Por José Luis Lomillos Millán
Nadie imaginaba hace unos pocos meses hallarse inmerso en este tremendo lodazal en el que ahora mismo estamos todos más atascados que un elefante en Zimbabue. Aunque reflexionando un poco y echando la vista atrás me viene a la cabeza uno de los comentarios más recurrentes estos últimos años cuando leíamos el periódico, veíamos el telediario o tomábamos el vermú: “esto se va a la mierda”. Pues nada, enhorabuena a todos los premiados…
Cambiando de tema, pero no del todo y puesto que las cuestiones del arte y la cultura está visto que acaban de recibir la puntilla (siempre han estado en estado agonizante para la mayoría) este mes he decidido revisar y organizar un poco mis fotos y documentos artísticos. A la imposibilidad de visitar salas y museos se une un estado de catalepsia que me impide sintetizar y asimilar todo este merengue y poder plasmarlo en forma de dibujo, pintura o foto. Supongo que todo esto que está ocurriendo estallará tarde o temprano de la manera más plástica posible.
Examinando viejos textos e imágenes encontré algo que me gustaría completar un poco. Se trata de un artículo sobre fotografía callejera que publicó esta revista hace casi cuatro años y que se puede revisar en el siguiente enlace:
https://www.elpollourbano.es/exposiciones/2016/09/le-freak-fotografia-de-calle/
Muchas cosas quedaron en el tintero puesto que en su momento acababa de disfrutar de una magnífica exposición de Vivian Maier en la Fundación Canal de Madrid y básicamente me centré en su figura. Ha pasado el tiempo pero hay una cosa que no ha cambiado y son las fotografías que muchos realizamos por puro deleite personal. Aunque durante todo este tiempo he descubierto numerosos e interesantes artistas quizá sea el ultra conocido Bansky quién recientemente le ha dado una vuelta de tuerca al asunto del confinamiento, el grafiti y la fotografía de calle retratando su supuesto cuarto de baño tuneado e invadido por las ratas. Otros lugares como el canal del Photolari en YouTube, el blog de fotografía callejera de Jota Barros, la web del Club de Fotografía o la página de Luis Corrales hacen más ameno el obligado encierro.
Por mi parte aquí os dejo un puñado de viejas imágenes para que paséis un rato. La mayoría están realizadas con la cámara del teléfono móvil. En mi caso la ausencia de personas suele ser frecuente si bien su rastro y algunos elementos propios de las ciudades aparecen en múltiples ocasiones.
¡Vaya! me acaba de sonar el telefonillo de casa… Son los de Amazon, dicen que me dejan el helicóptero que encargué anteayer desmontado en el ascensor. ¡Por fin podré entrar y salir tranquilamente de casa sobrevolando las terrazas cuando vuelvan a abrir los bares!
