Ejemplo histórico / María Dubón

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Por María Dubón

Las penas son de nosotros / las vaquitas son ajenas. Fragmento de El Arriero, Atahualpa Yupanqui.

Existen muchas clasificaciones sociales, una de ellas es la división entre los que poseen las riquezas y quienes trabajan para que esos mismos las posean. En este conflicto de intereses hay indudablemente ganadores y perdedores. Ganan los dueños de las vaquitas y las penas se reparten para los demás.

Vivimos tiempos convulsos. La ruina desestabiliza y la crisis se acentúa alimentada por los innumerables sacrificios que ha de hacer la población. La desafección ciudadana puede provocar una dislocación general. Existen precedentes previos: 1789 y 1917 fueron años en los que se desató el terror en masa. Las sociedades francesa y rusa estaban caldeadas. Ayer, como hoy, la gente pide paz, pan y tierra.

Las corrosivas consecuencias políticas, económicas y sociales de la crisis actual llegan tras un esfuerzo extenuante e infructuoso. El ejemplo histórico de los jacobinos franceses y de los bolcheviques rusos hace que nos sintamos ante una situación imponente, porque la violencia física y retórica que se aplicó entonces para aplastar a los rebeldes guarda cierta similitud con la llamada Ley Mordaza y los discursos de la derecha.

Ojalá que en este cenagal no haya que recurrir a la violencia extrema y seamos capaces de salir de esta situación remodelando la sociedad, y no aplicando el terror revolucionario.

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