El patrullero de la filmo: De Corea a Rotellar

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Por Don Quiterio

  Finalizan los ciclos dedicados al cine contemporáneo de Corea del sur, a Miguel de Cervantes y a William Shakespeare, y se inicia un pequeño homenaje a la figura del escritor, crítico y actor zaragozano Manuel Rotellar (1923-1984), dentro de la programación de Proyectaragón.

   Con la colaboración de Myriam Morales y la organización de Eungyun Cho (del centro cultural coreano en Madrid), se han podido ver seis producciones, variadas en fondo y forma, del país asiático, acerca de su presente político y social y que defienden la cultura y la historia, el viaje y el tiempo, los lazos familiares y la capacidad del lenguaje fílmico para fundar mundos y abrir puertas a los sueños: ‘Brethless’ (Yang Ik-june, 2009), ‘Roaring currents’ (2014), ‘Oda a mi padre’ (Youn Jk, 2014), ‘Diez minutos’ (Lee Yong-seung, 2014), ‘The royal Tailor’ (Lee Won-suk, 2014) y ‘With or Without you’ (Park Hyuck-jee, 2015).

  Junto a la proyección de ‘A Band Called Death’, singular documental estadounidense dirigido al alimón por Mark Christopher Corvino y Jeff Howlett sobre la banda ‘Death’, terminan igualmente las adaptaciones cinematográficas que de Cervantes han sido: ‘Don Quijote de Orson Welles’ (1992), la inacabada película del maestro que Jesús Franco monta como puede; ‘El caballero don Quijote’ (2001), digna versión de Manuel Gutiérrez Aragón, y ‘El huésped del Sevillano’ (1969), nada desdeñable mirada de Juan de Orduña a la zarzuela referida a ‘La ilustre fregona’. De Shakespeare, o de quien fuera el autor o autores de esas obras, se cierra el ciclo con ‘Hamlet’ (1967), donde Celestino Coronado experimenta con el lenguaje; ‘Enrique V’ (1988), firmada por el siempre solvente Kenneth Branagh, y ‘Romeo y Julieta’ (1953), bella plasmación a cargo de Renato Castellani.

  Manuel Rotellar, decía, recibe un homenaje por parte de Proyectaragón, y lo hace en la sala de la filmoteca de Zaragoza que dirige Leandro Martínez. Se programan desde títulos de pequeño formato, dirigidos entre 1959 y 1983 por cineastas como José Luis Pomarón (‘El rey’, ‘El pisador de sombras’, ‘Sic Semper’, ‘La conquista’, ‘La rosa de papel’), Alberto Sánchez (‘Musical N’, ‘Hombre-mujer’) o Miguel Vidal (‘El herrero de San Felices’), hasta películas profesionales, realizadas entre 1960 y 2008 por gente como Antonio Artero (‘Monegros’), José Antonio Duce (‘Culpable para un delito’) o Vicky Calavia (‘Apuntes desde la fila 8’). Mucho escribió Rotellar de cine. Y mucho también se escribió de él tras su muerte, incluido el arriba firmante. Las anécdotas con él pasadas darían para un libro. Y gordo. Dejaré la palabra, en cualquier caso, a los documentados Pablo Pérez y Javier Hernández, siempre competentes.

  “Se trata, sin duda alguna, del pionero de los estudios sobre la actividad cinematográfica relacionada con Aragón. Como tantos otros cinéfilos zaragozanos, se inicia en el cineclub de Zaragoza en 1946, institución en la que colaboraría activamente. Fue, en su momento, el más relevante crítico cinematográfico aragonés, labor que llevó a cabo tanto en las ondas como, sobre todo, en diarios y revistas de la región: ‘Equipo’, ‘Oriéntese’, ‘Amanecer’, ‘Aragón Exprés’, ‘Revista Zaragoza’, ‘Andalán’, ‘Pueblo’, ‘Disco-exprés y, finalmente, en ‘El día’. También frecuentó varias publicaciones especializadas de difusión estatal (‘Otro Cine’, ‘Nueva Dimensión’, ‘Terror Fantastic’, ‘Film Guía’, ‘Mundo Hispánico’, ‘Cinema 2002’, ‘Pantallas y escenarios’, ‘Positivo’, ‘Cinestudio’…) e incluso rebasó los lindes nacionales con colaboraciones para la ‘Revista internacional de cine’ o para la británica ‘Film Forum’. Sus artículos ponen de manifiesto la amplia curiosidad intelectual de Rotellar que abarcaba casi todos los recovecos del hecho cinematográfico”.

  “Investigador inasequible al desaliento, realizó una labor en condiciones laborales muchas veces difíciles. Esto y las lagunas propias de una formación autodidacta inciden en determinadas limitaciones teóricas e inexactitudes historiográficas de sus estudios. Infatigable y minucioso coleccionista, todo objeto era digno de su pasión recolectora: fotogramas, carteles, fotografías, programas de mano, libros, revistas, afiches, películas… A consecuencia de ello reunió un extenso e interesante archivo que pasó a integrar, años después de su muerte, la parte fundamental del departamento de investigación y archivo de la filmoteca de Zaragoza. Precisamente, con motivo de la formación de este patronato municipal, Rotellar fue elegido como primer director del citado departamento, cargo que apenas ejercería debido a su prematuro fallecimiento”.

  “Manuel Rotellar fue también un actor singular, haciendo gala de sus capacidades histriónicas en películas amateurs dirigidas por sus amigos, especialmente las de José Luis Pomarón, demostrando precisamente su carisma peculiar delante de la cámara. Estuvo también en el grupo fundacional de Moncayo Films, pero no encontró el hueco oportuno en un proyecto que cada vez derivaba más hacia facetas profesionales”.

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