Teresa Ramón expone en la Galería Kafell

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Por Manuel Medrano

    Hasta el día 10 de mayo,  pueden visitar una amplia muestra de la veterana artista altoaragonesa Teresa Ramón (Premio Aragón-Goya 2015) en la Galería Kafell (c/ Mario Lasala Valdés nº 8, de Zaragoza), formada por más de 50 obras creadas entre 1989 y 2015.

    Teresa Ramón Jarne (Lupiñén, 1945) comenzó a pintar a los once años con acuarela y gouache, y a vender pronto sus obras en la Galería S’Art de Huesca. Titulada en Magisterio y en Filología Hispánica, ha expuesto en varios países y continentes, y ha obtenido numerosos premios y distinciones, entre los que mencionaré el de Lazo de Dama de Isabel la Católica y el Premio Aragón-Goya 2015, en reconocimiento a su labor continuada y de especial notoriedad en el ámbito de las artes plásticas realizada desde Aragón. Es también Académica Correspondiente de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza y Experta Universitaria en Arte por la Universidad Complutense de Madrid.

      Su pintura ha destacado por la investigación sobre materiales y técnicas, ya desde principios de los setenta, y por una narrativa llena de simbolismo, cercana al universo mitológico y cosmogónico. Sus primeros cuadros pueden alcanzar un matiz surrealista que derivó luego hacia un realismo de connotaciones mágicas. Paisajes y figuras femeninas de raro atractivo, son temas que desarrolló después hasta desembocar en un concepto figurativo muy diferente pero que guarda un aroma de lo realizado entre finales de los setenta y parte de los ochenta. A principios de los noventa inicia un proceso en el que la abstracción va ganando terreno a la figuración y hace que el esquematismo y un progresivo aumento de símbolos sea la nota dominante de sus cuadros y grandes obras, poblándose sus creaciones de elementos que poseen connotaciones ancestrales, formas antropomórficas y múltiples efectos evocadores.

     Teresa Ramón es conocida, fundamentalmente, por sus pinturas llenas de color, aunque ha abordado también la escultura y el mural, disciplinas con las que ha dejado huella en numerosos lugares públicos. Suyos son, por ejemplo, el mural Catarsis (2002), en la entrada del túnel internacional de Somport; el mural La ciudad dorada (2008), en el Palacio de Congresos de Huesca, o la Puerta de Aragón (2008), en Fraga. En noviembre de 2010 presentó en La Lonja de Zaragoza Desiertos y cardenales, una muestra pictórica en la que a través de 43 piezas proyectaba el desierto (Monegros) y las heridas (los “cardenales”, como ella dice) como una alegoría del paso por la vida en forma de travesía solitaria y a veces trágica de cada uno hacia no se sabe dónde.

      Estamos, pues, ante lo que podríamos denominar una intensa retrospectiva reciente de un@ de nuestr@s más grandes artistas actuales.

    Y para terminar, quiero agradecer públicamente a Carmen su amabilidad durante mi visita a la galería, que facilitó mucho mi labor.

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