Por Martín Ballonga
Un éxito sin igual del Pollo Urbano!. Una sección con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores.
Tras exclamar en su púlpito “pero… ¿qué he hecho yo para merecer esto?”, el padre Melero, en una homilía contra la amargura, ha exhortado a sus fieles columnistas a seguir practicando, sin piedad, el ‘amiguismo’, recordándoles que “al diablo, ni incienso ni flores… ¡ni agua bendita!”. Amén.
En el grabado de Goya ‘El sueño de la razón produce monstruos’ se observa a un hombre dormido o desesperado, amenazado por murciélagos, búhos –enhorabuena, padre Melero-, lechuzas y vigilado por un turbador felino. Ahora vuelven los pajarracos nocturnos a llenarnos la cabeza de prejuicios y oímos las oraciones de los penitentes rezando en procesión. Amén.
Con el batir de alas de los murciélagos y el chiribitar de los búhos, Panamá también ha llegado a las Cortes de Aragón en la figura de José Luis Juste, diputado de Ciudadanos y subdelegado de la formación naranja en Zaragoza. Saldrán más casos. Al tiempo.
Pero sorprende la declaración del ministro de Justicia en funciones, señor Catalá, acerca de los papiros panameños, asegurando que tales paraísos fiscales no eran ni paraísos ni fiscales, porque en Panamá puede haberlos “ya que en esa parte del mundo tienen una cultura fiscal distinta a la de los españoles”. O sea, ¿quiere decirnos el ministro que allá en Panamá defraudar a Hacienda no es delito por aquello de que tienen una cultura fiscal diferente? Por la misma razón, también se podría argumentar que quienes practican la ablación del clítoris lo hacen porque tienen una cultura sexual distinta. En tal caso, ¿por qué nos escandalizamos en Occidente por ello y no lo consideramos como una consecuencia directa de una aberración cultural y antropológica?
Quién nos iba a decir a nosotros que Panamá fuera a dar cobijo a tanto cabrón y sinvergüenza, y que además fueran personajes de todo pelaje y camisón: monárquicos, liberales, socialistas, de izquierdas (los hipócritas) y de derechas (los cínicos), del centro y del exterior, banqueros, artistas, futbolistas, cineastas… Los lazos de la unión y la afinidad. Ya decía Balzac que detrás de cada fortuna hay un delito. El de los crímenes del hampa y la mafia. Buen tema para el próximo proyecto de Pedro Almodóvar.
Para nuestro crítico cinematográfico, la última película de Pedro Almodóvar, ‘Julieta’, es un curso acelerado de drama academicista, un engarzado de situaciones perfectamente calibradas en un laboratorio de lágrimas y dolor que da como resultado un artificio de armas tomar. Un cine de diseño que, sin embargo, parece encandilar a Carmen Puyó, la del decano, que le faltaron páginas para poner tanta estrella. El manchego iba a titular su última pretenciosidad ‘Silencio’, pero lo cambió por ‘Julieta’ al coincidir el título con el de Scorsese. Debería aprovechar el tirón promocional de salir su nombre en la prensa de todo el mundo para retitularla ‘Julieta panameña’, la ruta invisible que va de Calzada de Calatrava a Panamá. Pepi, Luci, Bon y otros laberintos fiscales del montón.
Triste destino el de los españoles que vemos que algunos compatriotas solo se ponen de acuerdo para encuerarnos. Los hermanos Almodóvar tienen el dudoso honor de compartir la categoría de evasión de impuestos con nada menos que Jackie Chan. Entre estos desmanes y los que utilizan el amiguismo para conseguir subvenciones u otras ayudas públicas para el activismo cultural lo tenemos verde. La conciencia de clase ha dejado de existir.
El arcipreste de Hita ya hablaba de dinero, que hacía correr hasta el cojo, y mejoró la fábula de Esopo cuando contó cómo el lobo que se comía la cabra se le atravesó un hueso y a punto de ahogarse pidió ayuda a la grulla, que le sacó el hueso del gaznate. Ella pidió que le pagase y el lobo le dijo que se diera por pagada porque la tuvo entre sus dientes y no la mató. De ahí el proverbio: “El hacer bien al malo en nada te aprovecha”.
Varios ciudadanos llamaron al ayuntamiento turolense angustiados por una noticia de ‘El Mundo Today’. El medio digital satírico publicaba: “La alcaldesa de Teruel robó fondos públicos aprovechando que la ciudad no existe y no dejó rastro del saqueo porque el dinero tampoco existe”. La gracia no gustó a Emma Buj, que pidió retirarla y amenazó con acciones legales, penales y civiles en defensa del derecho constitucional al honor. La sangre, finalmente, no llegó al río.
La novela policiaca de Juan Bolea ‘Parecido a un asesinato’ va a ser llevada a la pantalla. Es una historia familiar, de sufrimiento y violencia, de odio y crimen, que tiene muchos giros y se soluciona en la última línea. Al parecer, Emilio Casanova, Javier Espada y Gaizka Urresti se han ofrecido para dirigirla. El escritor está organizando una trama negra para impedirlo. ¡Que llame a la Calavia!
Nos ha gustado el nuevo libro de Ismael Grasa ‘Una ilusión’, publicado por Xordica. En él cita como influencias a Félix Romeo, Javier Tomeo o Francisco Umbral. Le recordamos al escritor oscense lo que Cossío le decía a Umbral: “Hay que escribir dos artículos al día, uno para vivir y otro para beber”. Cierto escribano afincado en la inmortal emborrona diariamente diez. Por mandamientos que no quede.
De todos modos, Grasa sabe de pintura lo que nosotros de botánica. Dejando al margen a Pepe Cerdá, a quien cita en su libro, el oscense es el responsable del prólogo del catálogo de la exposición que Eduardo Lozano ha ofrecido estos días en el Torreón Fortea. Así empieza: “Lozano es un hombre joven que vive en un barrio y que tiene hijos”… eso sí, menos que Antón.
También nos ha gustado ‘Soles negros’, de Ignacio del Valle, la cuarta novela de la serie del capitán Andrade que el escritor presentó hace poco en Zaragoza. En la entrevista que le concede Antón Castro para el decano, este le pregunta: “¿Es este un país de todos los demonios, como dijo Celaya?”. Vamos a ver, Antón: no es Celaya el autor de la sextina ‘Apología y petición’ a la que te refieres, sino el gran Gil de Biedma, uno de los ídolos de tu amigo (y el nuestro) Luis Felipe Alegre. A dios lo que es de dios…
Última hora. A Pedro Santiveri le indicaron mal el camino de Santiago y acabó en Jerez.
