Por José Luis Lomillos
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En 1912 Leonardo Torres Quevedo construyó El Ajedrecista. Este autómata se presentó en la Feria de París de 1914 generando una inmensa expectación y fue mencionado en la revista Scientific American como: «Torres y su Extraordinario Dispositivo Automático».
La máquina utilizaba electroimanes bajo el tablero y jugaba automáticamente un final de rey y torre contra un oponente humano. Este invento del ingeniero y matemático español es considerado hoy en día por muchas personas como el primer videojuego de la historia. Posteriormente en el siglo XX la historia de las máquinas recreativas está escrita por grandes diseñadores americanos como Steve Ritchie y Pat Lawlor, pero también encontramos nombres muy españoles como el de Eulogio Pingarrón y Juan Paredes.
En la actualidad y en pleno centro del popular barrio de San José en Zaragoza un grupo de apasionados de los pinballs, flippers o petacos intentan rescatar para disfrute personal y esperemos que del resto de los mortales todas esos artefactos que tanto nos hicieran disfrutar durante nuestra infancia y juventud.
Acompañado de Víctor Lafuente socio fundador de la asociación ARPA (Asociación de Recreativos y Pinballs de Aragón) recorro el amplio local habilitado como un gran “taller-almacén-recreativo”. La visita es rápida, pues Víctor es un tipo ocupado con su tienda “Juegos 2.0”, pero dispongo del tiempo suficiente para hacer algunas fotos y reconocer varios juegos clásicos funcionando y otros en proceso de reconstrucción: Bolerin Lane, Acualand, Imola, After Burner, Moon Cresta, Pole Position, Out Run, Pac-Land, Space Invaders, Tetris, Donkey Kong… ¡Cómo me gustaría volverme a encontrar con Cerberus y su campo de juego a doble nivel!
ARPA acaba de cumplir un año y ya empieza a ser conocido en toda España, antes hubo asociaciones similares en Madrid y Barcelona, aquí ellos son los primeros. Parce ser que aparte de en el campo de la música los 80 trascendieron también en otros como en este caso el del ocio.
Los componentes de este grupo aúnan sus conocimientos informáticos, electrónicos y artísticos para conseguir devolver a la vida esas, en mi opinión, pequeñas obras de arte.
Mientras los chicos de ARPA terminan de apañar sus artefactos y se deciden a abrir su local al público voy a seguir jugando con mi Micro-Arcade-Machine… aunque también echo de menos algo más analógico como un billar, un futbolín o un pimpón.
Más información sobre esta asociación en https://twitter.com/recreativosarpa, http://www.juegos2punto0.com y en https://es-es.facebook.com/arpa.aragon
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