Freak Show

 
Por Whiston Blaky

      La exposición Freak Show, de Manuel Moros (Instagram: #manuel_moros, m361969@yahoo.es), que puede verse en el Bar Entalto (C/Mayor 50), pretende mediante 10 cuadros (acrílico sobre tabla, 33X24) rendir homenaje a las personas …

…con algún tipo de malformación física llamativa que fueron exhibidas por dinero desde el siglo XVII hasta bien entrado el siglo XX en los lllamados freak shows (“espectáculos de fenómenos”).

   Unos fueron explotados y humillados, como Joseph Merrick, conocido como el Hombre Elefante, dado a conocer al mundo gracias a la magnífica película de David Lynch. Pero otros hicieron de su anomalía una forma de vida, en un claro ejemplo a seguir de autosuperación, alcanzando enorme fama y riqueza, como Charles Sherwood Straton, el General Tom Thumb, que nunca superó el metro de altura y rescató con su propia fortuna al empresario circense que lo descubrió, P. T. Barnum, cuando éste pasaba por graves dificultades financieras.

 

  Podemos ver también a Johnny Eck, el Medio Hombre, y a Schlitzie, el encantador microcéfalo, protagonistas de la película de culto Freaks (Tod Browning, 1932). Y también a Chang y Eng, los gemelos siameses originales, que vivieron 62 años unidos por el abdómen, se casaron con dos hermanas y tuvieron con ellas 10 hijos Chang y 12 su hermano. O la sorprendente Myrtle Corbin, la Mujer de Cuatro Piernas de Texas, que portaba a su gemela parásita abdominal con los órganos sexuales perfectamente formados, de la que tuvo dos hijos además de tres más de su propio útero.

   Podremos admirar a Robert Pershing Wadlow, que con su altura de 2,72 metros sigue siendo considerado el hombre más alto de la historia, o a Fedor Jeftichew, conocido como el Niño con Cara de Perro por poseer todo el cuerpo completamente cubierto de pelo. Y a Annie Jones, la mujer barbuda más famosa del siglo XIX. Y por último, y no menos sorprendentes, las hermanas Salon, Ella y Elvira, anunciadas en su momento como “¡Una chica, dos cabezas; dos chicas, un cuerpo!”.

      Así que ¡pasen y vean! Y recuerden que todos ellos sufrieron, rieron y amaron como el resto de los seres humanos, porque es lo que cada uno fue a pesar de su aspecto: uno de los nuestros. Porque la monstruosidad sólo está en los ojos del que mira…

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