Por Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com
El pasado 23 de abril, en el Día de San Jorge con más actos populares e institucionales de celebración que yo recuerdo (junto con los muchos de los días previos), Heraldo de Aragón publicó sondeos electorales…
…para las Cortes de Aragón, las tres capitales de provincia aragonesas y los principales ayuntamientos. La foto fija que nos ofrecen es simplemente eso, y nada menos que eso, a más de un año de las elecciones municipales y autonómicas. Y el panorama es variopinto, polisémico, e induce a elucubrar sobre geometrías de pacto, variables y lo que se quiera hasta llegar a la más pura abstracción.
Que si Ciudadanos crece y tiene la llave de la gobernabilidad institucional (como otrora el PAR), que si PAR y CHA aguantan mejor o peor, que si IU mejor solos o con Podemos, que si ZeC retrocede, etc. Bueno, ya se verá. Recuerdo cuando Coll, del dúo de humoristas “Tip y Coll”, puso una mano abierta frente a la cámara de televisión y, moviendo los dedos, dijo: “Esto son deos”. Pues eso.
Tras la publicación de los datos de intención de voto se preguntó a los partidos afectados (para bien, mal o regular) por su opinión acerca de los resultados, cosa fácil porque en las celebraciones de San Jorge en el Palacio de la Aljafería suelen estar todos. Las respuestas, de manual. Su pensamiento real, cómo mejorar esas cifras, les vayan como les vayan.
Cierto es que, como ya avanzamos en artículos anteriores (https://www.elpollourbano.es/opinion/2018/04/la-nueva-batalla-del-ebro-manuel-medrano/), hay quien se lo curra todos los días sobre el terreno y, por lo que sabemos ahora, nos quedamos cortos entonces. Otros fían más a la presencia en medios de comunicación tradicionales y casi exclusivamente en ello, y también los hay que esperan que el apoyo de sectores económicos y/o sociales con poderío por estas tierras decante opciones de voto y gobierno. Pero tranquilo, lo que se dice tranquilo, no hay nadie.
Buena es la buena prensa. También no depender de las influencias de situaciones externas de forma agobiante (problema que no tienen PAR o CHA), no depender de la “situación nacional” hasta el extremo. Pero, evidentemente, la oferta de liderazgos locales o autonómicos debe tener una gran solidez. El “asunto Cifuentes” puede que tenga efectos para el PP en ciertos ámbitos, pero también tiene una consecuencia más general: en el transcurso del mismo no se ha cuestionado sólo un máster o un tema de apropiación dudosa de productos cosméticos, sino todo el cartón-piedra que llevaba cuatro décadas ocultando la realidad. Así, los currículos políticos colgados en las redes exhibían titulaciones que no existen, otras que no se tenían, se ponían cualificaciones exóticas obtenidas en pequeños centros de formación regentados por parientes o amigos y jamás ejercidas, etc.
No es un asunto clasista, en esto coincide la inmensa mayoría de quienes están opinando sobre el tema. Si eres albañil, taxista, abogado, ingeniero, fontanero, pescadero, etc., es indiferente para el ejercicio de un cargo público, siempre que tu honestidad, buen hacer, capacidad de gestión y conocimiento de tu sociedad sean adecuados. Pero no mientas. Ese es el principio de la corrupción. Y aquí nos ha estado mintiendo muchísima gente inserta en puestos públicos de responsabilidad (empezando por Roldán y acabando por los ahora destapados a raíz del “asunto Cifuentes”, que no solo le afecta a ella).
En todas partes han cocido habas, llega el momento de dejar el tema antes de que nos ahoguen las calderadas de esta herbácea. Y de empezar por hablar claro a los ciudadanos: este es mi candidato/a a liderar una institución, este es el equipo que le acompaña, y este es mi programa que cumpliré, salvo catástrofe, como si fuese la Palabra de Dios.
Y ahora, pensando en eso y no en situaciones o elucubraciones metafísicas, busque, compare y, si encuentra otro mejor, vótele.