El jardinero y el muñidor pirulero / Dionisio Sánchez


Por Dionisio Sánchez Rodríguez
Director del Pollo Urbano
elpollo@elpollourbano.net
   

   En el mes de febrero de este año, “El Pollo Urbano” realizó una encuesta entre sus lectores bajo el siguiente epígrafe: “¿Cuántos concejales de “Podemos” hay en el ayuntamiento de Zaragoza?”.

    Las respuestas fueron las siguientes: un 36% contestó que había uno, un 28% que había 2 y un 22% que había 3. En los extremos, un 11% manifestó que no había ninguno y un 3% que eran todos. Los resultados de esta encuesta, como es habitual, siguen figurando en la correspondiente sección pollera, sin que hayan merecido ni una somera reflexión por parte de los analistas de la calle Predicadores.

  Pues bien, amigos, la realidad es que en el ayuntamiento de Zaragoza no hay ningún concejal podemita. Existe un alcalde consorte, un jefe de gabinete y una periodista que sí han manifestado su pertenencia a dicho partido. Así las cosas, queda claro que buena parte de la gente cree que CEZ y Podemos es más o menos lo mismo cuando nada hay más lejos de la realidad.

  En las elecciones autonómicas y municipales (tal vez con buen criterio estratégico), Podemos no quiso usar su marca en previsión de posibles fiascos y abandonó su entramado de mareas y confluencias a las entidades sociales dominadas tradicionalmente por los cachorros  de la Izquierda Unida que no vieron mejor ocasión para hacerle una OPA hostil al aparato burocrático del partido que, como viene sucediendo  históricamente, cercenaba, si no impedía, su progreso en la representación institucional. Rebelados y veteranos maniobreros se hicieron con las cabeceras, unieron sus fuerzas y le pegaron un “sorpasso” apabullante a su propio partido y a su dirección. Así, mientras Patricia Luquin conseguía un mísero escaño autonómico con la lista oficial, los cachorros rebeldes se hacían (entre pitos, flautas y convergencias) con 9 concejalías y, además, contando con la tibieza socialista, con el gobierno de la ciudad.

   Uno de nuestros hombres de este relato, Adolfo Barrena, era el todopoderoso Coordinador General de la IU en Aragón. Y de este batacazo del aparato, Adolfo, el muñidor, aprendió mucho.

    Mientras los CEZ’s campaban a sus anchas en el gobierno municipal haciendo realidad sus respectivos reinos de taifas aunque, eso sí, torpedeados en lo económico por la extraordinaria oposición que no supieron ablandar por su inexplicable actitud de soberbia, más propia de principiantes que de bregados dirigentes  urbanos. Y mientras, la gente seguía creyendo que CEZ y Podemos eran partes de un mismo proyecto y Echenique esperaba, acojonado ante la farra concejil de los que creía afines, a que las elecciones generales conformaran el futuro y se aclararan los posicionamientos.

    Barrena, tras su gran éxito autonómico (una diputada) se va a Madrid como Secretario de Organización y allí se cae del caballo al tener acceso a las cuentas y a tener que encarar una elecciones generales ahíto de recursos, con más deudas que Cuba y con unas expectativas electorales peores que las de Rosa Diéz en Tanzania. Y entonces, tras el 20-D, cuando iba a caballo por la Gran Vía, una luz le deslumbró, cayó y tras recuperarse de la ceguera, vio  a Echenique montado en su motoreta y allí, instantáneamente, se hizo la luz.

    Se trataba de imitar a sus cachorros zaragozanos, aprovechar su vieja relación con el ahora su homónimo en Podemos, y hacerle una doble pirula: explicarle al imberbe político  que aplicando la Ley de D’Hont dos más dos son cinco y que esto podría llevar a la Moncloa a su jefe Pablo Iglesias, siempre y cuando Podemos -¡qué menos!- se haga cargo de unos pequeños agujeros de tesorería que tiene IU.

     Deslumbrado ante tal propuesta, Echenique el generoso, le come el tarro a Pablo Iglesias (aunque no a Errejón) y el perro viejo de Barrena  se dispone a ir instruyendo y colocando  a siete  de sus mariachis en cabeza de salida para optar a ser diputados nacionales. De esta manera IU que había pasado de 2 a 5 ya en la primera tacada de 2015, llega a 8 el 26-J unidos a Podemos. El éxito, pues, ha sido absoluto para Adolfo Barrena a quien su partido le impondrá la Cruz de la Hoz y el Martillo con fondo blanco por los servicios prestados: a la “Caja” (fuera deudas) y al partido (todavía tienen 8 diputados). Aunque bien es verdad que no sabemos si la cabeza del muñidor durará mucho si se cumplen los deseos del señor Llamazares, más cabreado que un palomo cojo por la componenda unitaria urdida por Barrena.

  Peor cara se le queda al jardinero Echenique  que ve perder, en su cercanía 50.000 votos mientras Santisteve silba y mira a la luna, a su alrededor un millón tras la alianza trilera y, encima,  tiene que  seguir cultivando con autoridad el jardín porque sus huestes se le están rebelando. El representante de Paz, Amor y Verdura ha manifestado, mosqueado hasta las cachas,: «Ya sabéis que yo soy mucho de amor y eso, pero no me resisto a añadir algo también necesario para este momento»

   El turbado floricultor y  secretario de Organización ha dicho a quien le haya querido escuchar que, ante cualquier conflicto interno, el departamento que dirige intentará encontrar una solución consensuada y «amorosa», pero que «si la vía del amor se muestra inútil» se actuará «de manera contundente, decidida, concreta y grave con quienes no comprendan que las guerras internas nos desangran, nos queman y nos hartan» ¡Jodo, petaca, con el Echenique! Finalmente nuestro amigo hace un corolario purguero que supera literariamente y con creces cualquiera de los atribuídos al camarada Stalin : «Para que crezca el amor no sólo hay que regarlo sino también extirpar las malas hierbas de las violencias enquistadas».¡Un auténtico genio! ¡Qué  gran poeta! El director general Escurrín ya tarda en incorporarlo a ese humilde intento de prestigiar el bardismo  denominado  “Parnaso 2.0”

   Queridos amigos, compañeros y camaradas podemitas: Si después de lo sucedido no se aprende, es casi seguro que el camino a recorrer va a ser arduo y difícil.

    Pero  para que la caminata sea más llevadera, yo os sugiero que aprendáis de memoria y cantéis en los momentos de desánimo esta vieja canción infantil para acordaros de esta pequeña historia habida entre un jardinero y un muñidor trilero:

“Antón, Antón, 
Antón Pirulero, 
cada cual, cada cual 
que atienda a su juego, 
y el que no lo atienda, 
pagará una prenda”

    ¡A caballo!… ¡Yihiiiii!…..¡Salud!

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