Por Jorge Álvarez
Antes de que termine el mes de junio España habrá elegido a su Jefe de Gobierno que reemplazará a Mariano Rajoy.
El panorama se tiñe de un tono oscuro ya que no hay un favorito que pueda presumir a esta altura de algún triunfalismo en las urnas. Los partidos y alianzas tradicionales intentan por todos los medios quitarse de encima las acusaciones de corrupción que en algunos casos los acorralan y los debilitan. Mientras que las fuerzas emergentes son como gallos que no dejan de picotearse entre ellos en vez de presentarse como una opción ante este desmadre.
Y como para aportar su cuota de humor, de delirio aparece hasta el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Sí señor el mismo tipo que sostiene que habla con un pájaro en el que reencarnó Hugo Chávez aseguró que en el reino de España «hace falta un Maduro». Este sujeto, escapado de La ópera de los tres centavos, pretende acaparar la atención mundial con delirios de este tipo.
La incertidumbre se extenderá hasta el día posterior de las elecciones y quizá se extienda en los primeros años de quien gobierne España. En estos casos sólo hay dos caminos. Gobernar mirando el futuro o centrarse en lo que hizo mal quien se marcha con un espíritu revanchista.