Matías Uribe hace felices a los hijos, nietos, padres e ilustres abuelos del rock and roll

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Por Pablo Ferrer

   El periodista de HERALDO presentó el pasado día 9 de Mayo su libro ‘Zaragoza60’s’, prologado por Miguel Ríos. El artista granadino abrió el concierto posterior ante 400 personas en el Centro Cívico Delicias.

Pablo Ferrer. Zaragoza10/05/2016 a las 06:00
(Publicado en Heraldo de Aragón)

   El Centro Cívico Delicias fue ayer el escenario perfecto para una tarde-noche de puro rock and roll. El periodista y crítico musical Matías Uribe presentó en olor de multitudes su obra ‘Zaragoza 60’s’, un compendio de la escena musical de la ciudad en la mentada década. Un glosario muy detallado de solistas, conjuntos, vivencias y anécdotas que ha editado HERALDO DE ARAGÓN, la casa en la que Uribe viene impartiendo cátedra del oficio desde hace cuatro décadas.

    La Rotonda (antiguo mercado de pescados del populoso barrio zaragozano) se llenó de incondicionales de aquellas músicas, desde protagonistas directos a descendientes, amigos y curiosos. Más de 400 personas, muchas de ellas con su ejemplar a cuestas, acudieron al acto coronado con un concierto de dos horas que abrió el encargado de prologar el volumen, Miguel Ríos.

    La cita fue profusa en nombres populares de la música zaragozana. El jazzista Chus Fernández, viejo compañero de trinchera de Ríos, se acercó a saludar al granadino y a brindar por Matías Uribe. Oskar Díez, de Las Novias, acudió a comprar su libro, lo mismo que el rockero y camisero Sam Tejuelas, el músico Cuti Vericad, el ubicuo Luis Linacero, el pianista Miguel Ángel Tapia, el locutor y escritor Miguel Mena… Justo Acín y Carlos Melguizo, de Grupo 70, también se llevaron su ejemplar autografiado, y otro nombre de referencia en HERALDO, el fotoperiodista Gervasio Sánchez, saludó a Ríos y Uribe en compañía de su hijo, que empieza en la música.

Exposición y entusiasmo

   Antes del acto, los más madrugadores pudieron disfrutar en el primer piso de la excelente muestra fotográfica sobre la escena musical zaragozana de los 60 y los 70 coordinada por Pascual Orduna, de la Asociación Cultural Paso a Nivel, que ya tuvo una estancia en el Teatro de las Esquinas y que permanecerá abierta al público hasta el 29 de mayo en el Centro Cívico Delicias.

   En el turno de alocuciones, el catedrático de literatura y cine Agustín Sánchez Vidal se encargó de glosar el trabajo documental y creativo de Uribe. «En España, la transición de verdad -dijo- se hizo en los sesenta, y en gran medida se debió a que un grupo de gente convirtió un país triste en otra cosa, mucho más libre». El propio Ríos y el ‘rocker’ zaragozano Gavy Sander’s, que luego se marcaría una acertada versión de ‘La plaga’ sobre el escenario con el apoyo del grupo Seven, relataron su conexión con el esfuerzo del periodista de HERALDO antes de que el propio Uribe se lanzara a detallar el proceso de creación, en un discurso trufado de mil y una curiosidades.

     Ríos dijo que el veterano crítico hacía cosas fuera del uso de aquellos tiempos. «Por lo que decía y cómo lo decía, sabías que había estado en el concierto, no en el bar. El interés de Matías era que el artista mejorase, sin resquemor, cuando te metía una crítica acerba sabías que no era malsana. Nosotros no sabíamos que el rock iba a cambiar el mundo: este libro cuenta cómo intentamos hacerlo». Sander’s fue más escueto, pero directo y sentido. «Matías se ha subido al ring, y bajará sin un rasguño. Le dije que su obra iba a ser un pepinazo».

Aunque Miguel Ríos acaparó no pocas miradas, era la gran noche de Matías Uribe: además de agradecer de manera expresa el apoyo de Sánchez Vidal, Sander’s y Ríos, de quien dijo «es el rock», el periodista aclaró que «Ángel Gurpegui, hermano de Baby -solista del repóquer zaragozano de la época completado por Rocky Kan, Chico Valento, Nello y Sander’s- me puso en la pista de estas historias: ya las abordé hace trece años en otro libro y ahora he reconstruido todo lo mejor que he podido.Quitado el andamiaje, queda a la vista un conjunto de discos, voces e ilusiones que nos hicieron más felices. Los Héroes, con todo lo que los quiero, no fueron los primeros ni los únicos».

Fuente: http://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2016/05/09/matias-uribe-hace-felices-los-hijos-nietos-padres-ilustres-abuelos-del-rock-and-roll-847661-1361024.html

Miguel Ríos, doble lección rocanrolera en Zaragoza

Publicado el 12 mayo 2016 por Matías Uribe

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ihUxt3FAxAk

   Habrá, y es seguro que los hay, quienes colocan la regla y el calendario del tiempo sobre las canciones, y cuando estas pertenecen al pasado remoto las desdeñan, como si se tratara de trapos viejos. Allá cada cual con sus calendarios, sus filias y sus fobias. Yo estoy plenamente en el bando contrario: las canciones, si son buenas, si me transmiten, si están bien ejecutadas, me emocionan profundamente al margen de fechas y edad.

   El pasado lunes, día 9, refrendé esta convicción, como al parecer lo hicieron masivamente las más de 400 personas que llenaban la Rotonda de Delicias, aplaudiendo, bailando y jaleando a Miguel Ríos y al resto de participantes en el minifestival que se organizó con motivo de la presentación de mi libro Zaragoza60’s, del que ya he dado cuenta en este mismo blog y no quiero ser pesado, aunque volveré a la carga porque fue una noche con muchas emociones y guardo imágenes en la memoria y físicamente en vídeo que quiero compartir con todos aquellos que leen el blog o simplemente les gusta la música sin edad.

   Miguel Ríos, tras presentar el libro junto a Agustín Sánchez Vidal y Gavy Sander’s, se subió al escenario y cantó dos rocanroles inmortales. ¡Y cómo los cantó! Ay, amigo, cuando se tiene el feeling, la voz y la sabiduría… Aunque el vídeo está rodado con una diminuta cámara creo que da fe de la fuerza y la calidad que le pusieron todos en el escenario. Sube el volumen y compruébalo: esa batería, ¡como chuta!, ¡cómo lleva la manija de las canciones!, ¡esa guitarra!, el saxo, los teclados, esas chicas… Seven hicieron una interpretación brutal y Miguel Ríos encajó con ellos como si llevaran toda la vida haciendo lo mismo… Mas lo cojonudo es que se conocieron en el mismo escenario, no hubo ensayo previo ni prueba alguna. Todo fluyó de manera espontánea, señal inequívoca del poder universal y comunicativo del lenguaje del rock.

   Lo previsto era que Ríos, que simplemente quería hacer algo informal y anecdótico, cantase esa pieza tan histórica como es ‘El rock de la cárcel’, y a la vez hoy tan de moda, con tanto corrupto y chorizo que nos rodea, pero se calentó e inesperadamente atacó con un memorable ‘Johnny B. Goode’ en medio del buen humor que le caracteriza.

  Algo histórico. Y no porque el granadino estuviera presente en la presentación de mi libro -Dios me libre, la petulancia la dejo para el cuarto de baño- sino porque son canciones que Miguel no canta desde hace siglos. ‘El rock de la cárcel’ lo grabó en el LP de los memorables conciertos de ‘Rock y amor’ del 72 y en el CD de la gira de ‘El gusto es mío’, del 96. ‘Johnny B. Goode’ no está recogido en disco alguno, salvo que me falle la memoria y el archivo; aunque las neuronas no me fallan para recordar la versión que Miguel hizo a finales de los sesenta o principios de los 70 en la sala San Jorge de Zaragoza junto a Franklin, todo empapado en sudor y una ancha camisa blanca, de corte hipilondio, pegada al cuerpo de aquel chorro de sudor que manó de su cuerpo. Siempre se ha entregado como un jabato en el escenario.

   Desde entonces no se lo había oído nunca. Y el lunes tuve oportunidad de hacerlo de nuevo, con la fuerza y el brío que lo escuché en la sala San Jorge hace más de 40 años, con esa voz macerada para el rock, como salida de serie de su garganta para interpretar el género eterno, que él atesora. Hacía tiempo que no se me removían las entretelas como la noche del lunes. Más de uno de los que anduvo por allí me expresó lo mismo. A ver si disfrutáis como yo lo hice. En este blog tenemos la suerte de gozar con un verdadero tesoro, único, con dos canciones interpretadas por el mejor cantante de rock que ha dado este país. ¡Y con casi 72 años!

   En el camerino, después de semejante lección rocanrolera, reímos conjuntamente: “Miguel habrá que cambiar el título de ‘Bye Bye Ríos’ por el de ‘Welcome Back Ríos’”, le dije entre bromas y buen humor. Está espléndido de voz y de fuerzas, así que será un placer volver a escucharle en Zaragoza el próximo 15 de octubre dentro de la reedición de la gira ‘El gusto es nuestro’.

    Por cierto, para los que ponen la regla del tiempo y la edad sobre la música: ¿qué hacemos con Mozart o Miles Davis?

Fuente: http://blogs.heraldo.es/lavozdemiamo/?p=8584

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