Como un avión / Jorge Álvarez


Por Jorge Álvarez
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   Estoy seguro que usted amigo lector de El Pollo Urbano viajó en avión al menos una vez en la vida. O más, muchas veces más…

    Bien, para que usted me entienda lo que es vivir en este páramo salvaje en el que se transformó desde la llegada del peronismo al poder la Argentina voy a usar una comparación con lo que hay en el interior de un avión.

  Y de uno en particular: el Airbus 350 porque tiene una autonomía de vuelo de 12.300 km lo que me permite llegar sin escala alguna a Madrid o a Roma desde Buenos Aires. Son los de vuelos intercontinentales.

   Al momento de ingresar a la nave y con la ayuda de una simpática azafata o confiando en su intuición encontrará de manera rápida su butaca. ¡Y ahí voy a estar sentado 12 horas es el pensamiento inevitable que le asalta! Y sí, usted va en una butaca estrecha porque su bolsillo no le alcanzó para aspirar a una mejor.

  En Clase Economy o Turista hay 54 filas de butacas, 293 en total en las que si usted tiene el porte de un jockey, un metro cincuenta y 43 kilos le parecerá estar en el Paraíso. Con 20 kg más, a la entrada del Purgatorio y a los de 80 kg o más una visita al Infierno del Dante porque para incorporarse deberá tener la agilidad de un trapecista del Cirque du Soleil. Al llegar a destino la vida lo sorprenderá caminando como RoboCop, por como le quedaron las rodillas.

    Hay, por supuesto una Clase Business y hasta puede haber dentro de ella una Premium o Magnífica que cada aerolínea reserva a un Jefe de Estado y acompañante o a una celebridad que merezca no estar al alcance de miradas indiscretas de la turba. Son sólo 31 butacas que se reclinan hasta transformarse en camas de dos metros esperando a los privilegiados.

   Y no me quiero olvidar de una a la que intento, a veces no lo logro, llegar: la Clase Premium Economy. Ideal porque en esas 24 butacas usted se puede parar sin molestar a quien esté cerca suyo para caminar por los pasillos de la nave o acceder al baño. Son mucho más accesibles si las compara con el valor de las de Business o costosas al compararla con las de Clase Turista.

   Bueno, ahora dejo de atormentarlo con el interior de un avión e intentaré demostrarle con ejemplos por qué es igual a la composición de la sociedad argentina.

   Sobre un total de 348 butacas que tiene este modelo el 84% de ellas son de Clase Turista las que en el país corresponderían a los indigentes, los jubilados, los pobres e integrantes de una clase media cada hora más endeudada. Mientras que un poco menos del 9% que viajan en Clase Business está compuesta en su totalidad por la Casta gobernante, sus invitados, los gremialistas, políticos de toda laya, futbolistas y empresarios dejando casi el 7% restante a la de Turista Premium para los profesionales, personal jerárquico de empresas y los que ahorran unos 30 meses para emprender el viaje soñado pletórico de impuestos.

   Bueno ¿ahora le quedó claro lo que es la Argentina? De ahora en más cada vez que suba a un avión no dejará de mirar las butacas y su distribución. Disfrute del viaje, se lo merece por no vivir en la Argentina.

Un abrazo océano de por medio.

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