¿Pero qué está pasando aquí?

Por: Javier Perfecto Ejarque
javierperfecto@hotmail.com

Hubo en otros tiempos dos grandes pensadores, Valery y Marx que decían que “la política es el arte de lograr que la gente se preocupe por problemas que en realidad no le afectan” (Paul Valery) y que “la política es el arte de crear problemas inexistentes, analizarlos mal y aplicarles soluciones disparatadas” (Groucho Marx).

Desde luego que estas dos personas, por razones históricas, cuando hicieron estas afirmaciones, desconocían a nuestra actual clase política, pero aunque hubiesen tenido el dudoso placer de conocerla seguirían teniendo un alcance y profundidad que poco tienen que ver con el nivel de políticos que venimos soportando desde hace años en España.

Y todo esto viene a cuento de los recortes presupuestarios, “tijeretazos”, sobre todo en educación, salud y servicios sociales, y sus consecuencias, que están asolando a una gran parte de la sociedad española sin que haya respuestas claras y contundentes por parte de los líderes de opinión, me refiero fundamentalmente a los profesionales implicados en estos sectores. No es suficiente con las reclamaciones, a veces tibias, de organizaciones políticas, colegios profesionales, sociedades científicas y sindicatos, es necesario y urgente que los profesionales y expertos en estos temas que gozan de gran respeto y prestigio social utilicen sus privilegiadas atalayas para plantar cara a los gobernantes sin que les tiemble la voz.

Es evidente que las consecuencias de la crisis que venimos padeciendo desde hace varios años las están pagando sobre todo los más débiles, en el caso de la sanidad, los pacientes, y esto es tremendamente injusto. ¿Se puede tolerar que las consecuencias de la crisis generada por la incompetencia de muchos y la especulación de los mercados financieros la tengan que pagar siempre los mismos? Que se lo expliquen a los profesores, a los médicos y a sus pacientes. No nos cabe ninguna duda de que la situación económica es pésima y caótica, y de que el discurso general es el del miedo que se reconduce a favor de unas determinadas opciones políticas y no a otras. Quiebran grandes entidades financieras mundiales y ¿nos dicen que hay que mejorar la gestión sanitaria pública?; estalla la “burbuja inmobiliaria”, se multiplica la morosidad de las empresas constructoras, a los bancos no les cuadran sus balances y ¿nos dicen que hay que racionalizar el presupuesto en educación?

Hay un problema muy grave en el Sistema Nacional de Salud (SNS), y es la falta de cohesión e igualdad en las prestaciones sanitarias básicas con la subsistencia de 17 sistemas sanitarios y una cuasi nula coordinación territorial del Ministerio de Sanidad que está afectando a importantes indicadores de salud en España.

Los hechos nos indican machaconamente que han faltado mejores gestores en los bancos, en los ministerios, en las consejerías y mucho menos en los colegios, en los institutos, en la universidad, en el sistema sanitario.

Pero no todo está perdido, tenemos que ser capaces de reivindicar el derecho a hacer política desde todos los ámbitos sociales y profesionales, cada uno en función de sus posibilidades. Estamos a punto de iniciar una campaña electoral en la que se avecinan previsiblemente cambios importantes en el gobierno de España. No podemos permanecer callados y no deberíamos de aplicar el “voto de castigo” solamente, sino apoyar con nuestra decisión democrática a quienes más nos convenzan con sus programas.

Nos estamos jugando nuestro futuro.

 

Zaragoza, 21 de octubre de 2011.

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