Por Rocío V.
El año 2024 se confirmó como el año más cálido desde que existen registros en el planeta.
Este dato, proporcionado por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), pero esto no es solo una crítica, sino un dato alarmante que habla de los profundos cambios que se encuentra atravesando nuestro planeta.
De este modo, la temperatura media global en 2024 alcanzó los 15,10 °C, un valor muy superior a la media de 1991-2020. Este aumento de temperatura provocó que ocurran una serie de eventos extremos, como olas de calor intensas, sequías prolongadas e inundaciones catastróficas.
Los océanos, que absorben la mayor parte del exceso de calor, también experimentaron un calentamiento récord, lo que intensificó fenómenos meteorológicos extremos como huracanes y tifones. Al ocurrir la pérdida de hielo marino en el Ártico y la Antártida, se acelera el calentamiento global, al reducir la capacidad de la Tierra de reflejar la radiación solar.
El 2024 se llevó un récord, sin precedentes que cambia el contexto climático del planeta para el 2025
La temperatura media global en 2024 superó en 1,5 °C los niveles preindustriales, un umbral considerado crítico en el Acuerdo de París. Este aumento se debe al pronunciado crecimiento en los océanos, donde la temperatura superficial del mar (TSM) alcanzó un máximo histórico de 20,87 °C, superando en 0,51 °C la media de 1991-2020.
Bajo este aspecto, se da a conocer que esta anomalía térmica en los océanos tuvo un impacto muy importante en los patrones climáticos globales, intensificando eventos extremos como olas de calor marinas, huracanes y el blanqueamiento de corales. La serie de récords no se limita a la temperatura media anual.
Cada mes de 2024, excepto julio, superó el umbral de 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. Además, todos los meses de enero a junio del año pasado fueron más cálidos que los mismos meses en cualquier otro año registrado. Estos datos evidencian una tendencia hacia un calentamiento global acelerado.
El impacto que genera el cambio climático tanto en los humanos como en lo natural
Como consecuencia de la crisis climática, el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono y metano, debido a las actividades humanas, está provocando un calentamiento global sin precedentes.
En 2024, las concentraciones de CO₂ alcanzaron un nivel récord de 422 partes por millón (ppm), un aumento de 2.9 ppm respecto al año anterior. Este incremento dio lugar a los eventos climáticos más extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, que afectaron a millones de personas en todo el mundo.
Bajo este aspecto, estos niveles altos trajeron problemas tanto en Canadá como en Sudamérica, y ni hablar en Europa, que el año 2024 fue el más cálido registrado, con una temperatura media de 10,69 °C, 1,47 °C por encima del promedio de 1991-2020. Estos cambios están alterando los ciclos naturales y poniendo en peligro la biodiversidad.
Un futuro incierto de cara al 2025: ¿arrasa el calentamiento global?
El año 2024 quedó en la historia de nuestro planeta y el 2025 no se quedará atrás: se confirmó que la temperatura media global superó en 1.5°C los niveles preindustriales, cruzando así el límite establecido en el Acuerdo de París como el umbral máximo para evitar los peores impactos del cambio climático.
En este 2025, cruzar el umbral de 1.5°C, continúa teniendo implicaciones profundas para el planeta y la humanidad. Los impactos del cambio climático se están intensificando y se vuelven cada vez más difíciles de gestionar. Las olas de calor más frecuentes e intensas ponen en riesgo la salud humana, la agricultura y los ecosistemas.
Por otro lado, los eventos climáticos extremos están causando pérdidas económicas y desplazando a millones de personas. Una economía baja en carbono porque esto reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, y daría lugar a el desarrollo de energías renovables, la mejora de la eficiencia energética y la adaptación a los impactos del cambio climático.
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