Redefinir las políticas culturales / Esteban Villarrocha


Por Esteban Villarrocha

     El sector cultural cada vez tiene más claro la urgente necesidad de redefinir las políticas culturales, convirtiéndolas en el eje central de las acciones…

…para salir de la crisis, tras la pandemia. Aunque el objetivo intrínseco de la política cultural es la satisfacción de los derechos culturales de los ciudadanos, en muchos casos ni siquiera éstos se cumplen lamentablemente.

    Hoy la gente del sector cultural sabe que hay que proponer unas políticas culturales de nueva planta, pensadas y consensuadas y que persigan dichos derechos pero que también sean capaces de dirigir la transformación del modelo productivo y la persecución de otros objetivos sociales y económicos.

     La dimensión de los sectores culturales tiene efectos causales sobre la riqueza de las regiones europeas, su economía es fundamental en el territorio para favorecer su cohesión. Esta nueva política deberá reconocer de una nueva manera los derechos de propiedad intelectual y sus derechos económicos asociados, facilitar el emprendimiento cultural, democratizar el uso de los equipamientos y los espacios públicos y tratar de conocer en mayor profundidad la relación entre el individuo y el hecho cultural.

    Las industrias culturales y creativas europeas poseen un gran potencial sin explotar para crear riqueza y empleo y mediante sus efectos indirectos es posible ofrecer una vía hacia un futuro más imaginativo, cohesionado, ecológico y próspero.

     En este contexto que vivimos con los enormes desafíos emergen en el escenario de la globalización, asistimos a una profunda transformación tecnológica que nos hace caminar hacia un entorno digital. Hemos de avanzar en las adaptaciones necesarias para permitir la creatividad, y la cultura alcancen su máximo potencial y que sean perfectamente identificados y valorizados como elementos centrales para consolidar ventajas comparativas, en el largo plazo, en el escenario mundial y la revolución digital.

    Los sectores culturales y creativos son catalizadores de innovación ya sea por sus conexiones con las TIC, recursos como los servicios de correo electrónico, almacenamiento en la nube, educación a distancia, banca electrónica, juegos en línea, servicios de entretenimiento, comunidades virtuales y blogs.

    Una nueva manera de entender la comunicación y la cultura, a la vez abría que ver el efecto directo de la creatividad como vector de innovación económica, social y política. Cada vez hay más evidencia empírica de que la riqueza de las regiones europeas muestra una relación causal muy elevada con la dimensión de los sectores culturales y creativos.

     En colaboración con el sector de la educación y la formación profesional, los sectores culturales y creativos pueden contribuir al desarrollo de la combinación de habilidades alrededor de la creatividad, el espíritu empresarial, el pensamiento crítico, la asunción de riesgos y la participación y el compromiso, que son atributos necesarios para la competitividad en la sociedad del conocimiento.

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