3ª Exposición «El Clik» y presentación del libro Visiones del Clik


Por Eugenio Mateo

    Cuando Miguelón Sanz comenzó a fraguar el  proyecto de editar una publicación digital de fotografía, los que desde el principio apoyamos incondicionalmente su idea supimos que nos embarcábamos en una aventura estrictamente romántica, una tarea  vocacional  a la que no importasen las dificultades, pero un reto a la  vez: demostrar que los medios no lo son todo.

   En junio del 2013 nació la revista y se llamó El Clik; la onomatopeya del disparo de una cámara fotográfica era toda una declaración de intenciones. En la revista, fotografía, mucha fotografía; paulatinamente, los textos vinieron acompañando a las imágenes  en un delicado maridaje de las artes, y prosa y poesía ahondaron más aún en la intima razón de cada encuadre. No es un tótum revolútum; es simplemente todo lo contrario, y en las páginas de El Clik el lector puede contemplar las distintas realidades que caben en la  mirada mientras  viaja por el laberinto irrenunciable de la palabra.

   Ahora, este libro que tienes en tus manos es un hito más en el camino de aquel proyecto que nació con un cierto carácter “amateur” —aunque nada de eso sea Miguelón— acaso por la independencia y falta de intereses económicos, que no por la profesionalidad de sus conceptos, preservados en la calidad de los autores colaboradores, sean aficionados o profesionales. Lo que es un distintivo de la filosofía de El Clik salta desde lo virtual al lecho amable del papel. El Libro El Clik reúne a 32 fotógrafos en una secuencia ecléctica de otros tantos modos de entender la fotografía. Con una esmerada edición y maquetación, este libro no pretende competir para figurar entre los más vendidos, ni trae ningún interés editorial apócrifo, no aspira al Premio Sony World Photography, aunque… ¿es posible ponerle puertas  a la imaginación?

 

   Para iniciarlo, de nuevo la palabra: un homenaje a los fotógrafos minuteros, que tanta ilusión captaron en los tiempos duros y que hicieron de la fotografía un arma social de identidad. “El caballito” es un relato que fabula sobre ellos.

   Cuando los Rolling Stone cantaban: “It`s only rock`n`roll, but I like it”, nosotros decimos: “Estoes solo fotografía, pero nos gusta”

   La exposición anual del Grupo El Clik lleva camino de consolidarse como la actividad más destacable de entre todas las que se programan por este grupo de fotografía.

   Es la tercera ya; 33 Visiones, como su nombre indica, reúne a otros tantos autores, colaboradores habituales o no, bajo el prisma caleidoscópico de su modo de entender la fotografía. El escenario, la sala de exposiciones de la Biblioteca de Aragón, institución dependiente del Gobierno de Aragón y fundada en 1991, es uno de los lugares culturales más visitados por la ciudadanía zaragozana y que nos permite aventurar un éxito de afluencia y de expectación. La calidad de las 33 fotografías que se exponen es, en sí misma, razón suficiente para conseguir nuestra meta, que no es otra que contagiar nuestra afición altruista por la fotografía.

   No llega sola esta muestra. Del 1 al 30 de junio podrá ser visitada en horario continuo hasta las 21 horas, pero la inauguración oficial del día 8 a las 19.30 contará además con la presentación, en el contiguo Salón de Actos de la Biblioteca, del primer Libro El Clik “Visiones”. Esta lujosa edición tiene todas las características de un gran libro de fotografía, esmeradamente concebido y sin complejos ante obras similares, normalmente reservadas a grandes publicaciones con intereses comerciales. Para los 32 fotógrafos representados ha sido todo un lujo participar en este libro; la misma impresión de los 33 expositores en la 3ª Exposición 33 Visiones.

  El mérito y el esfuerzo deben aplicarse a la labor de Miguelón Sanz. La ilusión y la intención es cosa de todos los que participamos. La interpretación de las visiones corresponde a ustedes, espectadores y receptores finales de todos nuestros desvelos.

  Enhorabuena a todos

 

El Clik nº 17 ya está en la red con su carga de buena fotografía

EDITORIAL

   Todavía con la resaca de acontecimientos recientes, una nueva entrega del Clik.  Hace la número 17y cuando llegue a tu pantalla, aún se podrá visitar la III Exposición El Clik en la Biblioteca de Aragón; para una cabecera onomatopéyica, absolutamente amateur, pero llena de contenidos interesantes, no está mal. Nada de mal, teniendo en cuenta que algunos invitados nunca serán premiados con el Pullitzer (no por validez de sus trabajos, sino por carecer de padrinos) ni que su director tampoco lo será,      (por la misma razón), de la Sección de Contenidos del MOMA. Estamos de acuerdo, pues, en que colaborar en el Clik no presupone que los méritos vayan a  hacernos figurar en la Galería de Ilustres, en todo caso, es puro divertimento. Un divertimento que no debería dar alas a alardes innecesarios. Colaborar en el Clik nos divierte, como le divierte a este editorialista estrujar su cerumen en cada entrega, como le divierte a Miguelón Sanz emplear casi todo su tiempo libre en esta aventura, como debería divertir a todos y cada uno de los colaboradores fotógrafos ver sus fotos en una publicación que no busca batir records ni ofrecer fama.

   ¿Y qué mosca le ha picado a este escribidor que garabatea tonterías en esta revista de fotografía? Se destila de sus letras un retazo de ironía, él también es fotógrafo, bueno, no pretende ser el nuevo Lord Snowdon, en todo caso intenta ser coherente. Somos puros y simples aficionados. Captamos instantes que no le importan a casi nadie y eso ya merece la pena de ser vivido. Los grandes, los maestros, lo son por ese punto de humildad que les da la grandeza. No han de convencer de nada. Simplemente, viendo sus imágenes, el aprendiz válido de serlo descubre el mensaje sutil que huye de grandilocuencias y Photoshop  para plasmar la realidad que bulle en los principios, en los conceptos, en la discreción ajena a focos y parabienes. Se debería intentar atrapar la sencillez de lo magnífico, más que nada porque no somos nada, en todo caso, motivo de conversación en tertulias de bajo rendimiento.

   Viene todo esto a destacar que estuvieron muy bien los actos de presentación del libro Visiones del Clik y la inauguración de la 3ª Expo El Clik. Ambos tuvieron el esfuerzo y dedicación especial de alguno— pero eso va incluido en el “sueldo”— al margen de que salvo cuatro participantes, los demás tuvieran el detalle de ignorar esos esfuerzos, pero no de criticar un fallo técnico al que no puede buscarse culpable. Quizá alguien se crea tan importante como para no valorar que un espacio expositivo como el de la Biblioteca esté a su libre disposición.  No debemos perder la buena perspectiva. Ni de dónde venimos, y sobre todo, a dónde vamos.

  Volvemos, hecho el paréntesis, a la nueva revista El Clik. Un artista invitado, al que personalmente tengo ocasión de seguir desde hace tiempo y en el que aprecio una decidida evolución: Nacho Gilli.Su abstracción resulta muy fotogénica, si se me permite la hipérbole.  Como fotógrafos invitados traemos a  Amada Terradillos y Antonio Gracia; junto a ellos, trece autores, algunos habituales,como Teo Félix, Julio Marín, Rafael Urchaga, Eugenio Mateo y Luis Castañeda,  con una propuesta caleidoscópica y sugerente donde se toca lo divino, lo humano… y lo animal.  Como cúspide, un verdadero maestro, José Verón Gormaz, Premio Nacional de Fotografía y poseedor de ese olfato especial de los grandes cuando tratan lo pequeño. Su reportaje, sus fotos carentes de artificio, son una lección de sabiduría. Tener a Verón Gormaz en el Clik es un lujo que nos honra.

  Muchas gracias a todos por seguirnos y especialmente a los colaboradores; mantener nuestro recado es importante:

¡Ha salido El Clik! ¡El Clik nº 17! Pasen y vean

Enlace a la revista: https://issuu.com/miguelonsanzlazaro/docs/el_clik_n___17_issuu                                                                                                                                                            

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