Por Rocío V.
Tras dar inicio a su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ya dejó entrever que las políticas medioambientales cambiarán de cara a lo que viene. Una de las decisiones más polémicas previstas es la salida del Acuerdo de París, una promesa que Trump ya cumplió durante su primer mandato.
Este tratado internacional busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un compromiso que, según expertos como Lara Lázaro del Real Instituto Elcano, se incumpliría nuevamente, poniendo en riesgo la meta de reducir entre un 60% y 66% las emisiones para 2035.
Un análisis de Carbon Brief estima que las políticas de Trump podrían generar 4.000 millones de toneladas adicionales de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 en comparación con los aviones de Biden. Esta cifra posiciona a Estados Unidos, responsable del 11,13% de las emisiones globales en las últimas tres décadas.
Los retrocesos en el Acuerdo de París y otros compromisos climáticos
Durante su campaña electoral, Trump reiteró su intención de retirar al país que preside del Acuerdo de París, como ya lo hizo en su anterior mandato. Según expertos como Lara Lázaro del Real Instituto Elcano, esta salida comprometería los objetivos de reducción de emisiones del país para 2035, afectando el progreso global en la lucha contra el cambio climático.
Aunque esta acción podría tener un impacto diplomático menor en comparación con 2017, supone un retroceso en términos de liderazgo climático. Además, Trump (entérate por qué sigue dando malas noticias) deslizó la posibilidad de desvincularse de la Cumbre de la Tierra, un acuerdo histórico que permitió a Barack Obama adherirse al Acuerdo de París sin aprobación del Senado.
Asimismo, el presidente reveló su intención de retirar fondos destinados a proyectos ambientales impulsados por Biden, especialmente aquellos establecidos a través de la Ley de Reducción de la Inflación. Will Burns, profesor de la Universidad de Northwestern, destaca que más del 60% de estos recursos están destinados a distritos republicanos.
La reducción de fondos para la lucha contra el cambio climático y los obstáculos internos
Como ya mencionamos anteriormente, la nueva administración de los Estados Unidos planea recortar los fondos asignados por la Ley de Reducción de la Inflación de Biden, que destina miles de millones de dólares a proyectos de energías renovables, y esto podría presentar un gran debate.
Will Burns, profesor de política medioambiental, advierte que esta tarea será complicada, ya que muchos de esos recursos se benefician directamente a distritos republicanos. De hecho, los congresistas del propio partido de Trump podrían bloquear estos esfuerzos para proteger los intereses económicos de sus regiones.
A pesar de esto, las energías renovables demostraron ser más rentables que los combustibles fósiles. La transición hacia una economía más sostenible parece inevitable, incluso bajo un gobierno que favorece los combustibles tradicionales. Esto se debe, en parte, a las inversiones a largo plazo de los mercados.
La promoción de combustibles fósiles y el papel del fracking
En línea con su lema «Perfora, bebé, perfora», el mandatario estadounidense nombró como secretario de Energía a Chris Wright, un defensor del fracking. Esta técnica, ampliamente criticada por sus impactos ambientales, podría recibir un impulso significativo en tierras federales, incluidas reservas en Alaska.
Bajo este aspecto, Wright también negó la existencia de una crisis climática, subrayando la intención de la administración de priorizar los intereses de la industria de combustibles fósiles sobre las preocupaciones ambientales.A pesar de estos esfuerzos, las centrales de carbón han seguido cerrando debido a la competitividad de las energías renovables.
Durante el primer mandato de Donald, esta tendencia no se detuvo, y es probable que continúe (explora el «petróleo del futuro» en este estado). Esto demuestra que, aunque el gobierno pueda intentar favorecer los combustibles fósiles, las dinámicas del mercado y las preferencias globales por alternativas limpias son difíciles de revertir.
Fuente: https://www.ecoportal.net/