Cinemagrafías: Locos por la cerveza


Por Manuel Lorenzo
Texto de Martín Ballonga 

  Esta pareja que aparenta ser (y estar) feliz, maldita sea, tiene sus momentos de discusión. Así tiene que ser, por el amor de dios.

   La cerveza es el punto crucial de su desencuentro. A él le gusta la industrial; a ella, por el contrario, la artesanal le pone más. También tienen encontronazos con las más amargas, más afrutadas, con o sin alcohol, claras o casi negras. Todo se deba, tal vez, a que hoy la gente quiere saber con exactitud qué está bebiendo. Los dos en cuestión se sienten orgullosos cuando hablan del tema, acaso porque les gusta la intriga de conocer más y mejor el mundo cervecero.

  Al parecer, el interés por el néctar ámbar ha subido como la espuma. ¿Son mejores las cervezas artesanales que las industriales? Para el chico, rediós, es una moda producto del márquetin, pues para realizar una cerveza se necesitan los mismos ingredientes y el proceso es igual de minucioso y exigente. La chica, sin embargo, es una apasionada de la artesana, que la considera más natural, sin aditivos ni filtros.

  Por su parte, la otra pareja, acurrucada al paso de tres fondistas, no opina. Ambos dos, si no nos engañan, son abstemios, y no quieren complicaciones. Con el agua tienen bastante. O eso creen. Por el amor de dios.

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