México: ‘Janitzio’


Por Emilio Mendoza

     Estimados lectores, les cuento que unas semanas antes de que la cuarentena nos obligara a encerrarnos en casa, tuvimos la oportunidad de visitar Janitzio, la isla principal del lago de Pátzcuaro en el estado de Michoacán, al oeste de la República Mexicana. ¡Es realmente un encanto!

     Janitzio es la más grande de las pequeñas islas que se encuentran en el lago de Pátzcuaro, a la que se puede llegar sólo mediante barcas turísticas que parten regularmente desde el embarcadero de la ciudad de Pátzcuaro.

    Janitzio nació como un pueblo de pescadores que utilizaban particulares redes encajadas en una armadura en forma de alas de mariposa. El pueblito se encuentra en la cima de un promontorio natural de la isla, de origen volcánico. Subimos caminando entre callecitas llenas de restaurantitos y mercaditos de artesanías regionales. Los negocios incluyen una gran variedad de textiles y obras de arte hechas a mano. En el camino de regreso, mientras descendíamos, aprovechamos para saborear la gastronomía local y comprar algún recuerdito. Los restaurantes son muy pintorescos, en los cuales se puede disfrutar del tradicional pescado blanco o de los charales, un tipo de pescado muy pequeño que se consume frito, con salsa picante y un chorrito de limón. Los charales, por lo general, se sirven como aperitivo, aunque también se pueden usar como relleno de tacos. La isla tiene unos 2500 habitantes, la mayoría de ascendencia indígena Purépecha.

Monumento a Morelos

     Antes de llegar a la pequeña isla de Janitzio navegando, ya podíamos admirar desde lejos una imponente estatua que se encuentra en el punto más alto de la isla. Con una altura de poco más de 47 metros, la estatua representa al prócer de la patria, José María Morelos y Pavón que alza con orgullo el brazo derecho con la mano empuñada en señal de triunfo y con la mano izquierda sostiene una espada en la que se apoya. La estatua monumental es ligeramente más alta que la estatua de la Libertad de Nueva York, sin considerar la base de esta última. La enorme efigie fue construida en 1933 por encargo del entonces gobernador del estado de Michoacán, Lázaro Cárdenas, al escultor Guillermo Ruíz con la colaboración de los también escultores Juan Cruz, Francisco Zúñiga y Juan Tirado. En el interior de la mega estatua se encuentra un museo con pinturas a lo largo de las paredes interiores que flanquean la escalera de caracol que conduce a la parte superior. A través de esos murales realizados por Ramón Alva de la Canal, se narra la historia del héroe nacional. Subimos los 140 escalones que nos llevaron hasta el puño, el punto más alto de la estatua y conforme subíamos, íbamos admirando los murales de cada uno de los pasajes históricos más representativos de la vida del líder insurgente Morelos. Ya estando en la parte más alta, pudimos admirar la hermosa vista de la isla, el lago y sus alrededores a través de las mirillas en el puño gigante de Morelos.

Janitzio y el arte

     Se han hecho varios trabajos cinematográficos ambientados en esta pequeña isla. En 1935 fue estrenada la película “Janitzio”, dirigida por Carlos Navarro y protagonizada por Emilio Fernández. Unos años más tarde, en 1948, se estrenó “Maclovia”, protagonizada por María Félix y Pedro Armendáriz. En esta ocasión también participó Emilio Fernández, pero esta vez como director. “Janitzio” es también el nombre de un poema sinfónico del compositor mexicano Silvestre Revueltas, que compuso en 1933. Agustín Lara, uno de nuestros mejores y más prolíficos compositores, se inspiró también en esta isla para componer una hermosa canción a la cual le puso el mismo nombre. Se dice que, en una de sus visitas a la isla, el músico-poeta compuso este triste, pero excelente poema musical, el cual, para despedirme, los invito a escuchar en la magnífica voz de Aída Cuevas:

Janitzio (Agustín Lara)

Son las redes de plata un encaje tan sutil,
Mariposas que duermen en la noche de zafir,
Como brilla la luna sobre un lago de cristal;
Así brillan tus ojos cuando acaban de llorar.

Noches de serenata de plata y organdí,
Quejas para la ingrata que por traidor perdí,

Plenilunio de gloria, historia que se va,
Ilusión que se pierde y que nunca volverá.

Si me mata tu ausencia, si me ahoga la inquietud.
Si no me tienes clemencia para esta esclavitud.

Que las aguas se lleven mi llanto y mi dolor
Que recoja Janitzio el perfume de mi amor
Que recoja Janitzio el perfume de mi amor.

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