistólica y 60-90 mmHg para la diastólica. Aunque estos límites se definen de forma arbitraria y han cambiado con el tiempo. Actualmente se considera hipertensión si la presión arterial está de, forma persistente, por encima de 140/90 para los adultos.

    La hipertensión generalmente no causa síntomas al principio, de ahí el nombre de “enfermedad silenciosa”, pero con el tiempo es un factor de riesgo importante para la enfermedad hipertensiva del corazón, enfermedad de la arteria coronaria, accidentes cerebro vasculares, aneurisma aórtico, enfermedad arterial periférica y la enfermedad renal crónica.

   La enfermedad es fundamentalmente debida al estilo de vida, aunque también tiene un componente genético hereditario aproximado al 40% según los estudios que se han realizado en gemelos.

    Cambios en la dieta y el estilo de vida pueden mejorar el control de la presión arterial y disminuir el riesgo de complicaciones de salud. Se recomienda una dieta baja en sal (se pueden consultar dietas en el siguiente enlacehttp://www.fisterra.com/Salud/2dietas/index.asp), mantener un nivel de peso adecuado (un índice de masa corporal entre 20-25 kg/m2),   el ejercicio diario, limitar el consumo de alcohol a dos vasos al día y consumir abundantes frutas y vegetales.

    Esta enfermedad afecta, según datos del año 2000, a 1 billón de personas o aproximadamente el 26% de toda la población mundial. El tratamiento con medicamentos es a menudo necesario en personas para las que los cambios de estilo de vida no son suficientes o no son eficaces. El tratamiento de la presión arterial moderadamente alta (definida como> 160/100 mmHg) con medicamentos se asocia con una mayor esperanza de vida. No hay consenso entre los especialistas y científicos acerca de si es beneficioso tratar con fármacos la presión arterial se encuentra entre 90/100 para la diastólica y 140/160 para la sistólica. Según algunos estudios, por ejemplo el prestigioso Cochrane Database of Systematic Reviews(http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22895954), el tratamiento con fármacos no produce beneficios que superen a los daños. Hay que tener en cuenta que los fármacos para la hipertensión tienen muchos efectos secundarios adversos como: la impotencia, diarreas, dolores abdominales, cansancio, mareos, sensación de frio, nauseas, trastornos del sueño, depresión, pesadillas, estreñimiento, infecciones del tracto urinario, edemas, dolor de cabeza, etc., etc. (la lista es muy larga para darla completa). Algunos de ellos, como los llamados beta bloqueantes  parecen aumentar el riegos de ictus cerebral según algunos estudios (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16257341). Sobre otros fármacos conocidos como bloqueadores de la angiotensina, hay discusión sobre si realmente son efectivos y si aumentan en riesgo de infarto de miocardio en lugar de reducirlo (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16923768). Y hemos mencionado sólo algunos de los efectos adversos conocidos ya que otros efectos adversos pueden no haberse asociado a la medicación todavía.

    Hoy en día se utilizan al menos 11 tipos de medicaciones contra la hipertensión. La recomendada por la Organización Mundial de la Salud son los diuréticos (tiazidas) que son el fármaco más barato entre los anti-hipertensivos. La Hydrochlorothiazida es quizás el más seguro (menos efectos adversos) y más barato de todos ellos. Citando al manual geriátrico de Merck  “los diuréticos tipo tiazida son especialmente seguros y eficaces en los ancianos” (http://www.merck.com/mkgr/mmg/sec11/ch85/ch85a.jsp).  Sin embargo, no se prescriben con tanta frecuencia como sería deseable dado su bajo coste y pocos efectos adversos. Algunas estudios (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/10209012) muestran datos sugiriendo que en un mercado de de decenas de miles de millones de dólares anuales (solo en EEUU, diez fármacos anti-hipertensión vendieron 8.000.000.000 de dólares en el año 2012) hay otros interés que los puramente sanitarios.