«Muestras de papel italiano»

Por Daniel Arana
Fotografías: José Antonio López Palacios y C.C.

   El jueves 9 de marzo se presentó en Zaragoza, en la librería Antígona, el nuevo poemario de Julio García Caparrós: “Muestras de Papel Italiano”, publicado por la editorial Sindicato de Trabajos Imaginarios que dirige Javier Cinca.
    Con prólogo del poeta y filólogo Daniel Arana –también director de la colección de poesía “dasein”, a la que se adscribe dicho libro- fue presentado por el librero y teólogo Juan Francisco Comendador, el susodicho Arana y por supuesto, el autor. Se abordaron diversas lecturas interpretativas del libro de García Caparrós, que contiene cuarenta y nueve poemas escritos y originados, de alguna forma, por diferentes partes de Italia, especialmente en la Lombardía.

    Cuarenta años ha tardado Julio García -profesor de filosofía durante tres décadas, aparte de escritor- en sacar a la luz otro poemario desde aquel lejano “Los Días Cardinales” (Guadalajara: OPE, 1977), y “Muestras de Papel Italiano” puede ser reivindicado, sin problema, como uno de los mejores libros de poesía publicados este 2017.

   Un largo paseo, o varios paseos pequeños, conforman este desfiladero hacia el decir poético del autor. Un decir que permanece envuelto entre silencios, una poética hermética y sin embargo de escritura sencilla y, cómo no, una cierta melancolía, propia del viajero: “elegimos esta latitud / en cierto modo imposible” (p. 53).

   “Inclinados por la pregunta que nadie hace / en otro tiempo se nos responderá si es que estamos escuchado”, escribe Julio García, en lo que podría sintetizar perfectamente lo esencial de un libro que lo mismo nos recuerda a los eternos Ungaretti y Luzi como nos lleva hasta los restos del mismísimo Agustín de Hipona, en San Pietro in Ciel d’Oro.

   “No le discutas al fuego su gramática” (p. 61). Así se nos exhorta ante el poema, construido desde esa gramática del silencio, que sería, concluimos el día de la presentación, el estado más radical de expresión. Fuente y límite, pues, de todo silencio, donde cada rincón de Italia explorado por el poeta es un poema épico, un pensar que dice el mundo, un “instante cuando hemos llegado a la cima” (p. 17) o sencillamente, “un puñado de verano” (p. 35).

   Con el inestimable trabajo pictórico de la artista Rosa Alvárez Halcón y constituyéndose en una de las cuidadas ediciones a las que acostumbra la casa editorial de Javier Cinca, sumergirse en “Muestras de Papel Italiano” es hacerlo entre el pensamiento y lo más puro de la escritura, entre el lienzo sutil y la preponderancia de la palabra.

    Julio García Caparrós devuelve, con justicia, la palabra poesía al lugar que le corresponde y del que nadie debería sacarla jamás. Porque si es cierto que elegimos aquella latitud sin posibilidades, entonces la palabra, mistérica ventana hacia el afuera, nos abrirá espacios secretos con dimensiones desconocidas.

   Sacra conversatione.

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