Sonetos


Por  Liberata

LASTRE

Este grito que muere en mi garganta

por la debilidad estrangulado,

este dolor de tronco derribado

que, día a día, mi ánimo quebranta,

esta amarga sustancia que amamanta

mi paladar, ya al gusto acostumbrado

del llanto más ardiente y más salado,

esta tristeza que se me atraganta…

Esta costumbre de renuncia tanta,

esta fidelidad a lo soñado,

el propio corazón, que se levanta

para caer de nuevo derribado,

constituyen el hierro que me imanta

a un lírico y paupérrimo legado.

 

CHIQUITITO

No me llores, mi niño, no me llores,

que ya sale la luna, y esta noche

veremos de luceros tal derroche

que nos deslumbrarán con sus fulgores.

Que con los trinos de los ruiseñores

tus ojos se abrirán por la mañana

y tu risa será como campana

que tañe sus escalas y primores.

Yo haré que se disipen tus temores,

que nada malo habrá de sucederte

mientras tu amparo sea mi regazo.

Creo que desde hoy sólo mejores

nuestros días serán, para mi suerte,

tras sentir la ternura de tu abrazo.

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