Compartimento Nº 6:Un road movie ártico      


Por Rafael Gabás Arcos

         Compartimento Nº 6 es una película que no viene de EEUU; tampoco ha llegado a bombo y platillo a través de las grandes distribuidoras; no está ni en Netflix ni en HBO; apenas estuvo unos días en cartelera y desapareció sin dejar rastro.

    A pesar de todo ello esta coproducción entre Finlandia y Rusia es una de las grandes creaciones cinematográficas del siglo XXI.

      Compartimento Nº 6 está filmada en celuloide y luego ha sido transferida a sistemas digitales con una impecable fotografía en la que contrastan los ocres y oscuros interiores con la luz y el blanco exterior. Juho Kuosmanen, su director, ya había sorprendido hace unos años con otra gran película: El día más feliz en la vida de Olli Maki.

     El guión es sencillo, pero muy bien trabajado: Dos personas antagónicas deben convivir durante casi 2.000 kilómetros (Moscú-Murmansk) en un pequeño compartimento de tren en un momento de su existencia difícil para ambos. Ella Quijote, él Sancho, ella intelectual, arqueóloga, soñadora y perdida; él con los pies en la tierra, minero, tendente al alcoholismo y zafio.

    “Para conocerte a ti mismo debes conocer tu pasado” y no huir de él. El film es un road movie, un viaje en el espacio pero también en el tiempo, un canto a la amistad, al tiempo perdido, a la nostalgia y por qué no, al Amor.

     Dos seres humanos que quieren ser libres y huir de la autodestrucción, de esa continua amenaza hacia sí mismos que nace de sí mismos. La película reflexiona acerca de la alteridad, del respeto por el otro, por el que es diferente a nosotros, reflexiona acerca de la empatía, acerca de lo que nos une y no de lo que nos separa.

      Tras 80 minutos de un guión lineal y pausado la película da un giro en los 20 minutos finales, el ritmo se acelera, las situaciones sorprendentes se suceden y Kuosmanen obliga al espectador a reflexionar y hacerse preguntas, dejando claro que no va a ser él quien nos dé las respuestas.

     Hay un claro contraste entre el estatismo del compartimento y el movimiento del tren, contraste entre la libertad exterior y la cárcel interior. Un film para ver con los sentidos, un bolazo de nieve en plena cara, para saborear más con el corazón que con el cerebro… Una obra maestra, por algo en Cannes recibió una de las más grandes ovaciones del siglo XXI.

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