Zaragoza Vivienda (II parte)

    La decisión «empresarial» del gerente de ZV de reestructurar la plantilla para adecuarla a la situación de crisis económica actual, no recibe el asesoriamiento de los Servicios Jurídicos internos de la propia empresa Zaragoza Vivienda como era de esperar, sino que entra de lleno el Gabinete Jurídico de su «hermano mayor»: el Ayuntamiento de Zaragoza. ¿ Y por qué? Porque todo parece partir de una orden política de Jerónimo Blasco, vicepresidente del Consejo de Administración de ZV y hombre fuerte de la empresa, que decidiría que se hicieran efectivos los despidos. Y en este punto quiero hacer una importante puntualización. Me resulta imposible creer que los Servicios Jurídicos del Ayuntamiento, con la experiencia que atesoran, dieran luz verde a los despidos. O, por lo menos, no sin avisar de los graves riesgos económicos a los que ZV quedaba expuesto, en forma de despidos nulos, reincorporación de los trabajadores a sus puestos de trabajo, y pago de los salarios de tramitación. En primera instancia, como ya señalé en días pasados, nos suponía a los zaragozanos en torno a 350.000 euros. Si el Ayuntamiento se planteaba recurrir al TSJA la cifra podría ascender a 1 millón de euros. Teniendo todos estos sencillos argumentos jurídicos encima de la mesa, ¿ a quién se le ocurrió la brillante idea de seguir adelante con los despidos y los autorizó? ¿ Por qué se articularon como despidos individuales en vez de informar que por número de trabajadores afectados y número de trabajadores totales de la empresa se trataba de un despido colectivo y debía de plantearse un ERE? ¿ Quién asumió ese riesgo, por encabezonamiento, y con ello es responsable político de todo este embrollo que lleva de disgusto en disgusto a los trabajadores de la empresa, que va a dejar a Zaragoza Vivienda en una situación económica paupérrima y que vamos a pagar todos los zaragozanos?

    Hoy, IU y Cha presentaban, en el Pleno del Ayuntamiento, distintas iniciativas para que sus amigos del PSOE decidieran readmitir a los trabajadores, algo que no necesita de «cariños» políticos, sino de cumplimiento de una sentencia, recurrible eso sí, aunque sólo para peor. De hecho, los primeros trabajadores ya han sido readmitidos, esta vez sí, escuchando el consejo de los Servicios Jurídicos: O readmitimos o la broma nos va a salir mucho más cara. Pero el daño ya está hecho. Daño a los trabajadores. Daños a ZV. Daño a las arcas municipales, una vez mas, por un capricho en forma de mala gestión del Gobierno de esta ciudad. Y van ya demasiados como para que alguien diga basta y exija a los responsables que se marchen, que lo dejen ya. Que asuman que no son suficientemente competentes, ni con asesores ni sin ellos, para sacar a esta honorable ciudad del estado de despropósito continuo en el que la han sumido.

    Pero, y valga el chiste fácil, muchos piensan que dimitir es un nombre ruso, y no un acto de coherencia cuando no se está capacitado para seguir adelante.

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