El Director general y la “cultura de pesebre” en Aragón / Dionisio Sánchez


Por Dionisio Sánchez
Director del Pollo Urbano
elpollo@elpollourbano.net

Queridos amigos, compañeros y camaradas:

El actual Director general de Cultura de Aragón generó, cuando se produjo su nombramiento, amplias expectativas en algunos sectores de la ciudanía preocupados  por  adivinar el inquietante erial (al margen de los ladrillos cocidos y plantados sin ton ni son pero sí con rumorosa y previsible cazoletada  habida en la construcción de la Escuela de Artes) que podía haber significado el paso por la misma del incombustible  representante de la inteligentzia soviética señor Vázquez, este personaje que lo mismo vale para un roto, para una residencia de ancianos, para un museo virtual de Goya en la plaza de los Sitos o para un descosido gravero.

Pero como siempre ocurre en estos casos, la ilusión se convirtió en purísima agua de borrajas en cuanto el esperado comenzó a actuar en el nido de víboras en que, entre unos y otros, han  convertido esa planta del gobierno de Aragón. No hay nada peor que las cuchilladas que se producen en el menudeo económico cultural. Los autonombrados  como “artistas” son la peor especie de nuestra sociedad puesto que, lejos de aspirar a los millonarios contratos que se dan en otras actividades humanas (las concesiones mineras, por ejemplo) en este negociado matan por una mierda de publicación (que naturalmente nadie leerá y dormirá el sueño de los justos en cualquier almacén del otrora obrero barrio de  Valdefierro). Aquí no se juega con las judías (ya que últimamente ninguna persona medianamente inteligente se dedicaría  a ser artista “full time” y menos en Aragón),  sino  con el ego monegro y provinciano. El poeta malo y sin nada que decir, al igual que el destripa folios, se asocia, come, tertulea, se leen en un alarde de onanismo gusanero y, además, quieren que las instituciones les publiquen  el estiércol con el que encuadernan sus delirios. ¡Y ahí estaba el cado principal: en la Dirección General de Cultura!

Y así los que pintan cacas, eso sí, muy aragonesas….los que hacen detritos literarios con ínfulas de novela (negra o verde boñiga)…los que enchufan un objetivo a la nada, pues nada tienen que contar ni en imágenes ni en papel ultra glossy, todos, abren sus boquitas intentando que la Dirección General les  defeque unos euritos que les permitan, cual  protagonistas que son de ese arte ridículo,  pagarse una meriendita y salir un día en cualquier papelucho local: ¡el éxito, en suma!

El Director general le ha metido mano –poquita- al excremento cultural pero no tiene ni puta idea de lo que hay que hacer en el gallinero. Al parecer, la derecha solo tiene huevos cuando le avala la fuerza. Es incapaz de reflexionar que la democracia no es patrimonio de la izquierda zaragozana organizada, sectaria y aburrida hasta límites insospechados. La democracia y la cultura son conquistas de las gentes: unos de derechas, otros de izquierdas, algunos del norte y muchos del sur….

Algunos creíamos que el Director general sabía a lo que llegaba: a desmontar los cados y a proponer vías para que el personal pueda realizar sus actividades creativas libremente y con aquellas facilidades  que pueda aportar una administración a nuestro exclusivo servicio (sin dirigismos del calibre que hemos visto en una exposición que un funcionario “cultural” norcoreano  ha montado para deleite de sus comisarios  en el  Centro de las Historias y Deyecciones de Zaragoza, intentando  darse un paseo visual por la última Zaragoza vivida y donde nos quiere hacer creer que  la trayectoria de singularidades artísticas como El Grifo o El Patito Feo no han existido). Vaya tipo inútil. Y lo peor es que le habrá pasado la factura al insigne Vázquez  por esa cagada (No sabemos si en forma de dietas o, simplemente, de colegueo progresista).

El Director general ha aprendido rápido que lo mejor cuando se tiene un buen sueldo es no hacer nada, no vaya a darse el caso que las hordas y mareas cambien el trayecto y de la casa de la Consejera vayan a la suya. “¡Oh, no, eso sí que no!” Por tanto: “¡Quietos en la mata, paciencia y a barajar!”. Y a esa maravillosa actividad, la nada,  se  entrega en cuerpo y alma.

Soy de los que piensan que una vez que el Director general consiguió con la euforia del principiante levantar tres o cuatro costras significativas –asuntos que, indudablemente, le honran y que dan idea clarísima de para qué   sirve ese engendro administrativo- ha llegado la hora de que nuestra Presidenta elimine esa dirección general y que sus técnicos (antes de ponerlos de patitas en la calle)  rebajen listón “artístico” y que sus contenidos se  reorienten hacia la juventud. Son los jóvenes los que necesitan ayudas para abrirse caminos (en el arte, también). Es a los jóvenes (no a los treintañeros o jóvenes de residencia geriátrica) a los que hay que facilitar las tecnologías creativas, las becas para que conozcan otros mundos alejados de la caspa local, los medios, en suma, para que el día de mañana no tengamos artistas purulentos ni premios de las letras puestos en fila para cobrar el milloncete de rigor en virtud de los méritos que ellos mismos se asignan ni artistas de teatro que han echado al público de los teatros  porque no saben qué contar y solo dominan la dulce baba de la subvención ¡Cómo si no hubiera materia para contar en tablado!

Es necesario tener una buena Dirección general de la Juventud. La de Cultura es completamente inútil. Los artistas jamás han estado en fila junto a un pesebre. Esos, muy dignos, son otra cosa y lo que merecen es limosna, pero de los bolsillos particulares.

Queridos amigos, compañeros y camaradas ¡A caballo! ¡Yihíiiii! ¡Salud!

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