El “trágala” del Sahara


Por Agustín Gavín

     Los que entienden de futbol dicen que un entrenador no debe de cambiar un defensa antes de sacar un córner, es muy peligroso, entre que se ubica en el campo y busca al delantero al que tiene que marcar a su equipo le pueden marcar un gol. Es complicado estar en la OTAN defendiendo los intereses ucranianos…


Agustín Gavin

Corresponsal Internacional del Pollo Urbano y Presidente de www.arapaz.org    

 …con el resto de Europa y dejar el Sáhara al libre albedrío diplomático de Marruecos y Francia, la pinza que aprieta al Estado Español desde 1975 en sus variables diplomáticas agresivas. Y bien que se utilizan estas prácticas desde el comienzo de los tiempos.

   En noviembre de 1975 Franco agonizaba, su amigo Hassan II, rey de Marruecos e hijo del sultán Mohamed V y primer rey absolutista de la dinastía alauita, decidió ocupar lo que quedaba de la antigua colonia española en el Sáhara para ampliar sus dominios.  El vacío de poder en España ante la inminente muerte del dictador era una oportunidad para que la monarquía alauita se asentará en el poder. Pusieron de camino hacia territorios saharauis a miles de marroquís en lo que se llamó la Marcha Verde, por el color de la bandera de Marruecos y en los meses siguientes con el apoyo logístico y militar de EEUU Y Francia bombardearon poblaciones con napalm y fósforo blanco cerrando el círculo de la ocupación. La guerra desde los territorios argelinos de Tindouf, donde se habían refugiado los saharauis y donde continúan sobreviviendo gracias a la ayuda humanitaria internacional sobre todo la de sus anfitriones argelinos, estaba servida. Una guerra que curiosamente perdió Marruecos que se vio obligado a construir un muro para protegerse de los guerrilleros del Frente Polisario que habían liberado territorio en la zona de Rabuni cerca de la frontera con Mauritania.  El muro de casi tres mil kilómetros completamente abarrotados de minas antipersona construido por Marruecos es una de las muchas barreras que la intolerancia impone a la humanidad. Además, la monarquía absolutista mataba más pájaros de un tiro, colocó el rabillo del ojo en el banco pesquero canario, accedió con la invasión a las minas de fosfatos en Bou Craa, unas de las más grandes del mundo, explotadas por empresas francesas. Su hijo y heredero Mohamed VI, teledirigido por la diplomacia del Elíseo y que pasa mucho tiempo viviendo en Paris donde tiene sus sastres y sus amantes, se encuentra con otro valor añadido, la riqueza oculta bajo el mar. El Tropic, Bimbache, Echo, Drago, son antiguos volcanes probablemente islas sumergidas que algunos llaman Provincia Volcánica de Canarias, ricas en minerales muy codiciados como telurio y cobalto y otras tierras raras para explotar en un futuro.  Pero la vista de Marruecos está en Ceuta y Melilla desde la creación de ese estado, uno de los más jóvenes del mundo.

    La provincia española número 58 está sujeta a una resolución de Naciones Unidas con un referéndum de autodeterminación. Los saharauis quieren que se celebre a pesar de que teóricamente la mayoría son colonos marroquíes ya en segunda y tercera generación. No tienen dudas en ganarlo y la prueba es que Marruecos no está por la labor. La situación está estancada con el apoyo incondicional de Francia, EE. UU. y últimamente con un extraño pacto geopolítico con Israel que le está abasteciendo de armamento moderno que ya ha utilizado contra el Frente Polisario. Muchos factores han obligado al ejecutivo español en un auténtico trágala a posicionarse y  saltarse la resolución de Naciones Unidas y apoyar a Marruecos para convertir la antigua colonia española en una provincia marroquí. Papel mojado que puede servir para dar un respiro a los diplomáticos españoles.

    Ceuta, Melilla y quizá Canarias son sueños del ultranacionalismo marroquí. La invasión de la Isla Perejil por parte de una patrulla de gendarmes marroquíes en 2002 no fue un accidente, el ejecutivo de entonces ordenó una ridícula respuesta militar desmesurada a una ocupación de un islote que incluso molestó a los mandos militares españoles encargados de restablecer la soberanía. Fue una puesta en escena de una ópera bufa premonitoria que no fue improvisada por parte de Marruecos, estaban marcando territorio. El salto cualitativo de la utilización de la migración de personas desesperadas en las vallas en la frontera española en Ceuta y Melilla como elemento chantajista es de calado profundo. El hecho de atender de COVID al presidente saharaui Brahim Ghali en un hospital de Logroño, por indicaciones del gobierno alemán que pidió el favor a España ya que las relaciones con Rabat estaban muy deterioradas, empeoró la situación. Un hospital alemán era su primer destino. Hay que pensar que en aquel momento el representante de la ONU para asuntos saharauis era el expresidente alemán Horst Kohler, partidario de poner en marcha el referéndum, aunque después la diplomacia alemana también se asustó. Si la diplomacia alemana se había asustado, la diplomacia española hacía tiempo que había entrado en pánico. Las declaraciones polvareda de éstos últimos días han sido posicionales respecto al Sáhara para contentar a Marruecos y que el Sáhara Occidental sea una provincia marroquí. Todos los actores, incluida la sociedad civil española ampliamente identificada con la causa saharaui, saben que la resolución del problema está en manos de la ONU. No se puede desestimar para el futuro que hay dos países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas China y Rusia que apoyan a la RSAD, República Árabe Saharaui Democrática.

     Es casi seguro que en una temporada no va a haber asaltos a las vallas en Ceuta y se van a reducir las pateras en el estrecho. Casi todos los presidentes del gobierno español desde la muerte de Franco, Suárez, Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar, Zapatero y Rajoy, lo primero que hicieron nada más tomar posesión de sus cargos fue viajar con un puñado de ministros a Rabat a rendir pleitesía a la monarquía alauita. Pedro Sánchez pensó que era más oportuno visitar a Macron, presidente del país que siempre ha validado a Marruecos, fue su primera visita institucional. Igual tiene que ir ahora a tomar el té con Mohamed VI, pero el que cede a un chantaje corre el riesgo de perpetuarlo y ese riesgo es del Estado Español, no el gobierno de turno.

Artículos relacionados :